Es un gran eléctrico, pero también genera grandes pérdidas
A pesar de su crecimiento internacional y avances en autonomía, Lucid Motors pierde alrededor de $82,000 dólares por cada unidad vendida

Lucid Motors pierde $82,000 por auto pese a su calidad. Crédito: Lucid Motors. Crédito: Cortesía
El éxito de un producto no siempre garantiza la salud financiera de una empresa. En el caso de Lucid Motors, la paradoja es evidente: su berlina eléctrica, el Lucid Air, ha sido ampliamente elogiada por su diseño, rendimiento y autonomía.
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Sin embargo, detrás de este logro se esconde un desafío mayúsculo: cada coche que sale de sus fábricas genera pérdidas millonarias.
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En medio de un mercado cada vez más competitivo, Lucid ha logrado posicionarse como una firma premium dentro del universo de vehículos eléctricos.
Su estrategia ha sido apostar por la calidad y la autonomía, ofreciendo el coche eléctrico con mayor rango homologado en Europa. Pero ni la ingeniería más avanzada puede disimular los números rojos de sus balances.
Producción en alza, pero lejos del punto de equilibrio
Durante el segundo trimestre del año, la compañía con sede en California reportó una producción total de 3,863 vehículos entre los meses de abril y junio. En ese mismo periodo, entregó 3,309 unidades, lo que representa un aumento del 38.2% en comparación con el mismo trimestre del año anterior.
Los ingresos ascendieron a $259,400,000 dólares, mientras que la liquidez disponible alcanzó aproximadamente los $4,860,000,000 dólares. Cifras que, a simple vista, podrían indicar una senda de crecimiento sostenido.
A pesar de eso, el análisis más profundo revela que Lucid sigue perdiendo alrededor de $82,000 dólares por cada automóvil que entrega.
Aunque esta cifra representa una mejora frente a los $113,000 dólares de pérdida por unidad registrada en el segundo trimestre del año anterior, el camino hacia la rentabilidad aún parece lejano.
Un coche récord en autonomía, pero también en pérdidas
El Lucid Air es actualmente el vehículo eléctrico con mayor autonomía oficial en Europa, con 839 kilómetros homologados. Esta capacidad fue puesta a prueba recientemente durante una extensa travesía por carretera que cruzó varios países del continente, demostrando su superioridad en eficiencia energética.
Este logro no ha pasado desapercibido. En un mercado donde la ansiedad por la autonomía sigue siendo uno de los principales obstáculos para los consumidores, el Lucid Air ha demostrado que la movilidad eléctrica de largo alcance es posible sin comprometer el lujo ni el rendimiento.

Sin embargo, esta excelencia técnica no se traduce aún en rentabilidad. El problema de Lucid no está en su producto, sino en los altos costos de producción, la complejidad logística y la falta de economías de escala.
Ajustes en los planes de producción para 2025
Lucid Motors tenía previsto fabricar 20,000 vehículos durante todo el 2025. No obstante, las dificultades en la cadena de suministro y ciertos cuellos de botella han obligado a la empresa a revisar sus proyecciones. Ahora, se espera que la producción se sitúe entre 18,000 y 20,000 unidades para el cierre del año.
Aunque la diferencia pueda parecer marginal, revela una tensión estructural en los procesos productivos de la compañía. Las interrupciones en el suministro de componentes clave, sumadas a la alta sofisticación técnica de sus modelos, hacen que la eficiencia industrial de Lucid esté lejos del óptimo.
Aun así, la empresa mantiene un discurso optimista respecto a sus capacidades de mejora y expansión. Sus acuerdos con redes de carga como la de Tesla —gracias a la adopción del puerto NACS— le permitirán ofrecer acceso a más de 25,000 puntos de carga en Norteamérica, un paso clave para mejorar la experiencia de sus clientes.

Europa y Oriente Medio: dos frentes estratégicos
La internacionalización de Lucid Motors ha sido una de sus principales apuestas en los últimos años. Su entrada en el mercado europeo no solo ha servido para posicionar el Lucid Air como un referente de autonomía, sino también para abrir una puerta hacia uno de los mercados más exigentes y rentables del mundo.
Además, gran parte del respaldo financiero de la empresa proviene de Arabia Saudita. El fondo soberano de ese país, el Public Investment Fund (PIF), ha sido uno de los principales accionistas de Lucid desde sus inicios.
Este apoyo ha permitido que la compañía sobreviva a sus primeros años de pérdidas sin recurrir excesivamente al endeudamiento externo.
La influencia de Oriente Medio no solo es económica. Lucid ya ha comenzado la construcción de su primera planta fuera de Estados Unidos, en Arabia Saudita, con el objetivo de servir al creciente mercado regional y reducir costes logísticos en el largo plazo.
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