Hondureña residente de Los Ángeles teme por hermana que viene en caravana migrante
La mujer y sus dos hijas salieron de su país natal hace dos semanas y actualmente se encuentran en México
Carla Gonzáles, quien reside en Los Ángeles, recientemente se enteró que su hermana y sus dos sobrinas venían en la multitudinaria caravana que cruzó de Guatemala a México este fin de semana y que tiene como destino la frontera de Estados Unidos.
“Ella me llamó cuando ya estaba en México y me dijo ‘Voy con las dos niñas’”, explicó Carla, de 34 años. “Yo le dije, ‘No te vengas, es muy peligroso’”.
Carla dijo que su Hermana, Mari Gonzáles, se unió a la caravana migrante que salió de su natal San Pedro Sula, al noroeste de Honduras, a principios de octubre.
La desesperación de Mari por huir en busca de un futuro mejor se acrecentó cuando hace un tiempo cerraron la fábrica maquiladora donde trabajaba. A sus 32 años, en Honduras le es difícil conseguir otro empleo porque es considerada una persona mayor de edad, explicó Carla.
“Es muy difícil que la contraten y no ha podido conseguir trabajo”, recalcó.
Se estima que entre 4,000 y 7,000 personas—incluyendo a Mari y sus dos hijas de 6 y 3 años—intentaron entrar en grupo a México el viernes a medio día pero se les prohibió la entrada.
Tras una batalla entre migrantes y agentes mexicanos que duró unas horas el viernes, las autoridades finalmente dejaron entrar a los migrantes por grupos.
Carla dijo que su hermana le aseguró que en México afortunadamente logró obtener la ayuda de una mujer mexicana quien le abrió las puertas de su hogar.
“Yo le envíe dinero [el domingo] a mi hermana porque dijo que a lo mejor se regresa”, dijo Carla. “Ella esta enferma de fiebre y [ resfriada] y las niñas están un poco resfriadas y la más chica tiene asma. Han caminado por dos semanas”.
Por ahora Carla se preocupa no solo por su hermana pero también por su madre, quien vive en Honduras y padece de diabetes. Cuando Mari se fue no le aviso a nadie.
Carla dijo que no ha hablado con su madre pero otra de sus hermanas que vive en Honduras le dijo que su madre estaba muy mal.
“Les preocupa si llega o si no llega y se preocupa por las niñas”, dijo Carla. “Mi mamá y mi otra hermana dicen que se regresen que no deberían estar pasando eso. O que hubiera dejado aunque sea a mi sobrina la más pequeña”, dijo Carla.
Regresan por voluntad y a la fuerza
El gobierno hondureño reportó el domingo que 3,343 personas decidieron retornar mediante el programa gubernamental “Retorno Seguro”, que ofreció transporte terrestre y aéreo para los compatriotas que no quisieron continuar en la caravana.
No obstante, la Organización Internacional para Migraciones (OIM) estima que son 7,000 los migrantes que van camino hacia el Norte, dijo el portavoz de las Organización de Naciones Unidas (ONU), Farhan Aziz Haq.
El lunes por la mañana, integrantes de la caravana migrante en Tapachula, Chiapas, dijeron en conferencia de prensa transmitida por Internet que muchos migrantes procesaron un documento solicitando asilo en México, pero les dijeron que deben esperar de cuatro meses a más de un año por una respuesta.
También hicieron acusaciones graves de abuso de autoridad por parte de la policía local de Tapachula y entidades migratorias. Rodrigo Abeja, quien habló en nombre de sus compatriotas hondureños dijo que las mujeres centroamericanas están siendo abusadas física y sexualmente a cambio de “un plato de comida”.
Elena Urbina, otra miembro de la caravana, dijo que las personas son deportadas a Honduras con mentiras.
“Es injusto que vengan [las autoridades] allá en el puente a decirle a los padres y madres que se subieran a los autobuses y que luego acá los iban a [reunir]. Es una mentira, no los entregaron, los detuvieron”, dijo Urbina quien continúa buscando a su hijo y nieto. “No me dan información”.
“Nuestros familiares venían caminando por un gran sacrificio desde Honduras a pie y que no es injusto que cuando nosotros llegamos a este país, aquí, ahí en la frontera nos quiten a nuestros familiares y nos separen”, dijo Urbina. “Es una violación a los derechos humanos”.
Mientras tanto, Carla desconoce cual será el futuro de su hermana pero dijo que aun si llegara a pisar territorio americano se verían en una encrucijada. Ella ahora mismo esta peleando un caso de asilo político y no cuenta con la ayuda monetaria para costearles un viaje que probablemente sería de Texas a California.