Ciencia explora el secreto de la longevidad del hombre más viejo de Colombia: tiene 112 años
Julio Enrique Saldarriaga Hérnandez cuenta con una rara predisposición genética que le ha permitido vivir hasta esta edad

Don Julio tiene una descendencia de más de 100 personas. Crédito: Steve Buissinne | Pixabay
La vida del colombiano Julio Enrique Saldarriaga Hernández, quien cumplió de manera reciente 112 años, se ha convertido en un verdadero caso de estudio para expertos locales y la comunidad científica en general respecto a la longevidad.
Y es que su historia de vida, llena de anécdotas rurales y una enorme descendencia, no solo lo coloca como un referente de resistencia, sino también como un caso de interés científico para comprender los secretos de una vida larga y saludable.
La ciencia y la búsqueda del secreto de la longevidad
De acuerdo con el medio local El Colombiano, investigadores locales han puesto especial atención en estudiar tanto el estilo de vida como la carga genética de Julio Enrique. Su rutina de vida campesina, caracterizada por la actividad física diaria, la alimentación sencilla y el contacto constante con la naturaleza, aparece como uno de los factores que podrían explicar su vitalidad.

El hecho de provenir de una familia numerosa con antecedentes de larga vida también refuerza la hipótesis de una predisposición genética favorable. La comunidad científica considera que tanto los hábitos como los genes juegan un papel clave en la explicación de casos excepcionales como este.
Una vida marcada por la familia y el campo
Nacido en Cocorná, Antioquia, y residente en El Carmen de Viboral, don Julio ha sido testigo de más de un siglo de historia, manteniendo una lucidez que sorprende a quienes lo rodean.
A lo largo de sus 112 años, don Julio ha construido una familia que hoy supera los 180 descendientes entre hijos, nietos, bisnietos y tataranietos. Desde joven trabajó en el campo, desempeñándose como agricultor y arriero en las montañas de Antioquia, oficios que le exigían largas jornadas de esfuerzo físico y contacto permanente con la naturaleza.
Esa vida rural, marcada por el trabajo de la tierra y el cuidado de animales, lo acompañó durante décadas y le dio la fortaleza que hoy lo caracteriza.

Su rutina estuvo siempre ligada al campo: sembrar, cosechar, caminar entre veredas y participar en la vida comunitaria de su pueblo. Más allá de su labor productiva, fue reconocido como un hombre solidario, alguien que compartía sus conocimientos y que siempre mantuvo un fuerte sentido de pertenencia con su comunidad.
Genética, estilo de vida y longevidad
La longevidad de don Julio ha llevado a los especialistas a plantear la importancia de la interacción entre factores biológicos y sociales. Estudios internacionales coinciden en que una dieta equilibrada, la actividad física constante, el bajo nivel de estrés y la vida comunitaria fortalecen la salud a largo plazo.
Además, investigaciones en genética apuntan a que ciertos marcadores heredados pueden proteger contra enfermedades relacionadas con la edad, como problemas cardiovasculares o neurodegenerativos.
En el caso de Saldarriaga, la combinación de un entorno natural, su historia familiar y una vida activa parecen haber creado el escenario perfecto para superar la barrera de los 110 años.
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