Denuncian maltrato a adulta mayor en asilo de Sherman Oaks
Sus hijos se ven obligados a sacarla con la ayuda de paramédicos que les envió la policía de Los Ángeles

Joshua Montalvo abraza a su madre Gaudencia Gómez quien sufrió un derrame cerebral. Crédito: Joshua Montalvo | Cortesía
Al ver que el estado de salud de su madre se deterioraba con cada día que pasaba y que no recibía la atención prometida, Joshua Montalvo recurrió a la policía para poder sacar a su madre de un asilo para ancianos en Sherman Oaks, un barrio en el Valle de San Fernando en Los Ángeles, y llevarla a un hospital donde pudieran atenderla de emergencia.
“No me la querían entregar, y yo estaba viendo que mi mamá cada día estaba más débil, mal atendida y sobremedicada. El plan de ellos era entubarla y así mantenerla como tienen a la mayoría de las personas en este centro”, dice Joshua.
Su madre Gaudencia Gómez de 64 años sufrió un derrame cerebral en su casa el 10 de julio. Fue trasladada al Glendale Memorial Hospital a donde permaneció internada hasta el martes 23 de septiembre.
Fue en el hospital que le detectaron diabetes tipo 2, alta presión y colesterol elevado, lo que probablemente Joshua considera que fueron las causas del derrame de su madre.
“Anduve buscando mucho un centro de rehabilitación porque en el Hospital de Glendale me dijeron que eso es lo que mi mamá iba a necesitar para recuperarse”, dice.

Joshua, un pequeño comerciante del sur-centro de Los Ángeles dice que tras visitar varios centros de rehabilitación, casas de convalecencia y asilos se encontró con una casa de convalecencia para adultos mayores en Sherman Oaks que realmente le agradó
“Al principio fue como un cuento, le empezaron a dar terapia y a atender muy bien, pero al tercer día todo cambió. Le ponían altas dosis de insulina; un día le dieron medicina de otro paciente que porque no tenían la de ella; le suministraban grandes cantidades de melatonina para tenerla dormida”.
Pero además le aplicaban medicamentos que le provocaban efectos secundarios que la ponían muy mal, y por más que les decían, no le hacían caso.
“Les reclamé y me ofrecieron disculpas”.
También notó que a su madre se le disparaba presión hasta 180, y se le veía cada vez más débil.
“Un día yo misma la puse en una silla de ruedas, y me la lleve a bañar, como que no les gustó. Descubrí que no les importaba si comía o tomaba agua. Un día le llevaron una comida muy salada, lo que es fatal para su presión alta; les dije y le retiraron la comida con una disculpa. Y así fueron pasando muchas cosas. El plan de ellos es debilitar al paciente para enturbarlo; y los quieren tener dormidos para no batallar con ellos hasta que se mueran”.
Al ver el deterioro de su progenitora en un lugar en el que esperaba que iba a comenzar su rehabilitación, avisó a la administración que la quería sacar y llevar a un hospital para que le hicieran una evaluación.
“Se opusieron terminantemente porque para ellos cada persona hospitalizada es dinero de los seguros”.
Dice que desesperado, ante la oposición de la administración para llevar a su madre a un hospital, llamó a la policía a través del 911, y le mandaron a tres paramédicos, quienes la sacaron y se la llevaron al Hospital St Joseph de la ciudad de Burbank el domingo 28 de septiembre.
“Fue como una película de terror todo lo que presencié en dicho asilo no solo con mi madre sino con otros pacientes. Una vez me tocó ser testigo cuando una trabajadora llegó a ver a una paciente adulta que estaba al lado de mi madre, y le preguntó si los autorizaba a revivirla. Eran como las 11 de la noche. La pobre señora preguntó si eso le dolería, y la enfermera le respondió riendo que poquito. La anciana, toda espantada, le dijo que volviera al día siguiente que porque a esa hora no podía tomar una decisión”.
Joshua dice que durante los seis días que la autora de sus días estuvo hospitalizada, ningún doctor acudió a revisarla.
“Los empleados no tienen compasión ni respeto por sus pacientes. Yo les pido a las familias que la piense antes de llevar a sus familiares a esos lugares. Gracias a Dios, logré sacar a mi mamá de ese centro. Es su vida la que estaba en juego”.
El 1 de octubre el Hospital St Joseph de Burbank dio de alta a su madre, y Joshua decidió llevarla a su casa, a donde su hermana y él se encargan de sus cuidados.
“Si se pone mal la llevaremos al hospital, pero nunca más a ese tipo de lugares donde solo ven a los pacientes como un símbolo de dólares”.
Joshua presentó una denuncia por negligencia ante el LAPD y ante diferentes oficinas del condado de Los Ángeles.
Sherman Village donde Gaudencia Gómez estuvo internada se describe en su página web como un exclusivo centro de atención geriátrica, rodeado de cuatro hospitales en la zona de North Hollywood/Valley Village, con un ambiente cálido y acogedor.
“En Sherman Village Healthcare Center, nuestro objetivo es brindar una atención integral en un entorno seguro y amigable, respetando la autonomía, la individualidad y la dignidad de cada residente”.
Aseguran contar con un equipo multidisciplinario de profesionales de la salud, con amplia experiencia, ofrecer servicios de enfermería, rehabilitación y cuidados subagudos.
“Nos comprometemos a brindar una atención de calidad, con calidez humana, a los residentes y sus familias en nuestra comunidad”.

La Opinión se encuentra a la espera de un comentario de Sherman Village Healthcare Center en torno a la denuncia de Joshua Montalvo.
Si sospecha que una persona mayor está siendo víctima de maltrato, póngase en contacto con la policía local y/o llame a la línea de atención contra el maltrato a personas mayores del condado de Los Ángeles al 1-877-4-R-SENIORS (1-877-477-3646).
También puede denunciar el maltrato a personas mayores en línea visitando el sitio web de Servicios de Protección al Adulto del condado de Los Ángeles.
De acuerdo a la oficina del fiscal del condado de Los Ángeles, el maltrato a las personas mayores se está convirtiendo en un problema delictivo de creciente magnitud.
“Con el envejecimiento de la generación del baby boom y el aumento de la esperanza de vida, se prevé que los casos de maltrato físico, emocional y financiero contra las personas mayores aumenten, a menos que se adopten medidas. La detección del maltrato, la negligencia y el fraude es fundamental”, indican.