Carlos Vela, el bombardero está listo
El delantero se reencuentra a sí mismo y está cerca de su mejor versión; dicen que su próxima paternidad obró su resurrección futbolística
En el campo de Anoeta, en la tierra vasca de España, las sonrisas vuelven a aparecer cuando uno de sus futbolistas favoritos salta al campo en el 11 titular del técnico Eusebio Sacristán.
San Sebastián es una tierra de placeres gracias a ser uno de los más bellos destinos europeos. Ahí su gente está acostumbrada a gozar de alegrías con su Real Sociedad, donde Carlos Vela, el otrora hijo pródigo, ha vuelto a dar señales de estar contento con el equipo al cual hace poco menos de un año meditó abandonar.
Vela vive un momento dulce con el cuadro txuri urdin, donde ha recobrado la alegría por jugar y comienza a parecerse a él mismo en su mejor momento hace un par de años cuando formaba una mancuerna letal con su gran amigo Antoine Griezmann, hoy figurón del Atlético de Madrid.
Presenciar el reencuentro consigo mismo es una estupenda noticia, además de para el cuadro albiazul, para el técnico colombiano Juan Carlos Osorio, quien le ha vuelto a abrir las puertas de la selección mexicana de futbol justo antes de su partido más importante desde su toma de timón del barco tricolor en octubre de 2014.
Este viernes, el desacreditado México, aún sin reponerse de la deshonrosa goleada por 7-0 ante Chile el 18 de junio en la Copa América Centenario, reanuda su camino clasificatorio rumbo a la Copa del Mundo de Rusia 2018 nada menos que frente a Estados Unidos en la fría Columbus.
El Tricolor no sabe de victorias en partido eliminatorio para un Mundial en la norteña tierra de su vecino desde 1974, lo cual obliga a encender el semáforo de peligro en luz amarilla y Osorio, con un amplio sector de nacionalistas en su contra, lo sabe.
Vela suma cinco goles, su mejor registro en las primeras 11 fechas de cualquiera de sus seis campañas con el cuadro vasco. Pero más allá de los cinco tantos, representativos por la frialdad de las cifras, es más importante lo no guardado en números: su involucramiento en el juego, su potencia, el estado físico, la visión de cancha y su peso de figura.
El mexicano, un futbolista cuya pasión por el deporte que practica es solo jugarlo y no verlo (es fanático confeso del basquetbol) no ha alcanzado la categoría de figura a donde sus cualidades, según varios expertos, pueden lanzarlo.
De personalidad difícil hacia la prensa por las constantes acusaciones respecto a su distendida vida personal marcada por noches de desvelo, el mexicano es poco dado a brindar declaraciones. De hecho son contadas las ocasiones en las cuales concede espacios para hablar, tanto en Europa como en su tierra.
Sin embargo, los medios informativos españoles encuentran en la próxima paternidad del delantero mexicano la explicación de por qué Vela vuelve a lucir inspirado y centrado en su juego.
Como sea, la realidad es innegable: la capacidad técnica de Vela no la tiene ninguno otro de los futbolistas del Tricolor y para el clásico ante Estados Unidos tener al de Cancún en el banquillo listo para ver acción es sin duda una excelente noticia.