¿Retomará California el uso de la inyección letal?
Tras más de una década sin ejecutar a un preso, el estado de California analiza volver a usar este método para aquellos presos bajo la pena capital
A pesar de que más de 700 personas han sido condenadas a pena de muerte en California, el estado no ha ejecutado a ningún preso desde hace más de una década.
Esto pronto podría cambiar.
Este miércoles, el Departamento Correccional de California tiene previsto presentar una nueva propuesta para administrar las inyecciones letales.
En 2006, las inyecciones letales se dejaron de administrar debido a una investigación en torno a la ejecución programada de Michael Morales. Este preso estuvo a horas de ser ejecutado por la violación y el asesinato de una adolescente, antes de que un juez bloqueara la ejecución porque el estado no pudo garantizar que el uso de la inyección letal sería “compasivo”.
“La inyección letal”, utilizada desde los años ochenta, más bien es un método que involucra tres inyecciones.
La primera es un sedante para que el preso quede inconsciente. La segunda se utiliza para paralizarlo, y la tercera se usa para provocarle un paro cardiaco. Si al preso no se le administra suficiente sedante y se le inyecta con el paralítico, esto le podría provocar una muerte larga y dolorosa, lo cual legalmente equivale a tortura.
El caso de Michael Morales se ha utilizado para señalar las ejecuciones chapuceras. Desde que California frenó las ejecuciones por medio de inyección letal, otros estados han seguido el ejemplo.
California ha condenado a más personas a pena de muerte que cualquier otro estado del país. En noviembre, los californianos votaron en contra de una propuesta para sustituir a la pena de muerte por la cadena perpetua.
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