¿Qué tiene que ver iPhone? Nissan busca salvar esta planta
Nissan podría evitar el cierre de su planta en Japón gracias a una alianza con Foxconn, fabricante del iPhone, que busca consolidarse en el sector de eléctricos

El potente motor de la Nissan Patrol Nismo 2026. Crédito: Nissan. Crédito: Cortesía
La reconversión industrial de las grandes automotrices ha dejado huellas profundas en los últimos años. Entre recortes de personal, cierres de plantas y caídas de ventas, también han surgido oportunidades inesperadas.
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En este contexto, Nissan evalúa una jugada estratégica que podría redefinir su futuro eléctrico: abrirle la puerta a Foxconn, el gigante tecnológico taiwanés, en una de sus fábricas más emblemáticas en Japón.
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De concretarse, esta alianza no sólo salvaría la planta de Oppama, en Yokosuka, de una clausura inminente, sino que marcaría un nuevo capítulo para el fabricante japonés, en busca de adaptarse a un mercado cada vez más dominado por los autos eléctricos.
Según el diario Nikkei, ambas partes se encuentran en negociaciones avanzadas para compartir la producción de vehículos eléctricos (EVs) en esa instalación.
Una planta que lucha por sobrevivir
La planta de Oppama emplea actualmente a 3,900 trabajadores y representa un motor económico importante para la región. Sin embargo, tras los anuncios recientes de Nissan sobre su plan global de reestructuración, la continuidad de esta instalación quedó en entredicho.
El plan contempla cerrar 7 de sus 17 fábricas en el mundo y reducir el 15% de su fuerza laboral, es decir, unos 12,500 empleados.

El posible acuerdo con Foxconn, conocida por ser el principal ensamblador de iPhones para Apple, podría darle un respiro. Una fuente interna de la compañía japonesa señaló al medio japonés que la asociación “reduciría el impacto sobre la cadena de proveedores y trabajadores locales”. De ahí que las conversaciones avancen con celeridad.
Una empresa que se reinventa
Nissan ha sufrido una caída del 8% en sus ingresos globales durante el primer trimestre de 2025, según datos de S&P Global. La presión de fabricantes como Tesla y BYD, especialmente en los mercados de Estados Unidos y China, ha obligado al fabricante japonés a buscar nuevos caminos.
Como parte de su estrategia para reforzar su posición financiera, el CEO Ivan Espinosa anunció una emisión de bonos convertibles por 150,000 millones de yenes, es decir, más de $1,000 millones de dólares, destinados a financiar su recuperación.
Además, según Reuters, la firma está considerando la emisión de bonos senior no garantizados por hasta $4,000 millones de dólares, lo que fortalecería su liquidez en este momento crítico.
El perfil de un nuevo aliado
Por su parte, Foxconn, cuyo nombre formal es Hon Hai Precision Industry, ha dejado claro que ya no quiere ser sólo un proveedor para gigantes tecnológicos. En los últimos años, ha entrado con fuerza en el mundo de la movilidad eléctrica.
Su plataforma MIH Open Platform permite a terceros diseñar y fabricar EVs usando componentes estandarizados, reduciendo costos y tiempos de desarrollo.
Actualmente, Foxconn ensambla el Model E en Ohio para Fisker, mantiene acuerdos con Lucid Motors y Lordstown Motors, y ha anunciado inversiones por $10,000 millones de dólares en nuevas instalaciones en Tailandia y Vietnam dedicadas a la producción de baterías y vehículos eléctricos.
De concretarse el acuerdo con Nissan, no sería descabellado pensar que Foxconn utilizará Oppama no solo para producir autos bajo el sello Nissan, sino también modelos propios o de terceros.

¿Un nuevo modelo de cooperación industrial?
Este tipo de colaboración marca un giro importante en la manera en que las automotrices tradicionales enfrentan la transformación eléctrica.
En lugar de seguir cargando con los costos y riesgos de mantener operativas sus plantas, optan por alianzas con empresas que provienen de sectores ajenos a la industria automotriz, pero que pueden aportar innovación, capacidad técnica y capital fresco.
En este caso, la planta de Oppama podría convertirse en una base estratégica para Foxconn dentro del exigente mercado japonés, mientras que Nissan evita un golpe social y económico en casa. Además, abre la posibilidad de nuevas líneas de desarrollo conjunto.
Las razones de fondo
El viraje de Nissan no se entiende sin el contexto global. El crecimiento acelerado de marcas chinas, los cambios en normativas medioambientales y las exigencias de los consumidores han hecho que ninguna empresa del sector pueda mantenerse estática.
Y, aunque Nissan fue pionera con el Leaf, su transición hacia un portafolio 100% eléctrico se ha visto eclipsada por la agresividad de sus competidores. Si quiere mantenerse relevante, necesita soluciones rápidas y eficaces. En este sentido, asociarse con Foxconn podría representar un salto adelante.
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