Diversión, arte y educación en Highland Park
Destinie Escobedo pone su negocio de manualidades al servicio de la comunidad
Después de un mes de rentar un espacio detrás de un negocio para mascotas en 2019, donde Destinie Escobedo manejaba su negocio de bricolaje para su tienda virtual de Etsy, los dueños le dijeron que iban a cerrar el negocio.
“Ellos ya no pudieron pagar el alquiler por sí solos”, recuerda Escobedo.
Ahora la latina de 36 años siente que ellos accidentalmente le dieron la oportunidad de cumplir sus metas y sueños.
“Decidieron cerrar y yo tenía que salirme de ahí o tomar todo el local lo que fue un momento difícil para mí”, explica la emprendedora. “No me di cuenta de que [ser dueña de un local] era algo que haría tan pronto y no estaba nada preparada”.
Después de cinco años de dar un salto de fe, Escobedo aún sigue como dueña del negocio
“Be Nice Have Fun” (“Se Amable, Diviértete” en español) ahora en un nuevo local en Highland Park a unos minutos de donde comenzó.
En Be Nice Have Fun, la emprendedora vende manualidades, ha creado un espacio acogedor para la comunidad y ofrece una variedad de talleres.
Dentro de su local se encuentran una gran variedad de pins y pegatinas con algunos diseños hechos por Escobedo, libros y cartas en español e inglés, bolsas y playeras con frases divertidas como “in my señora era” y “buenas vibras” entre otras cosas.
“El espacio es definitivamente mucho de mi personalidad en términos de mis creencias, mis valores y es una gran extensión de quién soy, lo que ha sido una manera muy fácil de crear el negocio en sí”, asegura la emprendedora.
Escobedo fue parte de la clase de anuario en la preparatoria donde encontró su amor por el diseño y el arte aunque desde niña era creativa.
Ella recuerda jugar “a la tiendita” cuando era pequeña donde escaneaba artículos con un pitido de su boca o jugaba a la biblioteca con sus libros.
“Siempre he tenido una gran imaginación”, dice la emprendedora. “Creo que en esas veces donde jugaba sola era cuando no me sentía juzgada y realmente podía sacar mi creatividad”.
A los 19 años lanzó su primer negocio pequeño haciendo tejidos de ropa compañeras de trabajo y después tuvo otro negocio llamado “Woke Brown Fem” donde vendía ropa de activismo, entre otras cosas.
Aunque Escobedo creció en South Gate, siempre visitaba a sus abuelos o tíos en Highland Park donde sus padres crecieron.
Su padre le dijo que en su niñez él mismo era demasiado pobre para hacer cosas divertidas y eso le impactó a la emprendedora e inspiró los talleres que ofrece para la comunidad.
“Estoy de regreso aquí en el noreste de Los Ángeles, tratando de ocupar un lugar donde mi familia fue expulsada”, explicó la joven latina. “Existe mucho de mi propia cultura que ha sido borrada de una manera u otra que estoy intentando recuperar en el área”.
Durante un tiempo cuando su trabajo era vender manualidades en el mercado virtual de Etsy, su madre aún le preguntaba cuando iba a tener un trabajo real a pesar de que tenía buenas ventas.
“Tengo un trabajo real, estoy ganando dinero real, pero no era algo visual, así que ella no podía verlo”, explicó la joven. “Y no fue hasta que se creó la tienda física que pudieron ver lo que estaba sucediendo”.
Pero la emprendedora entiende las preocupaciones de sus padres que son latinos de segunda generación.
“En muchas formas, mis padres tuvieron que ser invisibles… siempre tratando de asimilar la cultura de los Estados Unidos”, dijo Escobedo. “Cuando se esforzaban al máximo, estaban destinados al fracaso porque siempre iban a ser ‘el otro’ y estoy seguro de que eso, en sus propias vidas, ha sido muy doloroso para ellos”.
Hoy en día, sus padres están orgullosos de ella y Escobedo bromea de que su madre es pasante en su negocio que saluda a los clientes y la acompaña.
Una de las dificultades que enfrenta actualmente es mantener sus puertas abiertas ya que el modelo de negocio lo describe como cíclico.
“Necesitamos que la gente compre nuestros productos para poder permanecer aquí, para poder ofrecer talleres gratuitos, para poder brindar apoyo gratuito como ayuda mutua y cosas así para nuestra comunidad”, explicó la emprendedora.
No obstante, la latina se siente muy agradecida por los más de 5 años con la comunidad y la ayuda que ha podido proporcionar.
El año pasado donaron $50 en materias escolares para 15 maestros en la comunidad y recientemente donaron $1,000 en tarjetas de regalo para niños sin hogar en el área.
Escobedo dice que es una de las pocas latinas emprendedoras en su cuadra que tiene un local y le gustaría ver a más mujeres como ella.
“Estoy dispuesta a compartir cualquier información que alguien necesite”, dijo la emprendedora. “Tenemos las puertas abiertas aquí para brindar recursos y siempre estoy buscando recursos también”.