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Nissan y Honda afianzan alianza para dominar los EV

El objetivo es claro: desarrollar su propio software, reducir la dependencia de terceros y competir de tú a tú con Tesla y los fabricantes chinos

El potente motor de la Nissan Patrol Nismo 2026

El potente motor de la Nissan Patrol Nismo 2026. Crédito: Nissan. Crédito: Cortesía

Muchas marcas hoy en día piensan en pelearle el dominio creciente a los fabricantes chinos y estadounidenses. Por ello, dos gigantes japoneses están trabajando en eso.

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Luego de una primera reciente noticia sobre una posible colaboración, Nissan y Honda han dado un paso más hacia una cooperación sin precedentes en el campo de los vehículos eléctricos y el software automotriz.

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Aunque sus intentos de fusión fracasaron a comienzos de 2025, ambas marcas entendieron que la competencia global exige alianzas inteligentes. Por eso, en lugar de pelear cada una por su lado, decidieron sumar esfuerzos y avanzar juntas hacia un ecosistema vehicular más conectado, eficiente y rentable.

Desde agosto de 2024, ingenieros de Nissan y Honda vienen trabajando de manera conjunta en el desarrollo de tecnología digital para vehículos. Ahora, esa alianza entra en una nueva fase: llevar su software propio al mercado en modelos que se lanzarán antes de que termine esta década.

Planes grandes y planes inmediatos

El objetivo principal es integrar soluciones comunes en vehículos definidos por software, conocidos como “software-defined vehicles”. Esto permitirá no solo estandarizar componentes clave, sino también construir una plataforma de infoentretenimiento compartida que pueda personalizarse según cada marca.

Además, planean desarrollar de forma interna elementos esenciales como semiconductores, motores y arquitectura digital. Al desarrollar software internamente, evitan depender de terceros, mantienen el control total sobre la colección de datos generados por los vehículos y ahorran costos significativos.

Este enfoque también tiene un fuerte componente económico. Ambas marcas esperan que las futuras actualizaciones digitales de pago se conviertan en una nueva vía de ingresos, similar al modelo implementado por Tesla. La inversión total estimada para este desarrollo superaría los $10,000 millones dólares.

Mientras tanto, aunque Honda y Nissan mantendrán el diseño de plataformas separadas, compartirán buena parte de la arquitectura electrónica y el software, permitiendo un uso eficiente de los recursos y reduciendo los tiempos de desarrollo.

La razón de fondo no es solo eficiencia, sino supervivencia. Marcas chinas como BYD han tomado la delantera gracias a su agilidad tecnológica y precios competitivos. Incluso en modelos asequibles, ofrecen sistemas de infoentretenimiento más intuitivos y actualizables que los de muchos fabricantes tradicionales.

El desafío se extiende también a Tesla, cuyo liderazgo en conectividad, actualizaciones remotas y economías de escala ha puesto contra las cuerdas a muchos fabricantes históricos. Las expectativas de los consumidores se inclinan hacia una experiencia de usuario fluida, móvil, conectada y actualizable.

Unirse para ser más fuertes

En este escenario exigente, Nissan se ha visto especialmente presionado. La marca ha acumulado pérdidas cercanas a los $4,500 millones dólares en los últimos trimestres y ha llegado incluso a considerar la venta de activos estratégicos, como su sede, para estabilizar su situación financiera.

Honda ZR-V 2026
Honda ZR-V 2026. Crédito: Honda.
Crédito: Cortesía

Honda, por su parte, ha mantenido una posición más sólida gracias a su liderazgo en tecnología híbrida y en el segmento de motocicletas, pero reconoce que el futuro está en el software y en la electrificación total de sus líneas.

La unión de capacidades es una respuesta pragmática a un entorno en transformación. Sin embargo, todavía no se trata de una fusión formal, ni de una integración total. La idea genera optimismo, pero los beneficios potenciales, tanto económicos como tecnológicos, deberán demostrar resultados concretos y tangibles.

Tanto Nissan como Honda han aclarado que esta estrategia no busca perder identidad de marca, sino crear una base común sobre la cual competir con mayor fuerza. Es decir, una arquitectura flexible que les permita adaptarse a cada mercado sin partir de cero.

Para los consumidores, esto podría traducirse en vehículos más confiables, con actualizaciones constantes, mejores interfaces digitales y precios más competitivos. Y para las compañías, representa una oportunidad de recuperar terreno en un tablero donde hoy dominan Tesla y China.

A medida que se acerque el final de la década, se espera que esta alianza produzca resultados visibles en los concesionarios. Por ahora, los pasos dados parecen coherentes con la necesidad de sobrevivir en una industria que no da tregua a los rezagados.

Nissan y Honda han optado por el camino de la colaboración como vía para recuperar protagonismo. Y aunque el reto es enorme, su experiencia industrial, su base tecnológica y su determinación podrían marcar una nueva etapa para el automóvil japonés en la era digital.

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