El impacto de la pandemia que se sigue sintiendo en la niñez
La falta de interacción y atención de los pequeños sigue afectando el desarrollo en su educación
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Estudiantes de pre-kínder y kínder de la escuela Telfair Elementary en Pacoima. (Jacqueline García) Crédito: La Opinión
Para muchos bebés y niños la pandemia afectó su desarrollo y convivencia con otros infantes debido al cierre de escuelas, centros de cuidado y para los menores que más necesitaban apoyo, los servicios fueron difíciles para acceder o completamente inaccesibles.
En un seminario organizado por el centro de periodismo de salud en USC, la periodista y ahora editora Alia Wong y la Dra. Sara Johnson, profesora e investigadora de Equidad de Salud y Salud de la Población Pediátrica en la escuela de medicina de Johns Hopkins University, se unieron para hablar sobre los efectos de la pandemia en el desarrollo de jóvenes que los sigue afectando.
Wong tiene más de una década cubriendo el tema de educación infantil y compartió, que en conversaciones con amigos o familiares, cada persona tenía dudas o se preocupaban sobre el desarrollo de sus hijos debido a la pandemia.
“Sabemos que estos años son muy cruciales y dependen de la interacción, la crianza, el cuidado y el desarrollo de habilidades socioemocionales”, explicó Wong. “Y estas eran precisamente las cosas que la pandemia nos estaba quitando o dificultando”.
De acuerdo con un reporte publicado en USA Today por Wong, dos investigaciones del hospital de Rhode Island y la organización sin fines de lucro, la fundación LENA, encontraron que bebés nacidos durante la pandemia vocalizaron y participaron en menos interacciones verbales que sus contrapartes nacidos antes de la pandemia.
Los investigadores señalan la falta de exposición agravada por el estrés de los responsables del cuidado, y el hecho de que los bebés de la pandemia tenían menos gente hablando e interactuando con ellos por menos tiempo cada día.
Después de decenas de entrevistas con padres o cuidadores, la mayoría de personas compartieron que los jóvenes tenían dificultad con: poner atención, regular emociones, resolución de conflictos, compartir con otros y ansiedad por separación.
La Dra. Johnson subraya que históricamente los tipos de cambios que la pandemia trajo, suelen llegar a malos resultados de desarrollo, pero el impacto a cada niño es diferente.
Enfatiza que el lugar en el que ha visto más impactos es en la educación.
“Para tener éxito en la escuela se necesita mucho más que este tipo de habilidades cognitivas básicas. También se necesita saber resolver problemas y relacionarse con los compañeros de clase y los iguales, escuchar y esperar su turno y negociar conflictos”, explicó Johnson.
“Por lo tanto, las conductas relacionadas con la escuela reflejan esa confluencia y la intersección de muchas habilidades que pueden resultar difíciles para los niños que han experimentado algunas dificultades en su preparación”.
Wong notó que se está viendo un aumento en la cantidad de niños que necesitan más apoyo y que ahora necesitan educación especial.
“Es casi como un efecto de cuello de botella de los niños que no recibieron esa intervención temprana en nuestros servicios que ahora lo requieren”, explicó Wong. “ Y lo que sabemos es que cuanto antes se reciba esa intervención, menos probabilidades habrá de necesitar esos apoyos adicionales”.
A pesar de las dificultades causadas a largo plazo por la pandemia, Johnson mantiene que aún hay esperanza debido a la maleabilidad de los cerebros de niños jóvenes.
“Afortunadamente, el cerebro continúa adaptándose a su entorno y las personas cambian en respuesta a sus entornos, y eso es tan bueno como malo”, agregó Johnson. “Pero una de las cosas que sabemos, en particular para los niños pequeños…, los apoyos para infantes son muy prometedores para ayudarlos a reparar cualquier tipo de problema de desarrollo que podamos estar viendo”.
Won subrayó que existe un programa llamado HealthySteps que conecta a una trabajadora social para ayudar a los niños con su desarrollo y a los padres o cuidadores.
Wong agrega que uno de los grandes problemas es la falta de reconocimiento de la importancia de estos apoyos.
“Lo que realmente falta en términos de apoyos y servicios específicos es que todavía estamos lidiando con una grave escasez de personal en los entornos de la primera infancia”, explicó. “El salario es demasiado bajo considerando que es un trabajo increíblemente difícil”.