Vendedores ambulantes cada vez más son víctimas del crimen, pero pueden calificar para una visa U
Como manejan dinero en efectivo, son blanco fácil de delincuentes que no contentos con robarlos, los golpean salvajemente
Quién no recuerda las agresiones que sufrió en menos de un año, el vendedor de elotes Benjamín Ramírez.
En el verano pasado, un hombre lo agredió y le tiró su carrito de elotes; en marzo de este año, este inmigrante mexicano de 23 años fue golpeado y asaltado brutalmente por dos hombres y terminó en un cama de hospital.
Todo por robarle 180 dólares, las ventas del día, en el área de Hollywood.
A principios de este mes, Margarito Muñoz de 51 años quien llevaba más de diez años vendiendo frutas en las calles de Los Ángeles fue robado y golpeado por dos hombres quienes lo dejaron inconsciente.
Por quitarle 120 dólares, le quebraron la mandíbula, le dejaron dos dientes fracturados y lleno de moretones y golpes por todo el cuerpo.
En marzo, Pedro Reyes de 54 años, un vendedor de frutas y cacahuates del sur de Los Ángeles fue brutalmente golpeado después de ser asaltado.
Un problema extendido
Pero las agresiones no son solo se presentan en Los Ángeles sino se dan a nivel estatal.
El 20 de julio, cuando vendía su mercancía en su carrito, Bernardo Pérez, un vendedor ambulante conocido como El Chilango fue víctima de un intento de robo a mano armada en Stockton, California. Resultó herido y terminó en un hospital.
La mayor parte de los vendedores ambulantes son inmigrantes indocumentados. No solo tienen que cuidarse de no ser multados por vender sin permiso sino que también con mucha frecuencia son víctimas de los ladrones que no contentos con robarlos, los golpean y los mandan al hospital.
“Ser vendedor ambulante se ha vuelto muy peligroso por como están las cosas. Todo ha subido. Pero también hay gente que no quiere trabajar y como nosotros cargamos un poco de cash se les hace fácil asaltarnos y golpearnos”, dice el elotero Benjamín Ramírez.
En los 16 años que lleva de vendedor de frutas y cacahuates, Bernardo Pérez de Stockton dice que ha sufrido entre diez o doce asaltos e intentos de robo con armas blancas y de fuego.
“Esta vez me dieron un balazo a la altura del hombro, a dos dedos del corazón. La mayor parte de los asaltantes son adolescentes y adultos, mucha veces pandilleros que nos ven a los vendedores ambulantes como cajero automático porque siempre traemos efectivo. Representamos dinero fácil”, comenta.
Pérez no puede trabajar tras el último atraco a mano armada. “La mano no me reaccion al 100%. Así que ha vivido de la ayuda económica que me ha dado la comunidad”, expone.
Asegura que no tiene miedo de volver a las calles a trabajar y de sufrir otro asalto. “No le he robado a nadie, no tengo porque temer”, exclama.
Además tiene cuatro hijos que mantener y cuentas por pagar, por lo que no puede dejar su trabajo como vendedor ambulante donde gana más que un salario mínimo.
Pocos reportan
El activista de Los Ángeles, Ron Gochez dice que es muy difícil disponer de una estadística que muestre cuántos asaltos y agresiones se presentan contra los vendedores ambulantes en la ciudad. “Son hechos que no se reportan ni tampoco cuando la policía o los de sanidad, les tiran todo”, menciona.
Luis Magaña, activista en Stockton comenta que los vendedores ambulantes trabajan la mayor parte de las veces en áreas con altos índices de criminalidad, lo que los hace víctimas de delincuentes que buscan dinero para pagarse sus adicciones. “Como manejan dinero en efectivo, se convierten en un banco fácil de robar. No tienen ninguna seguridad. Hasta la misma policía los acosa y les decomisa sus productos. No los dejan estacionarse afuera de iglesias, escuelas y celebraciones, así que se van a zonas latinas peligrosas, donde los criminales a veces no los respetan”, observa.
Después de la agresión de la que fue víctima, el elotero Benjamín Ramírez, un abogado de migración se ofreció a ayudarlo sin cobro alguno para que consiguiera una Visa U que el gobierno estadounidense entrega a las víctimas de crimen. “No he sabido nada de cómo va mi caso, pero ya le entregué al abogado todos los documentos que me pidió”, observa.
Bernardo Pérez dice que después del último asalto que sufrió clasificado como intento de homicidio solicitó la Visa U. “Hace un año y siete meses, que solicité la Visa U”, platica.
En octubre de 2016, Juan Martínez, un paletero indocumentado de 71 años, fue golpeado y asaltado en North Hollywood cuando iba de regreso a su casa después de vender todo el día. Fue enviado al hospital con la nariz rota y lleno de golpes.
Rebeca Medina, abogada en migración y miembro del departamento legal de UndocuMedia, anunció entonces que ayudaría a Martínez a obtener una Visa U. Martínez lleva más de 30 años como indocumentado en Estados Unidos.
“Juan Martínez califica para la Visa U porque fue víctima de crimen, sufrió emocional y físicamente y ha cooperado con las autoridades, requisitos para obtener este alivio migratorio. Vamos a perseguir el caso también como un crimen de odio”, precisó Medina.
¿Pueden solicitar una Visa U?
La Opinión consultó a las abogadas en migración Frances Arroyo y Denise Cabrera de la firma legal de Eric Price de Los Ángeles acerca de los vendedores ambulantes y las Visas U.
– Pueden vendedores ambulantes que han sido víctimas de una agresión o ataque en la calle, solicitar la visa U. ¿Califican para obtener este alivio?
– Si el asalto es clasificado como una felonía, si puede solicitar la Visa U. Cualquier persona que ha sido víctima de un crimen violento puede solicitar la Visa U si es que reportaron el crimen a la policía y cooperaron con las autoridades.
– En caso de calificar, qué documentos deben reunir, y cuánto tienen que esperar después de someter la petición.
– Principalmente el reporte policiaco, archivos médicos y comprobar su cooperación con las autoridades. También demostrar el daño físico o mental que le ocasionó el asalto. El tiempo del proceso es de cuatro a seis años. Un beneficio importante de la Visa U es que durante el proceso se puede pedir un perdón sobre cualquier violación migratoria, lo cual requiere documentos adicionales de acuerdo a cada caso.
-Mientras esperan, pueden recibir un permiso de trabajo. ¿O tienen que esperar a ser aprobados?
Debido al retraso que hay en estos momentos en el Departamento de Inmigración, no obtienen permiso de trabajo automáticamente. El solicitante tiene que esperar aproximadamente de tres a cuatro años. Ya cuando van acercándose su turno y la solicitud ha sido adjudicada a un oficial de migración, sí se les expide un permiso de trabajo.
Cuando se aprueba una Visa U, el solicitante puede obtener permiso de trabajo cada dos o tres años; después de cuatro años, puede solicitar la residencia permanente con camino a la ciudadanía.