window._taboola = window._taboola || []; var taboola_id = 'mycodeimpremedia-laopinion'; _taboola.push({article:'auto'}); !function (e, f, u, i) { if (!document.getElementById(i)){ e.async = 1; e.src = u; e.id = i; f.parentNode.insertBefore(e, f); } }(document.createElement('script'), document.getElementsByTagName('script')[0], '//cdn.taboola.com/libtrc/'+ taboola_id +'/loader.js', 'tb_loader_script'); if(window.performance && typeof window.performance.mark == 'function') {window.performance.mark('tbl_ic');}

Valentía de dos amigos salva a un hombre mayor a quien le prendieron fuego

Ambos reciben reconocimiento de héroes; la agresora de Stan Slokosky fue sentenciada a 14 años en una prisión estatal

La noche del 7 de mayo de 2022, Jonathan Leyva, de 37 años, residente de Pomona y Kenneth Hwang, de 35, de La Verne,  salvaron la vida de Stan Slokosky, a quien una mujer le prendió fuego dos veces en el Metro.

La noche del 7 de mayo de 2022, Jonathan Leyva, de 37 años, residente de Pomona y Kenneth Hwang, de 35, de La Verne, salvaron la vida de Stan Slokosky, a quien una mujer le prendió fuego dos veces en el Metro. Credit: Fotos: Jorge Luis Macías | Impremedia

La noche del 7 de mayo de 2022, Jonathan Leyva, de 37 años, residente de Pomona y Kenneth Hwang, de 35, de La Verne, sin pretenderlo se convirtieron en los dos “ángeles” que salvaron la vida de Stan Slokosky, ahora de 74 años.

Slokosky y los valientes héroes se conocieron por primera vez, casi tres años y medio después de que una mujer le prendiera fuego al adulto mayor en cuando viajaban en un tren de Metro.

El hombre había acudido a un concierto religioso en Pasadena.

“Una mujer se sentó detrás de mí y me dijo que le estaba bloqueando la vista”, narró Slokosky, a La Opinión.

El la ignoró, pero no se dio cuenta que la mujer tenía un bote de acelerante de llamas. Sacó un encendedor y prendió fuego al hombre.

Jonathan y Kenneth, junto con otros pasajeros, actuaron rápidamente para extinguir las llamas.

Stan, un técnico electrónico jubilado, quien posteriormente fue hospitalizado por siete semanas, sobrevivió a pesar de sufrir quemaduras graves. El incidente condujo al arresto de una mujer con problemas mentales.

Los dos amigos que fueron premiados por su valentía, y la víctima que sobrevivió, luego que una mujer le prendió fuego dos veces.
Credit: Impremedia

“Estoy muy agradecido por su ayuda”, dijo Stan a los muchachos, a quienes conoció personalmente hace unos días, en el Club Rotario Internacional de Pasadena.

“Es la primera vez que hablo con ellos. Creo que ni siquiera hablamos en el tren, porque yo estaba en el suelo y ellos intentaban apagar las llamas”, agregó.

¿Tuvo miedo de morir?

“No, de hecho, no sabía que las quemaduras fuera tan graves hasta que más tarde el médico me dijo que él sí creía que iba a morir”, respondió. “El médico se sorprendió después que salí del hospital y que me recuperé en la residencia de ancianos”.

“Fue como una tortura”

El hombre dio a conocer que “uno no siente mucho dolor cuando le prenden fuego, pero una enfermera me dijo que eso es porque los nervios se queman y no sientes nada”.

Sin embargo, los intensos dolores vinieron todos los días, cada vez que tenían que cambiarle los vendajes. En sus brazos, pecho y el cuello tiene las marcas de las quemaduras.

“Fue como una tortura”, recordó. “Yo gritaba de dolor. Tenía un tubo en la garganta, así que no podía hacer mucho ruido y hasta tuvieron que usar una sonda para alimentarme”, dijo.

¿Usted vive de milagro?

“Sí. Así lo creo. No sé cuáles sean los detalles específicos. Simplemente estoy agradecido por la ayuda”.

Ayudar, un instinto humano

Aquel día de mayo de 2022, Jonathan Leyva, quien trabaja en informática y su amigo, Kenneth Hwang, un buceador científico habían pasado el día de compras en tiendas de cómics y acudieron a un concierto en Pasadena.

“Cuando terminó el concierto fuimos a tomarnos un par de cervezas y decidimos volver a casa en Metro”, relató Jonathan.

Se habían sentado en el primer vagón porque pensaron que sería lo más seguro a altas horas de la noche.

“La señora que cometería el crimen estaba sentada justo a nuestro lado. Se comportaba de forma extraña. Se le había caído algo y se metió debajo del asiento de Ken para buscarlo. Y ya me parecía raro”, dijo Jonathan.

“Empezó a fumar algo con un papel de horno muy fino. Y entonces pensé: ‘Solía ir en Metro y veía muchas cosas, pero todas esas cosas juntas me parecían raras’Así que le pregunté a Ken: ‘Oye, deberíamos levantarnos y alejarnos de esta señora’”.

Y así lo hicieron. Se dirigieron a la parte delantera del tren. Y de repente, ¡pánico!

“Recuerdo que la gente empezó a entrar en pánico. No sabía por qué. Y entonces miramos hacia atrás, y allí estaba Stan, envuelto en llamas desde la mitad de su cuerpo hasta arriba. supe qué hacer. No creo que nadie supiera qué hacer. Estaba ardiendo vivo. No sabíamos si s No e había prendido fuego. No sabíamos si alguien le había prendido fuego”, añadió.

Finalmente, Stan cayó al suelo. Empezó a rodar.

Jonathan Leyva explica que uso su chamarra para apagar el fuego que consumía la humanidad de Stan Slokosky, en un tren de pasajeros de Metro, en Pasadena.

“Pensé, vale, claramente no quiere incendiarse. No se hubiera hecho esto a sí mismo. Así que me quité la chaqueta y ayudé a apagarlo”.

Sin embargo, aquella señora se acercó con lo que parecía era una botella de agua y se la arrojó a Stan Slokosky, entonces de 72 años.”

“¡No era agua! ¡Creo que era gasolina! Y la mujer empezó a retroceder. Volví por mi chaqueta y alguien más salió a ayudar y lo apagamos”, narró Jonathan.

Kenneth dijo que él se quedó atónito de ver a aquel hombre en llamas desde la cintura a la cabeza.

“Fue como una eternidad. Estaba en shock, paralizado. Si entender lo que veía”, dijo “Recuerdo que alguien gritó: «Tírate al suelo y rueda». Y entonces fue cuando lo vi, a Stan, tirarse al suelo y empezar a rodar”, manifestó Kenneth.

“Hay alguien en llamas”

Mientras su amigo y un desconocido ayudaban a Stan, Kenneth corrió hacia el intercomunicador del tren, tiró de la señal de parada de emergencia y llamó al supervisor del viaje.

“¿Qué pasa?”. Y entonces repetí: “Hay alguien en llamas”, y el tren se detuvo en la siguiente parada. No tenía ni idea de que la víctima la habían quemado de nuevo, hasta que Jonathan me lo contó”, expresó.

Jonathan y Kenneth coincidieron que la experiencia vivida fue “una película de terror”.

“Quizás lo hemos visto en videojuegos, fotos o películas, pero no es lo mismo que en la vida real”, dijo Jonathan. “Imagínese la experiencia para Stanley. Fue algo horrible, pero sobrevivió y parece estar de buen ánimo”.

Kenneth presentó por escrito su testimonio y Jonathan subió al estrado para testificar en contra de la agresora, Christine Nicole Ciaccio, de 41 años. En junio, ella se declaró inocente de un cargo de incendio provocado que causó graves lesiones corporales con el uso de un acelerante y fue sentenciada a 14 años de prisión estatal.

¿Ambos, volverían a arriesgarse para salvar la vida de otros?

“Por supuesto. Creo que es una reacción natural. Debe ser innato en la gente que simplemente necesita ayuda”, respondió Jonathan. “En ese vagón de tren, sentí como si todo se hubiera unido, con diferentes piezas. No sé quiénes eran, pero todas se sumaban para ayudar a este hombre en llamas. Así que no solo lo volvería a hacer, sino que creo que no tengo otra opción”.

“Ojalá no hubiera tenido que hacerlo la primera vez. Ojalá que ese señor nunca hubiera tenido que pasar por eso…Pero, si vuelve a pasar, creo que estaré más preparado, porque es la conmoción de algo que nunca has visto antes lo que te hace dudar”, indicó Kenneth.

La entrega de los “Premios por Valentía” fue hecha por María Ramírez, fiscal adjunta del condado de Los Ángeles, en presencia del fiscal que lideró el caso, Richard Gallegly, y Hillary Schen. Presidenta del Club Internacional de Rotarios de Pasadena.

Sponsored content