Inmigrantes que viven en iglesias santuario renuevan sus esperanzas ante las promesas de Biden
Hay unas 150 personas que permanecen en lugares de culto por miedo a la deportación
Las promesas del presidente Joe Biden de instrumentar un proceso inmigratorio “justo y digno” han renovado la esperanza de una solución para las 150 personas que permanecen en santuario en iglesias de Estados Unidos, pero esa meta solo se alcanzará con “una lucha constante”, afirman dirigentes consultados por Efe.
“La manera en que la Administración Biden responda a casos urgentes como los de las personas en santuario será una señal de lo que se pueda esperar de las políticas inmigratorias del presidente”, dijo a Efe David Bennion, director ejecutivo del Proyecto Migración Libre (FMP, en inglés).
“La Administración tiene la autoridad total para detener las deportaciones y tomar otras medidas a su discreción para cancelar las órdenes de deportación de aquellas personas en santuario para que puedan salir en libertad de las iglesias en donde buscaron santuario”, agregó.
Según Bennion, “eso es lo que los líderes del movimiento santuario le vienen pidiendo a Joe Biden”.
Por ejemplo, a finales de noviembre de 2020, la organización nacional Sanctuary Collective (con sede en Wilmington, California) le envió al entonces presidente electo una petición con firmas de inmigrantes y dirigentes de todo el país solicitando que se resuelva la situación de las personas en santuario “durante los primeros cien días” de la llegada de Biden a la Presidencia.
Y el 19 de enero, un día antes de que la ceremonia de investidura presidencial de Biden, cuatro mujeres en santuario, junto con la Red de Santuario de Austin (Texas) y FMP, presentaron una demanda en una corte federal contra agentes y agencias de inmigración por “represalias” y “multas civiles excesivas” contra dirigentes del movimiento santuario, incluyendo las cuatro demandantes.
La demanda busca que Biden deje sin efecto esas medidas, a las que Bennion calificó de “parte de la campaña de represión desatada por (el ahora expresidente Donald) Trump y (su exasesor) Stephen Miller.”
De hecho, entre las primeras medidas firmadas por Biden tras asumir el miércoles como presidente figuran varias relacionadas con inmigración, como la protección de los “soñadores” (inmigrantes indocumentados que llegaron de niños a Estados Unidos), la reunificación de las familias inmigrantes separadas y la cancelación de la construcción de un muro en la frontera con México.
Biden también eliminó la restricción de viaje desde países predominantemente musulmanes, pero no hubo una orden ejecutiva específica para aquellos en santuario.
Por su parte, la mexicana Jeanette Vizguerra, la primera persona en buscar santuario en una iglesia de Colorado hace seis años, abandonó la semana pasada temporalmente la protección del templo y viajó hasta Wilmington, Delaware, para pedirle a Biden que “cumpla sus promesas” sobre las personas en santuario.
Vizguerra, ahora líder de la Coalición Santuario de Metro Denver, fue más allá e instó al nuevo presidente a aprobar “la legalización completa” de los 11 millones de indocumentados en Estados Unidos.
De hecho, dijo Vizguerra a Efe, ella quiere que, por medio de Biden o del Congreso, se obtenga “la libertad” por razones humanitarias y sanitarias de los inmigrantes alojados en centros de detención privados, así como “el cierre” de esos establecimientos y “la abolición” del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE).
Otras dos mujeres en santuario en Colorado también se expresaron sobre la nueva esperanza.
La mexicana Rosa Sabido pidió ser “cautelosamente optimistas” sobre las decisiones que Biden podría tomar en beneficio de ese grupo de inmigrantes. Y la peruana Ingrid Encalada Latorre consideró que “nunca se debe perder la esperanza” porque “podría haber una reforma inmigratoria en los próximos años”.
Esa reforma quizá ocurra antes de lo que Encalada cree, si prospera el proyecto de la Ley de Ciudadanía de Estados Unidos de 2021 planteado por Biden al llegar a la Casa Blanca y que prevé un proceso de ocho años para regularizar la situación de los millones de indocumentados.
Pero, advirtió Bennion, la esperanza por sí sola en las promesas de Biden no es suficiente para regularizar la situación de los inmigrantes en santuario.
“Debemos seguir luchando por nuestra libertad porque el poder nunca otorga nada que no se le exija, Y eso incluye también a la Administración Biden y a los demócratas en el Congreso”, sostuvo el dirigente.
Por Francisco Miraval