Verbos violentos en las películas: de qué se tratan y cómo nos influencian

Un estudio revela que el lenguaje violento en películas ha aumentado en cinco décadas, destacando más verbos asesinos y cambios en personajes femeninos

Verbos violentos en las películas: de qué se tratan y cómo nos influencian

Por ejemplo, en películas clasificadas PG-13, la violencia con armas de fuego se ha triplicado desde la introducción de esta categoría en los años 80 Crédito: Shutterstock

Un análisis innovador revela que las películas han experimentado un aumento sostenido en el uso de lenguaje violento a lo largo de cinco décadas, según un estudio reciente publicado en JAMA Pediatrics.

Utilizando aprendizaje automático, los investigadores analizaron 166.534 transcripciones cinematográficas, identificando un notable incremento en la frecuencia de palabras como “matar” o “asesinar”.

Esta tendencia sugiere una evolución cultural hacia una mayor tolerancia a la representación de la violencia en la pantalla, o al menos, una disminución en la resistencia a abordar el tema a través del diálogo.

Los llamados “verbos asesinos” aparecieron en aproximadamente el 7% de las películas examinadas, una cifra que, según los autores, representa un límite inferior en los informes. El enfoque del estudio se centró únicamente en usos activos y afirmativos del lenguaje violento, dejando fuera frases interrogativas, negativas o pasivas.

Amir Tohidi, de la Universidad de Pensilvania, destacó que incluir formas de violencia menos explícitas podría resultar en un conteo aún más elevado, subrayando la complejidad de cuantificar plenamente la representación de la violencia en el cine.

Un aspecto llamativo del análisis es el aumento en el uso de lenguaje violento por parte de personajes femeninos. Aunque históricamente las mujeres han estado subrepresentadas en papeles y diálogos violentos, el estudio encontró una tendencia al alza en los verbos homicidas utilizados por personajes femeninos.

Esto refleja un cambio gradual en las dinámicas narrativas y de género dentro de la industria cinematográfica, aunque todavía persiste una brecha significativa.

Otros estudios paralelos sobre la representación de género en el cine corroboran esta desigualdad. Un análisis de guiones realizado por la Universidad del Sur de California reveló que hay más del doble de personajes masculinos que femeninos, y que los diálogos masculinos son significativamente más numerosos.

Lenguaje orientado a la muerte

Además, los hombres tienden a utilizar un lenguaje más vulgar y orientado hacia la muerte, mientras que las mujeres tienen diálogos con tonalidades más positivas.

El creciente interés por la violencia no se limita únicamente al lenguaje. Estudios anteriores, como el coescrito por el investigador Bushman, han evidenciado que la violencia física también ha aumentado en el cine.

Por ejemplo, en películas clasificadas PG-13, la violencia con armas de fuego se ha triplicado desde la introducción de esta categoría en los años 80, superando incluso los niveles observados en producciones clasificadas R. La violencia ficticia, en general, se duplicó entre 1950 y 2013, lo que sugiere que las audiencias modernas son más receptivas, o incluso demandantes, de este tipo de contenido.

La motivación detrás de esta escalada podría estar relacionada con la competencia por captar la atención del público. Según Fotouhi, quien también participó en el estudio, la violencia es un recurso narrativo que garantiza un alto nivel de impacto emocional y engancha de manera efectiva a los espectadores.

Este enfoque comercial, combinado con cambios culturales, parece haber incentivado la normalización de representaciones violentas tanto en el diálogo como en las tramas cinematográficas.

A pesar del aumento constante en las últimas décadas, no está claro si este fenómeno alcanzará un límite. Bushman señaló que la evidencia actual no sugiere la proximidad de un punto de inflexión.

En lugar de eso, la tendencia parece estar profundamente arraigada, reflejando tanto las dinámicas culturales como las presiones de la industria cinematográfica por innovar y retener audiencias.

El estudio también pone de manifiesto un desafío para futuras investigaciones: comprender mejor cómo la representación de la violencia en el cine impacta a las audiencias, especialmente a los jóvenes. En este sentido, el creciente protagonismo de personajes femeninos en narrativas violentas también podría influir en cómo se perciben los roles de género y la agresión en la sociedad.

Mientras tanto, la industria cinematográfica sigue explorando nuevas formas de narrar historias con violencia como recurso central, lo que plantea preguntas sobre el impacto cultural y emocional a largo plazo. Sin señales claras de un cambio de dirección, es probable que las películas continúen reflejando y reforzando estas tendencias en los años venideros.

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