Cómo se mantiene el cuerpo del papa Francisco hasta su entierro sin ser embalsamado
Uno de los últimos deseos del sumo pontífice de la Iglesia Católica fue someter su cuerpo a procedimientos de conservación menos invasivos

Féretro del papa Francisco en la basílica de San Pedro. Crédito: Vatican Media | EFE
Entre las numerosas peticiones del Papa Francisco de cara a su muerte, como la simplificación del rito o la sobriedad de la exposición de su cuerpo, se encontraba la de no ser embalsamado, a diferencia de los pontífices anteriores.
Benedicto XVI y Juan Pablo II, sus antecesores, tampoco sometieron sus cuerpos a la técnica de embalsamamiento, que preserva el cuerpo para su exposición pública, y el papa Francisco solicitó un tratamiento más sencillo y menos invasivo.
El papa Francisco dejó claro en su testamento que no deseaba ser embalsamado, su cuerpo fue sometido a una técnica de conservación conocida como tanatopraxia, que permite mantenerlo en condiciones aceptables para que los fieles puedan despedirse hasta el momento de su funeral, este sábado 26 de abril.

Quien sí aceptó someterse a esta técnica, y de una manera muy exitosa, fue Juan XXIII. 40 años después de su muerte, en 2001 su cuerpo fue exhumado y continuaba prácticamente incorrupto.
Qué es la tanatopraxia
Esta es una técnica conocida como “embalsamamiento temporal”, un procedimiento menos invasivo que el tradicional y permite la conservación del cuerpo sin vida en buen estado durante unos días, pasado ese tiempo, el cuerpo se deteriora y continúa con sus procesos naturales de descomposición.
El método consiste en acceder a arterias principales, como la carótida, para introducir una cánula hasta el corazón, inyectando una solución química mediante un sistema de presión, que reemplaza la sangre, que es drenada por la yugular.

Para llevar a cabo el procedimiento de la tanatopraxia, se debe lavar cuidadosamente el cuerpo, en este caso, del papa Francisco, para eliminar bacterias, afeitar el vello facial, masajear sus músculos para aliviar la rigidez muscular que se produce una vez que una persona falleció.
Posteriormente se extrae la sangre del cuerpo y se procede a inyectar la solución, compuesta posiblemente por colorantes, alcohol, agua y formaldehído para preservar los tejidos y mantener una apariencia natural.
Este método garantiza que el cuerpo se mantenga presentable durante los días de exposición, respetando la voluntad del papa Francisco de evitar el embalsamamiento permanente.

Especialistas de la tanatopraxia debieron trabajar por 6 días para preservar el cuerpo del papa Francisco y evitar o aletargar su descomposición natural, mientras se produce el último adiós de decenas de miles de personas que pasarán estos días por la plaza San Pedro.
En sintonía con su deseo de simplicidad, el rito se ha simplificado: no se utiliza el catafalco papal tradicional, y el féretro es un modelo austero de madera y zinc, además, la elección de la tanatopraxia expone el perfil humilde que marcó el pontificado de Francisco.
La tanatopraxia es una práctica, regulada en Italia por una ley de 2022, que se considera una evolución moderna del embalsamamiento y se distingue por el uso de sustancias menos invasivas y más respetuosas con el cuerpo humano.