Atentos al movimiento
'Yo soy 132' condena la tergiversación de información en televisoras mexicanas
MÉXICO, D.F.-“Yo no vengo por mi torta, vengo por mis huevos”.
Marco Evaristo, un estudiante de arquitectura, resumió en un doble lenguaje escrito sobre una cartulina de protesta del movimiento “Yo soy 132” el ánimo social que va más allá de la exigencia de la transparencia informativa y el pan: el hambre de participación social.
Así se ve en la incursión de los jóvenes en la vida pública del país el mazo que puede romper la barrera entre la ciudadanía y la clase política que se ha opuesto a una democracia abierta: la reelección de legisladores, el plebiscito, la revocación de mandato en caso de corrupción, de ineficiencia o desidia.
“Estos grupos de jóvenes pueden ser el despertar de la sociedad para recuperar los temas pendientes de la agenda mexicana que impiden el avance económico y de equidad en los últimos 20 años”, dijo Karla Valverde, coordinadora del Centro de Estudios Políticos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Entre esos rezagos, precisa la analista, se incluyen grupos vulnerables como adultos mayores, niños y los propios jóvenes que son potencial electoral, con 14 millones de muchachos que recientemente alcanzaron la edad para votar y que son, a la vez, símbolo de falta de horizontes: siete millones que no estudian ni trabajan.
“Ahora ellos se manifiestan en contra de una situación y contexto muy particular, pero pueden empezar a incidir en las agendas de los candidatos presidenciales”, observó Malverde.
El elector, de menos de 30 años, representa el 37% del total del listado nominal de 79.4 millones y es un botín codiciado de los comicios en puerta. No obstante, la duda ahora es si pueden trascender más allá de la protesta de ayer contra la “tergiversación” de la información de las dos televisoras que controlan la señal abierta en el país.
¿Es la primavera mexicana?, ¿la versión latinoamericana de los grupos árabes que derrocaron a los gobiernos autoritarios de sus países? Ante esa interrogante Alejandro Herrera, catedrático de Ciencias Políticas en la Universidad Iberoamericana (UIA), responde: “Es imposible decirlo, ahora hay un contexto muy claro en el que se mueven las elecciones, pero después dependerá de una organización más permanente”.
Sandra Petargo, una de las estudiantes del movimiento, dijo que “seguirán tomando acción” para mejorar la vida democrática, pero los estudiantes no han externado oficialmente más peticiones que espacios plurales en la televisión y acceso universal a Internet.
El movimiento “Yo soy 132” comenzó el 11 de mayo cuando estudiantes abuchearon al candidato de la coalición Compromiso por México, Enrique Peña Nieto, y la cadena Televisa dijo en sus noticieros que los protestantes no eran alumnos sino gente enviada por adversarios.
Los estudiantes respondieron con furia “por la manipulación de la información” de la que el país ha sido “víctima” durante años, una reacción que pocos esperaban desde una universidad privada de clases altas, pero que el analista Herrera considera muy natural.
“Ellos nacieron en la alternancia y están acostumbrados a criticar en una escuela católica de la Congregación de Jesús -Jesutita-, una orden que se caracteriza por su cercanía a los problemas sociales”.
El rector de la UIA, José Morales Orozco, denunció que algunos de los alumnos han recibido llamadas intimidatorias o mensajes por redes sociales y condenó los hechos a los que calificó de “atentados contra la libertad de expresión”.
“Únete”-invocaron en la marcha-. “Ahora somos los estudiantes, mañana puedes ser tú”.
Marcha Yo Soy 132