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Las facturas que no deberías poner en pago automático y la razón

No todas las facturas son buenas candidatas para el pago automático. Estas podrían costarte más si no las controlas cada mes

Pago automático

El pago automático puede ser tu mejor amigo o enemigo, dependiendo de qué es lo que pongas en él. Crédito: Shutterstock

El pago automático puede parecer una solución mágica: te olvidas de las fechas, evitas recargos por atraso y tu vida financiera fluye como un reloj. Pero no todo lo que brilla es oro. Como otros aspectos que involucran al dinero, no todas las herramientas son para todos ni para todo. Hay ciertas facturas que, si las dejas en autopay, pueden descontrolar tus finanzas sin que te des cuenta.

Como regla básica y general: automatizar pagos solo tiene sentido cuando sabes exactamente cuánto vas a pagar y cuándo. El pago automático funciona muy bien con facturas fijas como el préstamo del carro o la hipoteca. Como el monto es el mismo cada mes, es menos probable que haya sorpresas.

Si el monto varía o si el servicio ya no lo usas, el autopago puede terminar drenando tu cuenta o haciéndote pagar cosas que ni recuerdas haber contratado. Aquí te cuento cuáles facturas es mejor manejar tú mismo, con ojos bien abiertos.

1. Facturas de servicios públicos

Los servicios públicos son de los bienes que no quisiéramos olvidar pagar y pareciera que el autopay es la solución. La luz, el gas y el agua no cuestan lo mismo todos los meses. En verano o invierno, los costos se disparan. Si pones esos pagos en automático, podrías llevarte una sorpresa cuando la factura te vacíe la cuenta sin que lo notes.

Además, los errores en estas facturas no son raros. ¿Y si te cobran de más? Si ya está pagado, pelearlo es más complicado. Mejor revísalo antes de autorizar el pago.

2. Seguros de auto que suben sin avisar

Los seguros, especialmente los de carro, suelen cobrarse en bloques semestrales o anuales. Y si no estás atento, el cobro automático podría caerte justo cuando andas con poco dinero y terminar con un sobregiro.

Lo peor es que muchas veces las aseguradoras suben los precios sin darte una buena razón. Si pagas manualmente, tienes la oportunidad de comparar precios y cambiarte si encuentras algo mejor.

3. Internet y planes de datos

Parece que el precio del internet debería ser fijo, ¿no? Pero muchas veces las compañías suben tarifas de forma silenciosa, especialmente cuando se te acaba el precio promocional.

Si lo tienes en autopay, puede que no te des cuenta del aumento hasta meses después. Por eso es mejor pagar tú mismo y revisar si el precio sigue siendo justo.

4 Suscripciones que ya ni usas

¿Te suena familiar? Tenías ganas de ver una serie, contrataste una plataforma, y meses después ni te acuerdas que la tienes… pero la sigues pagando. Es más común de lo que crees. Muchas personas mantienen activas suscripciones de streaming, revistas o apps que ya no utilizan.

Por eso, no pongas este tipo de cargos en automático. Si lo haces, te arriesgas a seguir pagando por servicios olvidados. Lo ideal es que los pagues manualmente cada mes. Así, te obligas a preguntarte: “¿Realmente lo estoy usando?”.

5. Membresías que se renuevan solas

Gimnasios, clubes de compras o hasta el pase familiar para el zoológico. Todos estos cargos suelen renovarse automáticamente, y tú ni enterado. Tal vez al principio ibas con frecuencia, pero si ya ni los usas, ¿para qué seguir pagando?

Evita poner estos cargos en autopago. Así te das la oportunidad de cancelar a tiempo si tu situación cambia.

6. Tarjetas de crédito

Con las tarjetas de crédito hay que tener mucho cuidado. Si automatizas el pago mínimo, puedes entrar en la trampa de pagar intereses altísimos sin darte cuenta. Y si automatizas el pago total, asegúrate de tener saldo suficiente para cubrirlo. De lo contrario, podrías generar sobregiros o cargos por fondos insuficientes.

Lo mejor es revisar cada estado de cuenta, ver cuánto puedes pagar y hacerlo manualmente.

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