Redadas: Crueldad y terror como norte
Maribel Hastings es asesora de America's Voice

ICE aplica nuevo plan de deportaciones de Trump. Crédito: ICE
El ataque estadounidense a instalaciones nucleares de Irán el pasado sábado domina la cobertura mediática, pero eso no implica que la guerra interna de Donald Trump contra los inmigrantes haya bajado en intensidad. Por el contrario.
Abundan reportes sobre los operativos de ICE con agentes enmascarados, armados y en autos sin identificación ingresando a diversos lugares y negocios aterrorizando inmigrantes y personas en general, porque han sido varios los ciudadanos y residentes autorizados los que han caído en esta amplia red de terror del gobierno.
Trump ha fijado cuotas de al menos 3,000 detenciones diarias. Como saben que la cifra de inmigrantes con historial delictivo no será suficiente para completar “el mayor operativo de deportaciones en la historia de Estados Unidos”, detienen a inmigrantes trabajadores, algunos incluso con visas y permisos para vivir y trabajar en Estados Unidos.
Y las historias reportadas evidencian que la crueldad es el norte de esta administración, y su objetivo es sembrar el terror. Poco importa llevarse por delante personas mientras trabajan y que en muchos casos son padres o madres de ciudadanos y llevan décadas viviendo y pagando impuestos en Estados Unidos. Ni el orgullo de servir en las fuerzas armadas exime a padres de ser objetivo de una detención, en este caso violenta, como la del jardinero Narciso Barranco, padre de tres marines, en Santa Ana, California, como reportó Los Angeles Times.
Uno de sus hijos, Alejandro Barranco, veterano de la Infantería de Marina, le dijo al diario que a su padre lo detuvieron mientras arreglaba el jardín de un restaurante IHOP y “había sido rociado con gas pimienta y golpeado, y que tenía el hombro dislocado”. Barranco agregó que “su padre no había recibido tratamiento médico, ni comida ni agua, tras más de 24 horas en un centro de detención de Los Ángeles”.
La conducta de los agentes no es solo deplorable sino inquietante. ¿Quién garantiza que en efecto son agentes de ICE y no individuos actuando por cuenta propia y deteniendo personas?
No solamente recurren a la violencia sino que echan mano de perfiles raciales para detener indiscriminadamente. Es un asunto que nos afecta a todos porque los inmigrantes son apenas el punto de partida de una campaña para minar el debido proceso de ley y la democracia misma.
De ahí la activación de la Guardia Nacional y de los marines en California para poner a prueba el uso del aparato militar contra civiles con la excusa de que están rodeando a “criminales” indocumentados.
Los relatos son aterradores. Dueños de negocios afectados en Los Ángeles por los operativos han dicho que los agentes de ICE se comportan como “delincuentes” y “terroristas”.
En las comunidades afectadas se ha visto la activación de vecinos y activistas denunciando los operativos y enfrentado a los agentes y aunque los sondeos apuntan a que el público no ve con buenos ojos la forma en que Trump maneja este tema, no sé si procesan el peligro de estos desarrollos en diversos ámbitos, desde la economía hasta nuestras libertades individuales.
Lo peor del caso es que los excesos de Trump son validados, en algunas instancias, por la Corte Suprema de la nación que el lunes permitió que se reanuden las deportaciones de migrantes a terceros países con los cuales no tienen ningún vínculo y donde corren el riesgo de ser torturados o incluso de morir.
Pero volviendo al tema de Irán (porque todo está relacionado), es curioso que la ofensiva militar se lance la misma semana que el Senado discutirá el “enorme y horrible” proyecto de reconciliación presupuestaria de Trump que dispararía la deuda, incluye millonarios recortes al Medicaid dejando a millones sin seguro médico; contiene millonarias reducciones a los programas de asistencia nutricional; y le daría miles de millones de dólares adicionales al DHS y sus agencias migratorias, especialmente a ICE, para seguir aterrorizando nuestras comunidades.
No sería la primera vez que se recurre a un conflicto bélico para desviar la atención del público sobre alguna legislación problemática o sobre los problemas económicos y de otra índole que aquejan a una administración. Trump ya estaba usando su ofensiva migratoria con tales fines, pero le agrega otro elemento con Irán para abrumar y aturdir al público.
Con Trump no hay que leer entre líneas. Está haciendo todo lo que dijo que iba a hacer y más. Es un libro abierto donde la crueldad e infundir terror son su carta de presentación.