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Informe de las fallas y desafíos que dejaron los incendios Eaton y Palisades

Un reporte narra las deficiencias del condado de Los Ángeles en su respuesta de los sistemas de notificación y políticas de evacuación durante la tragedia

“Mi esposa Graciela y yo tuvimos que huir a las 3:30 a.m. el 7 de enero a la casa de mi hija en Azusa”: Héctor Torres, quien ha vivido por 30 años en su hogar de la calle Figueroa Dr. en Altadena.

“Mi esposa Graciela y yo tuvimos que huir a las 3:30 a.m. el 7 de enero a la casa de mi hija en Azusa”: Héctor Torres, quien ha vivido por 30 años en su hogar de la calle Figueroa Dr. en Altadena. Crédito: Fotos: Jorge Luis Macías | Impremedia

“¿Por qué los bomberos y todos nos quedamos sin agua para apagar las llamas? ¿Por qué no apagaron por completo la electricidad y evitaron que las chispas alimentaran la tormenta de fuego?”, son preguntas que todavía se hacen residentes de Altadena, donde el incendio Eaton, que por sí solo causó la muerte de 19 personas, la destrucción de más de 9,400 estructuras, incluyendo viviendas, escuelas e iglesias, y devastó más de 10,000 acres de terreno.

Las interrogantes surgen, luego de que se dio a conocer el informe titulado “Revisión posterior a la acción de los sistemas de notificación de alerta y políticas de evacuación para los incendios Eaton y Palisades”, que devastaron el sur de California en enero.

“La lumbre venia de allá arriba”, señalaba con su mano hacia las montañas del Valle de San Gabriel, Héctor Torres, quien ha vivido por 30 años en su hogar de la calle Figueroa Dr. en Altadena. “Mi esposa Graciela y yo tuvimos que huir a las 3:30 a.m. el 7 de enero a la casa de mi hija en Azusa”.

Héctor Torres ha vivido más de 30 años en Altadena.

Torres, de 67 años, es uno de quienes creen que las autoridades del condado de Los Ángeles pudieron haber hecho mucho más para evitar que miles de casas se incendiaran y fueran reducidas a escombros.

“Pudieron parar el incendio, pero no quisieron detenerlo”, dijo. “Cuando apagaron el agua ya no pudimos usar la manguera. ¿Por qué nos dejaron sin agua? También tuvo mucha culpa la compañía Edison que no dio mantenimiento a sus líneas eléctricas”.

Su casa sufrió daños en la parte posterior y las pérdidas económicas suman miles de dólares. Ocho meses después de la tragedia, él y su esposa duermen en una casa rodante.

“Para mí, creo que hubo falta de preparación y respuesta de las autoridades antes, durante y después del incendio Eaton”: Vilma Ruiz, de 71 años, originaria de Nicaragua.

Políticas obsoletas y deficientes

El reporte de 127 páginas elaborado por McChrystal Group, una consultora dirigida por el general retirado de cuatro estrellas Stanley McChrystal concluyó que una serie de políticas obsoletas, deficiencias y vulnerabilidades sistémicas obstaculizaron la eficacia de las notificaciones de emergencia y las órdenes de evacuación durante los devastadores y mortales incendios forestales Eaton y Palisades. El informe fue encargado por la Junta de Supervisores.

Entre el 7 y el 9 de enero, se desataron seis incendios distintos en el sur de California.

Los incendios Eaton y Palisades se convirtieron en los más destructivos en la historia del condado.

En conjunto, ambos incendios provocados por el viento, alimentados por ráfagas huracanadas y cortes de energía generalizados, quemaron aproximadamente 37,000 acres, destruyeron más de 16,000 estructuras y se cobraron 31 vidas.

La velocidad y la magnitud de estos siniestros pusieron a prueba casi todas las facetas del sistema de respuesta a emergencias del condado, desde la suspensión de las capacidades aéreas de extinción de incendios hasta sus comunicaciones e infraestructura eléctrica.

“Creo que lo realmente desgarrador es que West Altadena no fue evacuado a tiempo. Y, ya sabemos, 19 personas murieron aquí”: Nicole Moore, quien perdió su casa en la calle Olive de Altadena.

A pesar de estos desafíos, el comando unificado del condado, agencias y departamentos de apoyo locales y estatales lograron contener los incendios el 31 de enero.

Errores cometidos

El informe señala que, durante y después de los incendios, surgieron inquietudes sobre la eficacia de las notificaciones comunitarias en cuanto a advertencias y alertas de evacuación, en particular tras los mensajes de advertencia que se transmitieron accidentalmente a miles de residentes del sur de California que no estaban destinados a recibirlos. También surgieron dudas sobre la eficacia o ausencia de advertencias para muchos residentes del área de Altadena al inicio del incendio de Eaton.

La reconstrucción y remodelación de hogares en Altadena tardará varios años.

“No estoy tan enojada con el condado como mucha gente”, expresó Nicole Moore, quien perdió su casa en la calle Olive. “Escuché que muchas bocas de incendio estaban secas; que habían desplegado la mayoría de los recursos en Palisades. Creo que lo realmente desgarrador es que West Altadena no fue evacuado a tiempo. Y, ya sabemos, 19 personas murieron aquí”.

Contrario al testimonio de los residentes, el informe señaló que los investigadores no encontraron ningún punto de fallo en las alertas, advertencias y notificaciones públicas.

“En mi calle solamente quedaron de pie dos casas”, dijo Vilma Ruiz, una residente de Nicaragua que vive con su hija en la calle Olive de Altadena. “Para mí, creo que hubo falta de preparación y respuesta de las autoridades antes, durante y después del incendio”.

Vilma Ruiz, de 71 años, pidió, además, una futura respuesta más eficiente y una mejor organización de las autoridades para ayudar a los afectados, e indicó que conoce personas que perdieron sus hogares y están viviendo en sus coches.

Tractocamiones siguen transportando toneladas de tierra y escombros d l incendio Eaton en Altadena.

Vulnerabilidad en las comunicaciones

Según el informe, una serie de debilidades, incluyendo políticas obsoletas, prácticas inconsistentes y vulnerabilidades en las comunicaciones, afectaron la eficacia del sistema de respuesta a los incendios.

“Estos problemas sistémicos no se manifestaron de manera uniforme en los dos incendios principales. Los efectos de estas debilidades variaron según las condiciones ambientales, la preparación de la comunidad y la complejidad operativa causada por las variables del viento, los cortes de energía y el comportamiento del fuego”, muestra el estudio.

Los autores del informe describieron las diferencias clave entre los incendios de Palisades y Eaton, señalando que el incendio de Palisades se originó durante el día en una comunidad familiarizada con los riesgos de incendios forestales.

Sin embargo, el incendio Eaton se produjo de noche en una zona que tradicionalmente no se asocia con un riesgo grave de incendios forestales.

“Algunos residentes de Altadena informaron haber recibido poca o ninguna advertencia antes de que el incendio llegaría a sus vecindarios”, indica el reporte.

Más allá de las operaciones de alerta y evacuación, la revisión identificó problemas sistémicos que afectaron la respuesta de alerta y evacuación.

“Políticas, protocolos y procedimientos operativos estándar obsoletos e inconsistentes generaron ambigüedad en torno a la autoridad y las responsabilidades de evacuación”, afirma el documento.

Añade que, en muchos casos, las funciones de toma de decisiones no estaban claras y las responsabilidades de comunicación pública previas al incidente carecían de estandarización entre las agencias. Estas deficiencias contribuyeron a la falta de uniformidad en las estrategias de preparación en las distintas jurisdicciones y ralentizaron los esfuerzos coordinados».

Como precaución a posibles incendios, en Altadena están podando los arboles grandes.

El informe también citó “desafíos de larga data” en materia de capacitación, dotación de personal, gestión de recursos y cooperación interinstitucional que “saturaron aún más la respuesta”.

“Durante esta revisión, las fuerzas del orden y los gestores de emergencias informaron sobre la falta de consistencia en la capacitación sobre evacuaciones por incendios forestales, lo que pone de relieve la necesidad de ejercicios interdisciplinarios y modelos de dotación de personal más claros para escenarios de aumento repentino de la demanda”, afirma el informe.

Shawn Tyrie, del Grupo McChrystal, dio a conocer que la Oficina de Gestión de Emergencias del condado cuenta con solo 37 empleados, en un condado de 10 millones de habitantes. En comparación, la ciudad de Nueva York cuenta con 200 de estos trabajadores para un área más pequeña, tanto en tamaño como en población.

“El asunto es complejo porque Nueva York es ciudad y condado al mismo tiempo, y Los Ángeles es un condado con múltiples ciudades y potencialmente cada una tiene su propio personal de respuesta a emergencias”, opinó Nicole Moore.

Recomendaciones para el condado de Los Ángeles

El informe de McChrystal Group para la Junta de Supervisores del condado de Los Ángeles incluye arreglar:

  • La ambigüedad en la autoridad para emitir alertas de emergencia.
  • Emitir directrices de capacitación y dotación de personal para mejorar la respuesta a emergencias.
  • Resolver la escasez de recursos y personal en el sistema de gestión de emergencias.
  • Dar respuesta a la falta de herramientas y sistemas coordinados para coordinar las comunicaciones entre el personal de primera respuesta y el de gestión de emergencias.
  • Establecer procedimientos fragmentados de participación comunitaria e información pública.

Reestructurarán la Oficina de Gestión de Emergencias

En cuanto a las prioridades de acción, la supervisora Lindsey Horvath dio a conocer a La Opinion que el martes presentará una moción para solicitar la Oficina de Gestión de Emergencias se convierta en un departamento independiente.

“El cambio avanza a la velocidad que elegimos. En cuanto a la preparación para emergencias, no estamos esperando. Estamos implementando las recomendaciones propuestas ahora porque nuestras comunidades merecen acción”, dijo Horvath. “El Informe Posterior a la Acción deja claro dónde nuestros sistemas necesitan reparaciones, y estamos comprometidos a realizar ese trabajo”.

Para la supervisora, la reestructuración de la Oficina de Gestión de Emergencias se tiene que convertir en un departamento con todos los recursos es el primer paso crucial para satisfacer las necesidades de un condado de diez millones de personas.

“Nuestro enfoque es fortalecer la coordinación, mejorar la comunicación y construir un sistema en el que los residentes puedan confiar en momentos de crisis”, afirmó.

Aclarar funciones de liderazgo

La supervisora Hilda Solís (Distrito 1), presidenta Pro Tempore del Condado de Los Ángeles, señaló que el informe del Grupo McChrystal “es un paso importante y necesario para comprender cómo respondió el Condado de Los Ángeles y, de manera crucial, destaca áreas claras donde nuestros sistemas, políticas y coordinación deben fortalecerse”.

Enfatizó que emergencias de la magnitud de los incendios “ponen a prueba a todos los niveles de gobierno, y es evidente que necesitamos modernizar nuestras estructuras de respuesta, mejorar las herramientas de comunicación e invertir en la capacitación y el personal necesarios para apoyar a nuestras comunidades”.

“Nuestra función ahora es traducir estos hallazgos en acciones significativas”, especificó. “Esto incluye aclarar las funciones de liderazgo durante las emergencias, ampliar la conciencia pública sobre los procedimientos de evacuación y garantizar que todos los residentes reciban alertas oportunas y precisas, independientemente de dónde vivan”.

“No somos inmunes a los desastres”

Por su parte, la supervisora Kathryn Barger reconoció que los desafíos y las fallas que destaca el reporte McChrystal son importantes “porque, en conjunto, las mejoras conducirán a un cambio sistémico en la forma en que el Condado de Los Ángeles advierte y evacua a las comunidades durante emergencias complejas como el incendio de Eaton”,

Barger subrayó que es su objetivo que cada una de las recomendaciones se aborde e implemente.

Abundó que la lección que aprendió de los devastadores incendios Eaton y Palisades fue que el Condado de Los Ángeles no es inmune a los desastres catastróficos.

“La devastación causada por el incendio de Eaton, impulsado por vientos huracanados, como se documenta en el informe, fue inimaginable y un duro recordatorio de la vulnerabilidad de nuestra región”, declaró e instó a los residentes a mantenerse alerta y a tomar siempre en serio las amenazas, ya sean incendios forestales, terremotos u otros desastres. “Vivimos en una nueva era donde la preparación, la alerta y la concienciación son esenciales”, enfatizó.

“Mi mensaje a los residentes del Condado de Los Ángeles es claro: me comprometo a garantizar que se implementen las recomendaciones y mejoras descritas en este informe. El Condado de Los Ángeles trabajará incansablemente para estar preparado para la próxima catástrofe. huelgas. La seguridad de nuestros residentes siempre será mi máxima prioridad”, concluyó.

La supervisora Janice Hahn, representante del distrito 4 del condado, declaró a La Opinión que una de las conclusiones que extrajo del informe fue que “hubo una falla en la comunicación y la coordinación entre los departamentos de nuestro condado y dentro de ellos en medio de esta crisis sin precedentes. Y creo que eso es lo que solemos ver después de un desastre mayor”.

Agregó que cree que, “de ahora en adelante, nuestro enfoque debe ser garantizar que nuestros departamentos cuenten con una plataforma de comunicación que les permita comunicarse entre sí en tiempo real y compartir información para estar en sintonía, incluso en una situación caótica”.

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