Aumento de gripe y bajas tasas de vacunación en EE.UU.: qué debemos saber
La caída en las tasas de inmunización y el resurgimiento de enfermedades como el sarampión generan preocupación por una crisis de salud pública en EE. UU.
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El programa de vacunación de los CDC es una guía que los estados pueden adoptar si así lo desean. Crédito: BlurryMe | Shutterstock
El descenso en las tasas de vacunación, los brotes de enfermedades que antes se consideraban erradicadas y la creciente desconfianza hacia las autoridades sanitarias han generado alarmas sobre una posible crisis de salud pública en Estados Unidos. En lo que va del año, más de 130 casos de sarampión han sido reportados en Texas y Nuevo México, lo que ha reavivado los temores de un resurgimiento de esta enfermedad altamente contagiosa. Los expertos consideran que el sarampión es una señal de advertencia, un indicador de que otras enfermedades prevenibles por vacunación podrían regresar.
Paul Offit, pediatra e inmunólogo destacado, ha señalado que el sarampión es el “canario en la mina de carbón” y advirtió sobre el descenso significativo de las tasas de vacunación en el país desde el inicio de la pandemia de COVID-19. El comportamiento de los padres también ha cambiado: cada vez más optan por no vacunar a sus hijos, lo que está contribuyendo a la disminución de la inmunización. La tasa de vacunación infantil contra el sarampión, que era del 95% en 2019, ha bajado al 93% en 2023, y en algunas regiones, como Idaho, la cifra es aún más baja, cayendo por debajo del 80%.
Este fenómeno se ha visto exacerbado por la reciente llegada al poder de Robert Kennedy Jr., un conocido escéptico de las vacunas, quien fue nombrado Secretario de Salud. Sus declaraciones públicas sobre la seguridad de las vacunas y sus críticas a la industria farmacéutica han alimentado la desinformación sobre la inmunización, especialmente en un clima de creciente desconfianza hacia las autoridades. En este contexto, la vacunación se ha convertido en un tema polarizador en la política estadounidense.
Los expertos afirman que los efectos de esta caída en las tasas de inmunización ya son evidentes. En Luisiana, un brote de tos ferina ha llevado a la muerte de dos niños, lo que subraya la gravedad de la situación. En este caso, las exenciones a la vacunación han sido citadas como uno de los principales factores detrás del resurgimiento de la enfermedad. Las familias que eligen no vacunar a sus hijos por razones religiosas o filosóficas están contribuyendo a la propagación de enfermedades previamente controladas. En algunos estados, como Texas, es casi imposible aplicar un mandato de vacunación, ya que los padres pueden presentar objeciones por cualquier motivo.
Los recientes brotes de sarampión en Texas han afectado principalmente a comunidades menonitas, un grupo religioso que ha optado por no vacunar a sus hijos. Este escenario recuerda al brote de sarampión de 2019 en Nueva York y Nueva Jersey, donde más de 1,200 casos fueron reportados principalmente entre comunidades judías ortodoxas que no habían vacunado a sus hijos.
El creciente número de exenciones a las vacunas refleja una tendencia más amplia influenciada por la “reacción pandémica”. La frustración por los confinamientos, las medidas sanitarias y la difusión de mensajes contradictorios durante la pandemia de COVID-19 han erosionado la confianza en las autoridades sanitarias. Richard Hughes, experto en políticas de salud, señaló que si bien la vacunación fue un tema debatido durante la pandemia, los legisladores ahora se enfrentan a un panorama más complejo, con un aumento de proyectos de ley que buscan limitar las vacunas obligatorias o ampliar las exenciones.
En algunos estados, como Montana y Luisiana, las políticas de inmunización han sido recientemente desafiadas. En Montana, por ejemplo, las estadísticas de vacunación han dejado de publicarse, y en Luisiana se ha detenido la promoción activa de las vacunas. Estos son claros indicios de un movimiento en contra de las prácticas de vacunación que antes fueron fundamentales en la política de salud pública del país.
Offit advirtió que los estadounidenses podrían enfrentar un regreso a una realidad muy difícil si las tasas de vacunación continúan cayendo. Antes de la introducción de la vacuna contra el sarampión en 1963, la enfermedad afectaba a entre tres y cuatro millones de personas en EE. UU. cada año y causaba cientos de muertes. La enfermedad fue eliminada en 2000 gracias a una inmunización generalizada, pero ahora, con la disminución de la cobertura de vacunación, las consecuencias de esta falta de prevención podrían ser devastadoras.
“Las personas no entienden lo grave que puede llegar a ser el sarampión”, dijo Offit, enfatizando que sin la inmunización, enfermedades como el sarampión podrían regresar con fuerza. Los expertos coinciden en que, sin medidas inmediatas, Estados Unidos podría enfrentar una crisis de salud pública aún más grave, con la posibilidad de que otras enfermedades infecciosas también resurjan.
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