Ford cancela su nuevo SUV eléctrico y esto perderá

En un giro inesperado, Ford ha decidido cancelar el lanzamiento de su anticipado SUV eléctrico, una decisión que no solo implica una pérdida estimada de 1,700 millones de dólares, sino que también refleja una reestructuración radical en la estrategia de la compañía hacia el mercado de vehículos eléctricos.

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Este movimiento, que podría sorprender a muchos, es el resultado de un análisis minucioso de las actuales tendencias del mercado y la rentabilidad de los vehículos eléctricos, un sector que, pese a su crecimiento, no ha alcanzado las expectativas iniciales.

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Durante los últimos años, la industria automotriz ha visto una transformación sin precedentes hacia la electrificación, con fabricantes como Ford liderando la carga con ambiciosos planes para revolucionar el mercado.

Sin embargo, la realidad ha demostrado ser mucho más desafiante de lo que se anticipaba.

La compañía, que en un principio apostó fuertemente por el desarrollo de vehículos eléctricos, ahora se enfrenta a una difícil decisión: priorizar la rentabilidad sobre la expansión agresiva.

John Lawler, director financiero de Ford, fue claro en su reciente comunicado sobre la nueva dirección que tomará la compañía. “Con la compresión de precios y márgenes, hemos decidido ajustar nuestra hoja de ruta de productos y tecnología”, explicó Lawler, subrayando que Ford solo mantendrá en su línea aquellos vehículos que demuestren ser rentables en sus primeros 12 meses en el mercado.

Este enfoque representa un cambio radical para Ford, que ha estado invirtiendo agresivamente en la electrificación, pero que ahora debe enfrentarse a la dura realidad de los números rojos.

La presión económica sobre la división de vehículos eléctricos de Ford no es un secreto. La compañía ha estado perdiendo aproximadamente 50,000 dólares por cada vehículo eléctrico vendido, una cifra insostenible a largo plazo.

Esta situación ha llevado a la compañía a reconsiderar su enfoque, priorizando ahora el desarrollo de vehículos que puedan alcanzar rápidamente la rentabilidad.

En este contexto, la cancelación del SUV eléctrico de tres filas, que ya había consumido 400 millones de dólares en inversión, es solo uno de los muchos ajustes que la compañía está dispuesta a hacer.

Jim Farley, CEO de Ford, ha sido un defensor de la movilidad eléctrica, pero reconoce que la industria se está moviendo a un ritmo más lento de lo esperado. A pesar de las dificultades, Ford no ha renunciado completamente a su visión de un futuro eléctrico.

En los próximos meses, la compañía planea lanzar nuevos modelos como el Ford Capri y el Ford Puma eléctrico, aunque la gran apuesta por la electrificación global tendrá que esperar hasta 2026.

Mientras tanto, Ford ha decidido redirigir una parte significativa de su presupuesto hacia modelos híbridos, una tecnología que ofrece una transición más gradual hacia la electrificación completa.

El SUV eléctrico de tres filas, que estaba destinado a ser una de las joyas de la corona en la oferta de vehículos eléctricos de Ford, es la primera gran víctima de este cambio de estrategia.

Sin embargo, no todo es pesimismo para Ford. A pesar de los desafíos, la compañía ha visto una respuesta positiva del mercado a sus recientes anuncios, con un aumento en el valor de sus acciones al cierre de los mercados.

Esto sugiere que, aunque arriesgada, la nueva estrategia de Ford podría ser la correcta a largo plazo.

El futuro de Ford en el mercado de vehículos eléctricos está en un estado de cambio, y aunque la cancelación de este SUV eléctrico puede parecer un paso atrás, es parte de un plan más grande para asegurar la viabilidad económica de la compañía en un mercado cada vez más competitivo.

Ford está apostando por la paciencia y la prudencia, asegurando que cuando finalmente lancen nuevos vehículos eléctricos a escala global, estos estarán listos no solo para competir, sino para dominar.