El implante coclear como solución a la sordera severa
Se estima que en el mundo un niño entre cada mil nace con sordera profunda o severa, pero ahora tienen la posibilidad de volver a oír cuando se les practica un implante
México – El implante coclear avanza entre los dispositivos que permiten a las personas con sordera severa profunda escuchar de la manera más cercana a la realidad, con innovaciones tecnológicas que incluso hacen posible utilizarlo al sumergirse en el agua.
Alejandro Espinosa, otorrinolaringólogo del Hospital General de México, informó que ronda entre los 1,400 y 1,500 el número de pacientes a quienes ya se les efectuó un implante coclear en México desde 1987, cuando se hizo el primero, a la fecha.
Explicó que en el país cada vez son más frecuentes los implantes porque hay más grupos médicos y hospitales capacitados en este tipo de procedimientos, aún en pequeñas ciudades, y que esté incluido entre los beneficios del Seguro Popular hace prever que en un futuro habrá mucho más pacientes implantados.
El vicepresidente de Advanced Bionics (AB) para Asia Pacífico y América Latina, Robert Gulock, indicó a su vez que a nivel global se estima que un niño entre cada mil nace con sordera profunda o severa, pero ahora tienen la posibilidad de volver a oír cuando se les practica un implante.
En la entrevista conjunta con Notimex, además de Gulock y Espinosa Rey estuvo Shai Arriola Fernández, gerente regional para México y Centro América de AB, quien refirió que los cálculos sobre México indican que hay entre 2,000 y 6,000 niños nacidos sordos.
A ellos se suman muchos otros infantes que a muy temprana edad llegan a tener problemas de salud que derivan también en sordera y pueden ser candidatos a un implante coclear.
Aunque no hay límite de edad para practicarlo, pues se ha hecho en pacientes desde seis meses de edad hasta una persona de 105 años, mientras más joven se tiene mayor éxito, y en un adulto se multiplica cuando la sordera es postlingual, es decir después de que aprendió a hablar.
En una primera fase, explicó el otólogo Espinosa Rey, el implante coclear consta de un componente interno que mediante procedimiento quirúrgico se ubica por debajo de la piel, detrás del pabellón auricular, de la oreja.
El especialista en cirugía en cabeza y cuello abundó que el componente tiene un procesador y un electrodo, éste último se coloca dentro de la cóclea y es el que provee el estímulo eléctrico que el paciente necesita para escuchar.
Al día siguiente el paciente regresa del hospital y una vez que sana la herida y está asegurado que no hay complicaciones viene el proceso de activación del complemento: micrófono, batería, procesador de sonido y magneto conectado a través de la piel para que quede fijo.
Los avances han permitido reducir el tamaño del componente externo, comparado con los procesadores anteriores que con un clip se sujetaban al cinturón del pantalón, además de que requerían una batería grande.
El también integrante del Comité de Implante Coclear del Hospital General de México afirmó que es posible “realizar pruebas, un tamiz auditivo desde el momento del nacimiento, lo que nos permite detectar casos de trastorno auditivo en edades tempranas y tratarlos”.
Los candidatos al implante deben ser evaluados por un equipo multidisciplinario médico, además del cirujano y el audiólogo, pues cumplir características específicas le darán mayor garantía de que se desarrollarán como audio oyentes y aun aprender idiomas.
Robert Gulock expuso que según estudios los niños que al año o dos de edad reciben implantes tienen los mejores resultados, los de seis y siete años tienen un desempeño normal, como ir a la escuela; y a mayor edad depende de otros factores, como si es prelingual o postlingual y si ha usado auxiliar.
Aseguró que en la práctica se ve cómo generaciones de más edad optan por un implante coclear porque su calidad de vida mejora incluso para sus años de adultos mayores, como el caso de una paciente que a los 105 años decidió someterse porque quería acudir al Bar Mitzvah -ceremonia del judaísmo- de su bisnieto y escucharlo.
Espinosa Rey comentó que la detección temprana se ha facilitado con la práctica del tamiz auditivo a cada niño que nace, y si el audiólogo encuentra algún problema orienta a los padres para darle seguimiento y la atención necesaria; si hay sospecha de problema auditivo la recomendación es acudir de inmediato al pediatra y someter a evaluación del otorrinolaringólogo.
El equipo de implante coclear del Hospital General de México está compuesto por especialistas en pediatría, audiólogos, radiólogos, psicólogos, trabajadores sociales, terapistas del lenguaje y el otorrinolaringólogo, y en particular el otólogo que es quien coloca el aparato.
Robert Gulock destacó que ese amplio equipo médico se complementa con el soporte audiológico y técnico del desarrollador del implante, como en el caso de Advanced Bionics, para ofrecer la mayor información y asesoría posible a los padres del menor de edad.
Espinosa Rey explicó que en México hay esfuerzo del gobierno federal, y al incluir el implante coclear al programa del Seguro Popular se multiplica la cantidad de pacientes beneficiados con apoyo de fundaciones que financian honorarios médicos, hospitalarios y de rehabilitación.
Estudios económicos, citó Gulock, han demostrado que para un niño no implantado el costo de educación en una escuela especial, más los gastos que se requieren para que se integre socialmente, son mucho mayores que el que se realiza por un implante que facilitará su integración educativa, social, laboral y productiva.
La diferencia entre los auxiliares auditivos y el implante coclear está en que mientras uno permite la audición acústica el otro, con 16 electrodos, traduce los sonidos en señal digital como estímulo electrónico al nervio auditivo.
Los desarrollos tecnológicos han permitido desarrollar el procesador Neptuno, primer implante a prueba de agua que además de facilitar una audición muy cercana a la realidad hace posible mantenerla cuando el paciente está bajo la regadera, practica natación o camina bajo la lluvia.
Su base es una computadora sofisticada que en principio utiliza en promedio sólo 25% de su capacidad, porque cuando se le implanta a niños de uno o dos años lo llevarán por muchísimos años y conforme crece podrán adaptársele las innovaciones, nuevo software, nuevos simuladores de la audición.
El propósito es que este dispositivo tenga una vida útil igual a la vida del paciente, que “crezca” junto con el niño, explicó el vicepresidente de Advanced Bionics.
Los especialistas y científicos que están trabajando en los avances en el procesamiento de señales, en la colocación del micrófono, en cómo se representa el sonido al paciente, hacen que sea posible seguir ofreciendo a un paciente implantado hace cuatro años tantas posibilidades como ofrezca el avance de la tecnología.
Advanced Bionics es parte Sinova, explicó Gulock, una compañía vinculada también con Phonak, que desarrolla auxiliares auditivos para las personas sordas.
Explicó que típicamente un médico primero considera la posibilidad de que el paciente use un auxiliar y si resulta insuficiente entonces se procede a recomendar el implante coclear.