Qué son las “casas del pánico” del narco en México
Miles de propiedades abandonadas fueron tomadas por criminales y ahora son centros de drogadicción y reclutamiento de jóvenes para convertirlos en sicarios

Se estima que existen hasta 60,000 viviendas usadas para actividades ilícitas en Guanajuato. Crédito: X/@DiariodeMorelos | Cortesía
Federico entró por primera vez a una “casa de pánico”, como se conocen en Guanajuato a las propiedades abandonadas que operan como centros de consumo y distribución de drogas. Hoy, lucha por dejar atrás esa etapa que le costó amigos, familiares… y casi la vida.
“Lamentablemente ya me mataron a mi mejor amigo, ya me mataron a parientes”, dijo a Telemundo el joven, quien usa un nombre falso por temor a represalias. “La drogadicción me llevó a estar críticamente grave. No hallaba cómo salir y me daba miedo”.
Las casas de pánico —también llamadas panicuevas— proliferan en barrios marginados de Guanajuato y otros estados de México. No sólo son puntos de venta y consumo de drogas como la metanfetamina, sino también espacios donde jóvenes son reclutados por grupos criminales como sicarios, halcones o distribuidores.
Un epicentro de violencia
Guanajuato es actualmente el estado más violento de México. De enero a abril de 2025 se registraron 980 homicidios, de acuerdo con cifras del gobierno federal. En febrero, el promedio fue de 12.5 asesinatos diarios. Según la Encuesta de Victimización y Percepción sobre Seguridad, el 87.5% de la población considera la inseguridad como el principal problema del estado.
“El problema es que en esas casas no sólo se drogan, también se reclutan”, explicó a Telemundo David Miranda, consejero del Centro de Asistencia de Adicciones Las Joyas, en León. “Están captando menores desde los 12 años. Muchos ya son sicarios”.
Federico no es el único que logró salir. Otro joven, también entrevistado por Noticias Telemundo bajo condición de anonimato, relata cinco años dentro de una de esas casas.
“Me tocó ver a mujeres prostituyéndose y amigos que empezaron vendiendo droga y terminaron muertos”, cuenta. “Nos capacitan para usar armas. De ahí salen los sicarios”.
En barrios como Las Joyas, al oeste de León, el problema se ha intensificado. Autoridades estatales reconocen que grupos criminales han tomado por la fuerza complejos de vivienda con cientos de casas abandonadas. Se estima que existen hasta 60,000 viviendas usadas para actividades ilícitas en el estado.
“Ya en cualquier esquina puedes ver una casa de pánico”, dice Federico. “Son muchas casas abandonadas, es muy fácil encontrarlas”.
Un fenómeno global
El fenómeno no es exclusivo de México. En Estados Unidos existen las dope houses y en España los narcopisos. Un estudio liderado por la Universidad de Maryland concluye que las casas abandonadas tienden a atraer tanto a delincuentes como a víctimas por la falta de vigilancia.
“Estas casas generan delincuencia”, afirma Lauren C. Porter, coautora del estudio.
Una salida difícil, pero posible
Miranda asegura que el cambio es posible, aunque no sencillo. Su centro atiende a personas de entre 18 y 50 años con problemas de adicción. “Lo más importante es cambiar la mentalidad”, dice. “Deben querer una vida diferente. Lo demás lo hacemos nosotros”.
Federico, quien sueña con trabajar como pizzero, lo tiene claro: “Ya traigo la vida muy arruinada, fui muy humillado. Pero es hora de hacer un cambio”. Mientras tanto, sigue viviendo con temor.
“No quiero que me vuelvan a agarrar y me obliguen a hacer cosas. Yo sólo quiero salir adelante”, concluyó.
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