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Revelan que beber menos agua posiblemente aumenta la hormona del estrés

El cortisol no solo se eleva en respuesta al estrés, sino que sus ritmos diarios pueden alterarse por la mala hidratación

Revelan que beber menos agua posiblemente aumenta la hormona del estrés

Un estudio sugiere que la hidratación adecuada es crucial para manejar el estrés. Crédito: Kateryna Onyshchuk | Shutterstock

Un estudio reciente publicado en la Revista de Fisiología Aplicada revela que la deshidratación puede aumentar la reactividad del cortisol durante eventos estresantes, lo que potencialmente afecta la salud a largo plazo. Los investigadores encontraron que una ingesta habitual de líquidos por debajo de lo recomendado se asocia con una reactividad más alta del cortisol en situaciones de estrés psicosocial.

La falta de hidratación a menudo se manifiesta por una orina más oscura y concentrada, y una menor producción de orina. Las investigaciones han asociado la ingesta baja habitual de líquidos con un mayor riesgo de enfermedades metabólicas, renales y cardiovasculares.

La ingesta baja crónica de agua puede aumentar los niveles de hormonas reguladoras del agua, como la arginina vasopresina (AVP), que a su vez puede aumentar la liberación de cortisol, la hormona del estrés.

Papel del cortisol

El cortisol no solo se eleva en respuesta al estrés, sino que sus ritmos diarios pueden alterarse por la mala hidratación, lo que podría afectar la inmunidad y el metabolismo del cuerpo.

Señalan que el cortisol se dispara durante el estrés agudo, pero también sigue un ritmo diario. Cuando este ritmo circadiano se altera o las respuestas del cortisol son exageradas, puede afectar la inmunidad, el metabolismo y la inflamación.

Algunas investigaciones han encontrado niveles más altos de cortisol en personas con una hidratación deficiente que beben menos de 1,2 litros de líquido al día. Sin embargo, la relación exacta entre la ingesta de líquidos, la hidratación y el cortisol sigue siendo incierta, recoge News Medical.

Metodología y resultados del estudio

Los participantes, jóvenes sanos y no fumadores, fueron seleccionados en función de su ingesta de líquidos y se les expuso a la Prueba de Estrés Social de Trier (TSST) para medir sus respuestas de cortisol. Las muestras de saliva y orina se analizaron para evaluar el estado de hidratación.

El estudio resalta que los participantes elegibles eran no fumadores, sanos, de entre 18 y 35 años, y sin ningún trastorno inmunitario, cardiovascular, del sueño o metabólico conocido. Se identificó a los individuos como bebedores habituales de líquidos bajos o altos, con umbrales derivados de una base de datos nacional. Cada grupo contaba con 16 participantes.

Durante 7 días de evaluación, los participantes registraron su ingesta diaria de líquidos de todas las fuentes, por parejas, para descartar posibles factores de confusión. Se excluyó de la muestra a quienes consumían cafeína y alcohol en exceso. Posteriormente, se monitorizó prospectivamente a los participantes durante 7 días, manteniendo su ingesta habitual de líquidos, lo que confiere al estudio una mayor solidez que una simple observación aislada.

Los hallazgos indican que aquellos con una ingesta baja de líquidos mostraron una mayor reactividad del cortisol al estrés, destacando la relación crítica entre hidratación y respuesta al estrés.

El estudio sugiere que la hidratación adecuada es crucial para manejar el estrés y prevenir efectos adversos a largo plazo en la salud.

Sin embargo, la investigación se limita a establecer correlaciones y, aunque los participantes fueron monitoreados prospectivamente, su diseño de comparación transversal no permite establecer causalidad. La corta duración del estudio también dificulta evaluar las implicaciones a largo plazo de los presentes hallazgos para la salud.

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