Cómo los aranceles de Trump pueden poner en riesgo la era del libre comercio que impera desde el fin de la Segunda Guerra Mundial

Dos expertos en economía y política comercial analizan para la BBC las implicaciones de las políticas arancelarias de Trump en Estados Unidos y el mundo.

La subida de aranceles que Trump está promoviendo marcaría un nuevo capítulo para el comercio global.

La subida de aranceles que Trump está promoviendo marcaría un nuevo capítulo para el comercio global. Crédito: Getty Images

El amplio paquete de aranceles del presidente Trump tiene como objetivo, en parte, proteger a las industrias estadounidenses, recaudar dinero y, como ya se ha visto, ser utilizado como un arma de negociación.

El republicano ya impuso aranceles a las importaciones de China, anunció planes para aplicar un arancel del 25% a todas las importaciones de acero y aluminio, y amenazó con imponer aranceles del 25% a Canadá y México.

Todavía no sabemos hasta dónde será capaz de llegar, pero si lo que ya está sobre la mesa se cumple, elevaría los aranceles promedio a su nivel más alto desde la década de 1940, lo que marcaría un nuevo capítulo para el comercio global.

Desde el final de la Segunda Guerra Mundial en 1945, se ha considerado ampliamente que los aranceles conducen a precios más altos para el consumidor y menos opciones de compra, y con las inevitables represalias, son contraproducentes para las industrias que se suponía que debían proteger.

Pero ¿estamos dándole la espalda a esta era?

Organicé un debate con dos expertos en economía y política comercial para analizar las implicaciones de las políticas de Trump para Estados Unidos y el mundo, y explorar las diferentes opiniones sobre quiénes podrían ser los mayores ganadores o perdedores.

Conoce a los participantes

Meredith Crowley es profesora de economía en la Universidad de Cambridge, en Inglaterra. Ella cree que los aranceles pueden llevar a una carga económica mucho más pesada para los ciudadanos con ingresos más bajos.

Jeff Ferry es economista jefe emérito de la Coalición para un Próspero Estados Unidos. Él piensa que los aranceles pueden impulsar el crecimiento y reconstruir la industria manufacturera estadounidense.

Las ambiciones de Trump

El presidente Trump describió los aranceles como “la palabra más hermosa del diccionario”, lo cual es realmente intrigante. ¿Qué es lo que le atrae de ellos?

Jeff Ferry (JF): Creo que Trump ha dejado bastante claro que cree que los aranceles son algo “hermoso” por varias razones.

En primer lugar, porque pueden reactivar y reconstruir la industria manufacturera estadounidense. También considera que Estados Unidos tiene un enorme déficit comercial.

En 2024, tuvimos un déficit comercial récord de $1.2 billones de dólares, lo que significa que el resto del mundo, y en particular los países con superávit comercial, están generando grandes cantidades de ingresos vendiendo al mercado estadounidense.

Esto le da a Estados Unidos una poderosa herramienta de negociación y hemos visto cómo la ha usado en los últimos días en relación con las drogas y la inmigración con Canadá y México.

Meredith Crowley (MC): Supongo que lo que realmente preocupa a Trump es la disminución de los empleos manufactureros en Estados Unidos durante los últimos 40 años.

Vio que muchos empleos que solían existir en Estados Unidos han migrado a otros países con salarios más bajos, como México y China, y creo que lo que espera es que, al imponer aranceles, se estimulará la creación de empleos.

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Represalias

Sabemos que los países afectados por los aranceles también están pensando en medidas de represalia. ¿Cómo podrían esas medidas impactar los objetivos económicos de Trump?

JF: No hay duda de que una política arancelaria, combinada con una estrategia de inversión y crecimiento y una política de seguridad nacional, hará crecer la economía estadounidense y logrará un mayor crecimiento de la productividad que el que hemos visto en los últimos 25 años, que francamente ha sido pésimo según los estándares tradicionales de Estados Unidos.

500 años de historia muestran que la profesión económica, con su obsesión por el equilibrio de corto plazo, ha perjudicado no sólo a los trabajadores estadounidenses y al pueblo estadounidense, sino también al pueblo británico y a los trabajadores británicos, y a los trabajadores de muchos otros países.

En la era de posguerra, vimos cómo se derribaban las barreras comerciales y se popularizaba la idea de que la globalización era buena. ¿Estamos viendo ahora una reacción en contra de esto?

JF: Estamos viendo un alejamiento histórico del consenso posterior a la Segunda Guerra Mundial, que surgió del período en el que Estados Unidos estaba muy por delante del resto del mundo y estaba muy preocupado por la amenaza comunista.

Por lo tanto, lo que tú llamas “libre comercio”, y yo llamaría el consenso de tipo de cambio fijo de Bretton Woods, fue diseñado para que Estados Unidos apoyara e incluso subsidiara el crecimiento de las economías europeas y de otras economías.

Ahora hemos pasado a una nueva etapa en la que es bien sabido que la economía estadounidense comenzó a tambalearse en la década de 1970, y China ha ascendido hasta convertirse en la potencia manufacturera número uno del mundo básicamente mediante la explotación de todas las reglas del sistema.

Necesitamos un nuevo sistema.

MC: Tengo un diagnóstico diferente de lo que sucedió en la historia reciente.

En los últimos 40 años, está claro que una mayor protección es muy popular. Entre 1981 y 1994, Estados Unidos restringió las importaciones de automóviles de Japón, lo que tuvo dos consecuencias.

La primera es que elevó el precio de los automóviles para los estadounidenses; y la segunda, a largo plazo, provocó inversiones de los fabricantes japoneses en Estados Unidos, y hoy en día este país tiene una industria automotriz pujante.

Se podría apoyar a la industria estadounidense de forma mucho más directa contando con el apoyo directo del gobierno.

BBC:

Trump ha creado incertidumbre sobre el acceso de los fabricantes canadienses al mercado estadounidense en el futuro. Y como Trump cumplió sus amenazas en 2018 de imponer aranceles a China, las grandes corporaciones podrían estar revisando sus planes de expandir sus operaciones en Canadá o México para atender al mercado estadounidense.

Habrá un retroceso en la actividad económica real en esos socios comerciales.

Precios más altos

Meredith, Trump ha reconocido que puede haber “un poco de dolor” para los estadounidenses en el corto plazo porque, como mencionaste, los aranceles tienden a significar precios más altos.

MC: Un estudio sobre lo que sucedió en la primera ronda de aranceles de Trump a China en 2018 mostró que, en los primeros dos años, la mayor parte del aumento de costos fue absorbido por los importadores y distribuidores, y no se trasladó a los consumidores.

Sin embargo, los aumentos de precios tienden a producirse de manera más gradual.

Una vez que te das cuenta de que el arancel está en vigor de manera permanente, el fabricante se da cuenta de que todos tendrán que pagarlo y aumenta gradualmente sus precios.

Una de las preocupaciones de los economistas es que las personas que compran muchos bienes en lugar de servicios tienden a ser personas de bajos ingresos.

Por lo tanto, cuando se aplican aranceles a artículos como zapatillas de deporte para niños, mochilas y ropa, ese tipo de artículos de consumo, en realidad se está imponiendo una carga fiscal mucho más pesada a las personas de ingresos más bajos del país, en lugar de a alguien que gasta su dinero en vacaciones y educación privada para sus hijos.

BBC:

Guerra comercial

Jeff, ¿te preocupa una guerra comercial global que pueda perjudicar los objetivos de Trump?

JF: Estamos en guerra comercial desde 2001, desde que China entró en la comunidad de comercio mundial.

La guerra comercial es de larga data. Ahora Estados Unidos está tomando medidas y mucha gente se está dando por vencida, no porque les preocupe una guerra comercial, sino porque les preocupa perder un mercado valioso para sus propios productos.

Pero quiero volver a los precios al consumidor.

La gente se centra exclusivamente en lo negativo. El propósito del arancel es estimular la industria nacional, por lo que, en el lado positivo, se crean nuevas inversiones en la industria nacional.

En el lado negativo, se genera un aumento de precios. Por lo tanto, depende fundamentalmente de los números en ambos casos.

Lo que sabemos de la primera ronda de aranceles de Trump, entre 2018 y 2019, es que el precio de los bienes arancelados subió, como el acero, pero las empresas se comprometieron a construir nuevas fábricas, como las plantas siderúrgicas, que han contratado a cientos de personas: excelentes oficios manuales para personas que, en general, no tienen un título universitario.

La fase actual de la globalización, que comenzó alrededor de 1990, fue un gran error. La idea de que Estados Unidos pudiera competir con México en salarios, en particular para los trabajadores de la industria manufacturera, fue una locura.

Veamos la opinión de Meredith sobre esto. ¿Estás de acuerdo en que, francamente, para las economías con salarios más altos, la globalización no ha sido una gran idea desde la década de 1990?

MC: Entiendo el punto de vista de Jeff de que la única preocupación del presidente debería ser el bienestar de los estadounidenses.

Getty Images:

Pero entre 1990 y 2023, el número de personas en todo el mundo que viven en extrema pobreza con menos de $2.15 dólares al día se redujo de 2,000 millones a alrededor de 700 millones.

El hecho de que más de 1,000 millones de personas hayan salido de la pobreza gracias a la creciente globalización es un logro asombroso de la humanidad.

Está completamente claro para todos que dentro de la sociedad estadounidense los beneficios de la globalización no han sido iguales, por lo que existe una necesidad real en Estados Unidos de pensar en cómo mejorar el bienestar de las personas menos cualificadas y cómo introducir puestos de trabajo en la economía para ayudarlas.

En lo que difiero de Trump es en que creo que hay herramientas más eficaces. Se necesita una política industrial o subsidios a la producción.

La productividad estadounidense es muy alta porque estamos invirtiendo constantemente en tecnología que ahorra mano de obra, pero la consecuencia es que los trabajadores menos cualificados se han quedado atrás y sus vidas son materialmente peores que hace treinta años.

JF: Estoy cien por ciento de acuerdo con Meredith.

Igualdad

Esto es fascinante. Si vemos el tipo de barreras comerciales que Trump quiere poner en marcha, ¿qué significa eso para esta cuestión de la igualdad?

MC: Una vez que se empiezan a poner barreras entre países, se crean muchas oportunidades para lo que en el mundo de la economía llamamos ganancias monopólicas.

Una vez que se limita la entrada, los productores existentes pueden aumentar sus precios y explotar a los consumidores.

Si Estados Unidos entra en una guerra comercial con China, ¿qué va a pasar con las importaciones de países con los que Estados Unidos no está interesado en tener una guerra comercial?

Si Estados Unidos y China profundizan su guerra comercial, esto podría afectar la participación de los países del África subsahariana en la cadena de suministro con Estados Unidos y China, lo que significa que será una de las áreas del mundo que soportará parte del peso de esta guerra comercial.

Por lo tanto, los efectos indirectos podrían ser muy, muy negativos.

Jeff, ¿es este un precio que vale la pena pagar? ¿Qué tipo de impacto podríamos ver en el crecimiento?

JF: No lo considero un precio que valga la pena pagar, sino una evolución del sistema mundial en el que, con suerte, conseguiremos un mayor crecimiento en todas partes.

Y en esto es en lo que discrepo de la visión económica dominante, que se centra demasiado en el comercio y en pequeñas mejoras de productividad.

El mundo ha crecido gracias al éxito de las industrias. La prosperidad de Estados Unidos entre 1900 y 1970 se debió en gran medida a la industria del automóvil.

Lo que se vio fueron enormes ganancias de productividad cuando Henry Ford y todos sus sucesores inventaron y desarrollaron la producción en masa. Se vieron aumentos salariales y de gasto, y tuvimos la economía más próspera del mundo.

Por lo tanto, lo que necesitamos es crecimiento industrial y, si analizamos el marco de seguridad nacional, no podemos depender de China para tantos bienes como lo hacemos hoy.

Somos demasiado dependientes de China aquí en Estados Unidos. Europa es demasiado dependiente de China. Entonces, ¿cuál es la solución? Bueno, la solución es bastante obvia: necesitamos fabricar ciertos bienes aquí en Estados Unidos.

Producido por: Rosemary McCabe, Rhoda Buchanan y Harriet Whitehead

Esta transcripción fue editada para mayor claridad y brevedad.

BBC:

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