¿Estás perdiendo el gusto y no te has dado cuenta?: cuando llega la hipogeusia sin avisar
Esta condición puede ser temporal o permanente, y puede afectar todos los sabores por igual o ser selectiva hacia ciertos tipos de ellos

Un trastorno que afecta tu alimentación y calidad de vida. Crédito: Pormezz | Shutterstock
La pérdida o alteración del sentido del gusto es más común de lo que muchas personas imaginan, especialmente después de infecciones virales, tratamientos médicos o simplemente con el envejecimiento. Este fenómeno puede transformar completamente la relación que tenemos con la comida y afectar aspectos fundamentales de nuestra vida cotidiana.
Estamos hablando de la hipogeusia, que es la disminución parcial o reducción de la capacidad de percibir sabores. A diferencia de la ageusia (pérdida completa del gusto) o la disgeusia (distorsión del gusto), la hipogeusia se caracteriza por una sensibilidad reducida a los sabores básicos: dulce, salado, ácido, amargo y umami.
La hipogeusia es un trastorno del gusto que puede afectar gravemente la alimentación y la calidad de vida. Esta condición puede ser temporal o permanente, y puede afectar todos los sabores por igual o ser selectiva hacia ciertos tipos de sabores. Las causas más frecuentes incluyen infecciones del tracto respiratorio superior (como COVID-19), efectos secundarios de medicamentos, deficiencias nutricionales, problemas dentales, envejecimiento natural, o condiciones médicas como diabetes e hipotiroidismo.
Impacto en la jornada diaria
En la alimentación y nutrición. Las personas con hipogeusia a menudo pierden el interés en comer, lo que puede llevar a una ingesta nutricional inadecuada. Paradójicamente, algunos individuos compensan añadiendo cantidades excesivas de sal o azúcar a sus alimentos, creando hábitos alimentarios poco saludables.
En el aspecto social. Las comidas familiares y las salidas a restaurantes pueden volverse menos placenteras o incluso estresantes. La persona puede sentirse aislada al no poder disfrutar plenamente de experiencias gastronómicas compartidas.
En lo emocional. La pérdida del placer asociado con la comida puede generar frustración, tristeza o ansiedad. El acto de comer, que normalmente es una fuente de satisfacción, se convierte en una actividad mecánica.
Seguridad alimentaria. La capacidad reducida para detectar sabores puede dificultar la identificación de alimentos en mal estado, representando un riesgo para la salud.
Afectación de la calidad de vida. La hipogeusia puede disminuir significativamente el bienestar general, afectando no solo la nutrición física, sino también el bienestar psicológico y social de la persona.
Tipos de hipogeusia
Según la Clínica Universidad de Navarra, las causas de la hipogeusia se dividen en tres categorías:
Locales: infecciones bucales, lesiones en la lengua y xerostomía.
Neurológicas: lesiones nerviosas, accidentes cerebrovasculares y enfermedades neurodegenerativas.
Sistémicas: deficiencias nutricionales, efectos secundarios de medicamentos y enfermedades respiratorias.
Identificación de síntomas
Los síntomas de la hipogeusia pueden variar y frecuentemente incluyen: a) disminución en la percepción de sabores fundamentales; b) cambios en los hábitos alimenticios, con predilección por sabores intensos; y c) Consecuencias adversas como pérdida de peso o riesgo de desnutrición.
Proceso de diagnóstico
El diagnóstico de hipogeusia requiere una evaluación clínica exhaustiva, que puede incluir: a) evaluación de la historia clínica y medicamentos; b) examen físico de la boca, c) pruebas específicas de percepción gustativa, y d) análisis de laboratorio y estudios de imagen en casos críticos.
Enfoques de tratamiento
El tratamiento depende de la causa identificada, e incluye diversas estrategias: a) Manejo local, con tratamientos para infecciones y lesiones, y aumento de la hidratación; b) abordaje sistémico, a través de suplementación y revisión de medicamentos; o 3) tratamiento neurológico, que requiere rehabilitación sensorial y enfoques multidisciplinarios para casos complejos.
Cuándo buscar ayuda
Se aconseja consultar a un especialista si se experimentan pérdida progresiva o severa del gusto, infecciones bucales recurrentes y síntomas como pérdida de peso inesperada o fatiga.
Un diagnóstico y tratamiento oportuno son cruciales para evitar complicaciones y mejorar la calidad de vida del paciente.
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