El cerebro de hombres y mujeres reacciona diferente al dolor

Un estudio revela que hombres y mujeres usan vías biológicas distintas para aliviar el dolor lumbar, lo que podría mejorar el tratamiento según el sexo

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La artritis es una afección caracterizada por el dolor y la rigidez en las articulaciones debido a la inflamación. Crédito: Oporty786 | Shutterstock

Un nuevo estudio de la Universidad de California en San Diego arroja luz sobre diferencias significativas en la forma en que hombres y mujeres manejan el dolor lumbar crónico, destacando la necesidad de tratamientos más específicos según el sexo.

Los hallazgos, publicados por investigadores de la Facultad de Medicina de la universidad, sugieren que mientras los hombres dependen de los opioides endógenos —analgésicos naturales producidos por el cuerpo— para aliviar el dolor, las mujeres utilizan mecanismos no basados en opioides.

El uso de opioides, tanto endógenos como sintéticos, ha sido un tema controvertido en la medicina moderna debido a su alta efectividad pero también a su potencial adictivo.

Los opioides sintéticos, como la morfina y el fentanilo, son conocidos por su potencia en el manejo del dolor, pero también por el riesgo significativo de dependencia que conllevan. Este estudio sugiere que las diferencias en la respuesta biológica entre hombres y mujeres podrían estar vinculadas al riesgo diferencial de adicción a los opioides.

Fadel Zeidan, Ph.D., profesor de anestesiología en la Universidad de California en San Diego, explicó que una de las principales conclusiones del estudio es que las mujeres parecen responder de manera menos eficiente a las terapias con opioides.

“Nuestros resultados sugieren que una razón potencial por la que las mujeres son más susceptibles a la adicción a los opioides es que no responden de manera tan efectiva a estos medicamentos, lo que podría llevarlas a aumentar la dosis para obtener alivio”, comentó Zeidan.

El estudio se basa en la recopilación de datos de dos ensayos clínicos en los que participaron 98 personas, tanto sanas como con dolor lumbar crónico. Estos individuos participaron en un programa de meditación, y durante el estudio fueron expuestos a un estímulo doloroso en la pierna mientras meditaban.

Al mismo tiempo, se les administró un placebo o una dosis alta de naloxona, un medicamento que bloquea los efectos de los opioides, permitiendo a los investigadores observar cómo el bloqueo del sistema opioide afectaba el alivio del dolor durante la meditación.

Los resultados revelaron diferencias notables entre los sexos

En los hombres, la naloxona inhibió el alivio del dolor durante la meditación, lo que indica que su mecanismo de alivio del dolor depende de los opioides endógenos. Sin embargo, en las mujeres, la naloxona no solo no bloqueó el alivio del dolor, sino que en algunos casos lo mejoró, lo que sugiere que las mujeres emplean vías alternativas para controlar el dolor que no involucran opioides.

Este descubrimiento tiene implicaciones importantes en el tratamiento del dolor, especialmente en un contexto donde los opioides sintéticos son comúnmente prescritos para diversas condiciones.

Las mujeres, al tener una respuesta biológica menos eficiente a los opioides, podrían estar en mayor riesgo de abuso de estos fármacos, ya que necesitarían dosis más altas para lograr el mismo alivio que los hombres. Este ciclo de aumento de dosis podría ser un factor que explique la alta tasa de dependencia observada en mujeres.

Zeidan subraya que estos resultados podrían abrir nuevas vías para el desarrollo de terapias del dolor más específicas según el sexo. “Hemos visto durante mucho tiempo disparidades en la forma en que hombres y mujeres manejan el dolor, pero este estudio proporciona la primera evidencia clara de que esas diferencias están profundamente arraigadas en la biología”, afirmó el investigador.

“Al adaptar las terapias del dolor a los mecanismos biológicos de cada sexo, podríamos mejorar significativamente los resultados para los pacientes y reducir el riesgo de dependencia de opioides”.

El estudio también reveló que tanto hombres como mujeres con dolor crónico experimentaron un alivio del dolor más pronunciado durante la meditación en comparación con los participantes sanos, lo que sugiere que la meditación puede ser una herramienta útil para el manejo del dolor en personas con condiciones crónicas.

Este nuevo enfoque en el tratamiento del dolor tiene un impacto potencial no solo en la reducción del uso indebido de opioides, sino también en la mejora general del bienestar de los pacientes que sufren de dolor crónico.

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