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¿La apéndice es tan inútil como acusan? Cómo determinar si un dolor agudo en la zona derecha del abdomen es apendicitis

Lo más común es que empiece con un dolor abdominal difuso, a menudo alrededor del ombligo

¿La apéndice es tan inútil como acusan? Cómo determinar si un dolor agudo en la zona derecha del abdomen es apendicitis

Si no se trata a tiempo, el apéndice puede romperse. Crédito: Pixel-Shot | Shutterstock

La apendicitis suele provocar un dolor abdominal permanente en la zona que rodea al ombligo (periumbilical) que luego irradia a la fosa ilíaca derecha, acompañándose frecuentemente de náuseas, pérdida de apetito y fiebre.

Así lo explica el Dr. José Carlos Marín Gabriel, especialista en endoscopia del Hospital Universitario 12 de Octubre, en Madrid.

Enfatiza que no es tan fácil hacer su diagnóstico, especialmente en niños, donde los síntomas pueden ser poco específicos y confundirse con otras afecciones.

Entendiendo la apendicitis

El experto expresa que, desde el punto de vista anatómico, la apendicitis se reconoce porque el apéndice aumenta de tamaño, que ocurre por obstrucción cuando las bacterias que normalmente viven allí empiezan a multiplicarse sin control, lo que provoca que se llene de pus y engrose.

“La causa del taponamiento podrá deberse a un fragmento de heces duras, lo que llamamos un apendicolito (fecalito), a la inflamación del tejido linfático, restos de comida o, en casos más raros, un cuerpo extraño, parásitos, incluso un tumor como el mucocele“, señaló Marín Gabriel a EFE.

Síntomas

Lo más común es que empiece con un dolor abdominal difuso, a menudo alrededor del ombligo. Con el paso de las horas, ese dolor se acaba por localizar en la parte inferior derecha del abdomen, justo donde está el apéndice, y se vuelve más intenso, agudo, y constante.

Junto con el dolor, es bastante típico que aparezcan la falta de apetito y náuseas, incluso vómitos. A veces, también aparece la fiebre, entre 37.5 y 38.5 grados, lo que denominamos febrícula.

En algunos casos, dependiendo de la ubicación del apéndice, la inflamación ocasionará molestias al orinar, algo de diarrea o sensación de malestar abdominal, pero estos síntomas no son los más habituales.

Además, la anatomía del apéndice no es exactamente igual en todos, explica el doctor. En algunas personas, el apéndice está colocado detrás del ciego y no “cuelga” en el abdomen. El término médico es “apéndice retrocecal”.

Eso hace que el apéndice se aleje del revestimiento de la cavidad y que el peritoneo no se irrite fácilmente.

En casos, se generan dolores o molestias vagas y en localizaciones que pueden despistarnos como el hipocondrio derecho (bajo las costillas y el hígado) o la región lumbar.

Riesgos de una apendicitis no tratada

Si no se trata, la apendicitis puede llevar a una perforación del apéndice, desencadenando una peritonitis que puede ser grave, aunque la tasa de mortalidad actual es muy baja.

Históricamente, la apendicitis no tratada solía ser mortal. Sin embargo, los avances en la medicina han reducido significativamente los riesgos asociados.

“Si no se trata a tiempo, el apéndice puede romperse y liberar dentro del abdomen todo el material infeccioso que contiene esta zona del colon”, situación que se torna grave, advierte Marín Gabriel.

Función de la apéndice

El apéndice, prolongación de unos nueve o diez centímetros con forma de gusano, cuelga del ciego, la parte del colon que se conecta con el íleon (intestino delgado). “De hecho -apunta-, su nombre médico completo es apéndice vermiforme”.

Aunque a veces subestimada, la utilidad del apéndice en los seres humanos es doble: por un lado, ayuda al sistema inmunológico y, por el otro, refuerza el mantenimiento de la microbiota intestinal.

“Está descartado, por tanto, que el apéndice sea una parte inútil del colon; aunque su ausencia, su extirpación mediante apendicectomía, no impida a las personas disfrutar de una vida saludable”, aclara.

Tratamiento de la apendicitis

La apendicectomía sigue siendo la opción más común, realizándose generalmente por vía laparoscópica para minimizar el dolor y facilitar la recuperación. Esta es la opción más habitual, sobre todo porque resuelve el problema de raíz.

El procedimiento es a través de pequeñas incisiones y el uso una microcámara de vídeo, lo cual provoca menos dolor, una recuperación más rápida y cicatrices mínimas.

En ciertos casos puntuales y más extremos, cuando la apendicitis está muy avanzada o hay un absceso grande, se puede optar por una cirugía abierta tradicional.

Recientemente, se investiga el uso de antibióticos para tratar apendicitis no complicadas, aunque no siempre son efectivos.

Recomendaciones para pacientes

Es crucial no ignorar un dolor abdominal persistente que se localiza y empeora. Se sugiere consultar a un médico si se presentan síntomas como fiebre, náuseas o vómitos junto con el dolor.

Actuar rápidamente ante los síntomas puede evitar complicaciones serias, resaltando la importancia de una atención médica oportuna.

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