Cómo funcionarán las 4 etapas del Golden Dome que quiere construir Trump para proteger a Estados Unidos
El Golden Dome será, una vez que esté operativo, el mayor escudo antimisiles del mundo y permitirá prevenir cualquier tipo de ataque
El Golden Dome promete ser uno de los escudos antimisiles más avanzados del mundo Crédito: Alex Brandon | AP
El Golden Dome es la ambiciosa iniciativa de defensa antimisiles impulsada por Donald Trump que pretende crear un escudo protector sobre todo el territorio estadounidense. El objetivo: interceptar y neutralizar cualquier ataque con misiles balísticos, hipersónicos o de crucero antes de que puedan causar daño.
Este sistema es mucho más grande y complejo que cualquier defensa similar que haya existido hasta ahora, combinando tecnología espacial con interceptores terrestres, radares avanzados y hasta lasers. En otras palabras, será un “caparazón dorado” que rodeará a Estados Unidos desde el espacio y tierra para garantizar su seguridad frente a amenazas que van evolucionando rápidamente.
Etapas y capas del Golden Dome
El Golden Dome funcionará mediante un sistema de cuatro capas de defensa integradas que trabaja coordinadamente para detectar, seguir y destruir misiles enemigos en distintas fases de vuelo:
- Capa espacial: Esta es la joya del proyecto y la más innovadora. Consiste en una constelación de satélites equipados con sensores de última generación para detectar el lanzamiento de misiles desde cualquier lugar del mundo en tiempo real. Estos satélites también llevarán interceptores basados en el espacio, capaces de destruir misiles en su fase inicial, antes de que salgan de la atmósfera terrestre.
- Capa superior terrestre: Se compone de interceptores avanzados, como los Misiles de Nueva Generación (NGI) y los sistemas THAAD-Aegis de Lockheed Martin. Estos interceptores actúan en la fase media del vuelo del misil para neutralizarlos antes de que alcancen destino.
- Capa intermedia: Incluye radares de alta tecnología y nuevos sistemas de lanzamiento diseñados para fortalecer la detección y respuesta rápida frente a ataques. En esta capa también se incorporan armas como los lasers de alta energía para interceptar misiles en la fase de ascenso (“boost phase”).
- Capa inferior (defensa de área limitada): Se basa en sistemas ya conocidos como el Patriot y nuevos lanzadores que pueden disparar múltiples tipos de interceptores. Es la última línea de defensa y protege puntos específicos con alta concentración de armas para asegurar la cobertura completa.
Además de estas capas, el proyecto incluye once baterías de misiles de corto alcance distribuidas estratégicamente en todo Estados Unidos, incluyendo Alaska y Hawái, y un nuevo campo de misiles en el medio oeste, que funcionará como base para estas tecnologías.
El reto sin precedentes del Golden Dome
Construir un escudo antimisiles como el Golden Dome es un desafío monumental tanto tecnológico como logístico. Por un lado, operar una red global de interceptores en el espacio nunca se ha hecho a esta escala, pues se requiere que estos interceptores mantengan órbitas veloces y precisas, capaces de reposicionarse para neutralizar amenazas que aparecen de manera instantánea y en múltiples frentes. Además, interceptar misiles hipersónicos y de crucero, que son mucho más rápidos y maniobrables que los balísticos tradicionales, lleva esta misión a otro nivel de complejidad.
La capacidad de proteger todo el territorio continental de Estados Unidos, incluyendo estados alejados y territorios insulares, implica un despliegue nunca antes visto de recursos y tecnología. El sistema debe integrar inteligencia artificial para enlazar sensores y armas de forma ultra rápida, para que la defensa no tenga puntos ciegos ni retrasos. También deberá poder desplegarse con la rapidez y flexibilidad necesaria para adaptarse a nuevas amenazas en evolución constante.
Por último, el Golden Dome es un proyecto de una escala financiera colosal, con un presupuesto estimado en unos $175,000 millones de dólares, de los cuales $25,000 millones ya han sido asignados para desarrollo inicial y pruebas. El compromiso político y tecnológico para desarrollar esta defensa hasta su operatividad, prevista para 2028, es un cronograma apretado que añade presión a una iniciativa que aún tiene muchos interrogantes técnicos por resolver, como la creación de interceptores que soporten el calor extremo de reingreso a la atmósfera manteniendo la eficiencia de impacto.
El Golden Dome representa un salto cuántico en la defensa antimisiles, combinando satélites, interceptores terrestres, radares avanzados y tecnologías láser en un sistema global integrado. Si logra materializarse, será la defensa más avanzada y completa que Estados Unidos haya tenido jamás, una verdadera “cúpula dorada” para proteger el país de amenazas aéreas y espacioterrenas en el siglo XXI.
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