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Migrante española denunció a su esposo en Florida y poco después terminó deportada por ICE

La mujer fue enviada a varios centros de reclusión antes de ser trasladada de vuelta a su país bajo las siglas DEPU

Los agentes de ICE arrestaron a varias personas que arremetieron contra ellos lanzando objetos.

Las detenciones y deportaciones han aumentado en el país en los últimos días. Crédito: Copyright Lawrey | Shutterstock

El 8 de agosto pasado, Esther Soto le pidió a su esposo norteamericano que se marchara de su casa en Miami, después que este pasara de las amenazas a agredirla físicamente y arrojarla contra una mesa, hiriéndole la rodilla y el brazo.

Soto, una española de 45 años, vivía con su esposo en Miami bajo un clima de violencia. Incluso formaba parte del programa de regularización de migrantes basado en la Ley de Violencia contra la Mujer (VAWA) tras sufrir agresiones por parte de su segundo esposo.

Al denunciar a su esposo, jamás se imaginó lo que estaba por venirle. Al denunciarlo, terminó en un centro de detención del Servicio de Ciudadanía e Inmigración (ICE), 3 días después salió esposada del centro sanitario Bautista de Cayo Vizcaíno.

Soto no tenía permiso de residencia y su marido había llamado a la policía. La mujer pasó 14 días detenida y luego fue liberada con una tobillera electrónica, pero aquí no terminó todo. Meses después continuó la pesadilla con Donald Trump ya en la Casa Blanca.

Cita trampa

De acuerdo con el diario español El País, tras el cambio de administración de la Casa Blanca, Soto fue citada por ICE para regularizar su situación migratoria, pero todo se trató de una mentira, resultó que llegó engañada al lugar.

Soto acudió a una cita trampa de ICE, a pesar de llevar un documento que acreditaba su condición como víctima de violencia de género basado en la Ley de Violencia contra la Mujer (VAWA, por sus siglas en inglés), fue detenida nuevamente.

Al llegar a la oficina de ICE, los agentes le indicaron que el papel que presentó no tenía validez durante la gestión de Trump, por lo que fue trasladada la Centro de Procesamiento de Migrantes de Krome en Florida.

Un oficial le ordenó ponerse de cara a la pared y le indicó que “ese papel ya no valía nada con Trump”. Le colocó las esposas y grilletes en los tobillos para ser trasladada al centro de detención.

En el centro de reclusión, la inmigrante española estuvo por 5 días, donde enfrentó diferentes condiciones precarias, entre dormir en el suelo, estar hacinada y comer manzana una vez al día, compartiendo una celda con más de 30 mujeres.

“Dormíamos en el suelo de hormigón, amontonadas. No había sitio para estirarse”, recordó Soto sobre su tiempo detenida en Krome. Sin embargo, no todo terminó ahí, después de su paso por este centro de detención, fue enviada a la Cárcel de Mujeres en Orlando.

Luego regresó a Krome y diez días después, la llevaron al Centro de Transición de Broward, donde se enfrentó a “gritos e insultos” por parte de las funcionarias. El 3 de marzo a solo 20 días de comparecer ante un tribunal en Florida, fue trasladada al Centro de detención El Valle (Raymondville, Texas), en un viaje de 30 horas y lugar en el que tuvo que comenzar de cero su proceso judicial.

Pasados 20 días de idas y venidas, finalmente fue deportada el 19 de julio hacia Madrid, bajo las siglas DEPU (deportada sin acompañante) junto a su nombre en el billete de avión.

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