Brote de sarampión en Texas podría durar un año: funcionario
El brote de sarampión en Texas, Nuevo México y Oklahoma alcanza 321 casos. Autoridades refuerzan pruebas y vacunación para frenar la propagación

Crédito: mojahata | Shutterstock
El brote de sarampión que afecta a los estados de Texas, Nuevo México y Oklahoma continúa en ascenso, con un total de 321 casos confirmados hasta este martes, según informaron las autoridades sanitarias de cada estado. Esta cifra representa un incremento de 25 casos en comparación con la actualización más reciente del pasado viernes.
Texas sigue siendo el estado más afectado, con 279 casos registrados, mientras que Nuevo México ha reportado 38 contagios y Oklahoma mantiene cuatro casos vinculados a esta crisis sanitaria. Ante la rápida propagación de la enfermedad, las autoridades han intensificado los esfuerzos para contener el brote, principalmente en las zonas donde se han identificado más casos.

En Texas, el condado de Gaines ha sido el epicentro del brote, acumulando 191 de los casos totales en el estado. En Nuevo México, el condado de Lea, que limita con Gaines, es el más afectado. Estos datos han llevado a los expertos a reforzar las estrategias de control en estas áreas, ya que la naturaleza altamente contagiosa del sarampión sugiere que el número de afectados seguirá aumentando.
Hasta el momento, 38 personas han requerido hospitalización debido a complicaciones derivadas del sarampión, dos más que la semana anterior. La mayoría de los afectados son menores de edad: 95 casos corresponden a niños de hasta cuatro años y 130 a jóvenes entre 5 y 17 años. La enfermedad ha sido detectada en 11 condados de Texas y en dos condados de Nuevo México, lo que indica una propagación más extensa dentro de la región.
Uno de los aspectos que más preocupa a los especialistas es que la mayoría de los infectados no estaban vacunados o se desconoce su historial de vacunación. Sin embargo, seis de los casos reportados corresponden a personas que aseguraron haber recibido al menos una dosis de la vacuna triple vírica (MMR), de los cuales dos se encuentran en Texas y cuatro en Nuevo México.
El brote ya ha cobrado al menos una vida. En febrero, Texas informó la muerte de un niño en edad escolar que no estaba vacunado y no presentaba enfermedades subyacentes. Además, las autoridades de Nuevo México investigan el fallecimiento de otra persona no vacunada que dio positivo en la prueba del sarampión, aunque aún no han confirmado si la enfermedad fue la causa directa de su deceso.
Ante la magnitud del brote, los expertos advierten que la situación podría prolongarse. Katherine Wells, directora de Salud Pública de Lubbock, indicó en una conferencia de prensa que se espera que el brote continúe durante un año. Según Wells, la dispersión de casos en una zona rural y de múltiples estados representa un desafío significativo para contener la propagación del virus.
Como parte de las medidas para mejorar la respuesta sanitaria, se han establecido laboratorios en Lubbock, lo que permite reducir el tiempo de procesamiento de pruebas de 72 horas a un solo día. Esto facilitará la identificación temprana de casos y la toma de decisiones rápidas para evitar la propagación del virus.
Los funcionarios sanitarios han enfatizado la importancia de la vacunación para detener el brote. En 2023, un brote de sarampión en Chicago logró contenerse en 64 casos gracias a la administración de 30.000 dosis de la vacuna MMR, lo que impidió que la cifra superara los 100 contagios. Experiencias como esta refuerzan la importancia de la inmunización masiva en situaciones de crisis epidemiológica.
Hasta el 18 de marzo, el número total de casos de sarampión reportados en Estados Unidos en lo que va de 2024 ha alcanzado los 353, superando el total de 285 casos registrados en todo 2023. Este es solo el tercer año desde la erradicación del sarampión en EE. UU. en el 2000 en el que un brote ha superado los 200 casos, junto con los de 2014 y 2019.
Ante este panorama, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE. UU. (CDC) han desplegado equipos en Texas para reforzar los esfuerzos locales de contención. Sin embargo, el Dr. Philip Huang, director de Salud y Servicios Humanos del Condado de Dallas, expresó su preocupación por la dependencia de fondos federales para llevar a cabo estas labores.
“El financiamiento del personal para las clínicas de vacunación, la investigación epidemiológica y el rastreo de contactos depende en gran medida del apoyo federal. Nos preocupa el impacto de los posibles recortes presupuestarios en estos esfuerzos críticos”, advirtió Huang.
Las autoridades sanitarias continúan instando a la población a vacunarse y a estar atenta a los síntomas del sarampión, como fiebre alta, tos, congestión nasal y erupciones cutáneas, para detectar la enfermedad a tiempo y evitar mayores complicaciones.

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