“Mi vida se disolvió”: Inmigrante argentino detenido en Alligator Alcatraz, fue deportado a Italia
Al no aparecer dentro del sistema de ICE no podía optar por una defensa justa, por lo que estaba sumergido en una incertidumbre legal

La redadas de ICE se han intensificado con la llegada de Trump a la presidencia. Crédito: AP
El 1 de julio de 2025, el presidente Donald Trump viajó a la Reserva Nacional Big Cypress en Florida para inaugurar Alligator Alcatraz, un centro de detención para “los inmigrantes más peligrosos”.
Sus palabras generaron polémica tras conocerse el caso de Fernando Artese, un ítalo-argentino que permaneció allí más de 50 días. El inmigrante llegó a Estados Unidos en 2014 con la intención de abrirse camino.
Con esfuerzo levantó una empresa de sistemas de seguridad y en 2018 pudo traer a su familia a Florida. Pero ingresó al país con una visa ESTA, sin acceso a beneficios básicos.

“Yo tengo la obligación de pagar impuestos y todo lo que exige el Estado, pero no tengo acceso a salud o a una licencia de conducir. Nada de nada”, explicó Artese. La precariedad también afectó a su hija Carla, sin acceso a becas universitarias.
La familia decidió entonces abandonar el país. Compraron un motorhome para recorrer América Latina rumbo a Argentina, mientras documentaban el viaje en su canal de YouTube, Argentinomades. Pero el plan se frustró tras recorrer apenas 60 millas, cuando Artese fue interceptado por la policía.
Notificación y deportación a Italia
Los oficiales le notificaron que tenía pendiente una multa de $250 dólares por conducir sin licencia. Aunque su esposa pagó de inmediato, fue trasladado al Centro de Detención Stewart. Luego lo llevaron a un centro del Border Patrol en Palm Beach, con otros 20 inmigrantes.
Allí, relató que durmió en el suelo y comió burritos precocinados. Una semana después fue enviado a Alligator Alcatraz, donde describió condiciones severas: comidas en cinco minutos, frío constante por los aires acondicionados, duchas con agua hirviendo a las tres de la madrugada y apenas 15 minutos de sol diarios.

En el centro, afirmó que el 99% de los detenidos eran latinos, en su mayoría de Guatemala y Honduras. La gran parte no hablaba inglés, lo que lo convirtió en un portavoz improvisado en discusiones con los oficiales. “Era absurdo que se sintieran amenazados por trabajadores”, recordó.
Las jornadas se hacían cada vez más difíciles. Artese no aparecía en el sistema de ICE, lo que le impedía acceder a asistencia jurídica. La falta de información sobre su situación legal lo mantenía en una incertidumbre total, sin saber cuándo ni cómo saldría de allí.
Finalmente, recibió la notificación de deportación a Italia, lo que puso fin a más de una década de esfuerzos por establecerse en Estados Unidos. “La vida que yo venía proyectando e invirtiendo se disolvió en un instante”, expresó con resignación tras su liberación.