Piden posada en el Parque de La Amistad, pero nadie respondió del lado estadounidense

Migrantes y organizaciones civiles en Tijuana cantaron según la tradición, pero por primera vez nadie los escuchó

Posada binacional en la frontera.

Posada binacional en la frontera.  Crédito: Manuel Ocaño | Impremedia

Los migrantes, organizaciones civiles y dirigentes religiosos en Tijuana llegaron hasta la frontera para, entre cánticos, pedir posada a feligreses del lado estadunidense, pero por primera vez al lado de California la respuesta fue el silencio.

En los últimos 27 años, grupos de migrantes desde Tijuana cantaban peticiones tradicionales para pedir posada, y del lado de Imperial Beach, en el condado de San Diego, encontraban la también tradicional respuesta.

“Een en nombre del cieeelo, oospido posaaada”, entonaban desde México. Momentos más tarde en California respondían “entren, santos peregrinos, peregrinos, reciban este rincón; aunque pobre la morada, la morada os la doy de corazón”.

Entonces, por lo menos en sus buenas intenciones, el muro se abriría y los migrantes pasarían a California.

Pero ahora en la celebración número 28 de la Posada Sin Fronteras, la patrulla fronteriza del sector San Diego impidió que los feligreses de California llegaran cerca del muro.

La patrulla incluso impidió que se aproximaran a unos mil pies de distancia, desde donde últimamente se han comunicado con los feligreses del lado de Tijuana con ayuda de altoparlantes.

La posada binacional se ha celebrado en la frontera por 27 años. (Manuel Ocaño)

La patrulla dejó sin responder a la prensa las razones del impedimento de este año, aunque recientemente ha argumentado que sus más de 16,000 oficiales son insuficientes para resguardar la frontera.

Los organizadores de la posada, en ambos lados de la frontera, informaron que, “el evento anual, que conmemora la búsqueda de José y María por refugio en Nochebuena, se lleva a cabo con personas de fe”.

La convocatoria invitó a que “los participantes cantarán villancicos y escucharán a oradores.  Recordarán en la oración a quienes han fallecido cruzando la frontera hacia los Estados Unidos en el último año”. 

El tema de la Posada Sin Fronteras de este año fue “El amor se extiende” en reconocimiento a que, “el poder del amor divino como una fuerza que las fronteras no se pueden contener”.

Participaron, entre otros grupos, desde Tijuana, la Casa del Migrante, el Instituto Madre Asunta, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), la Arquidiócesis de Tijuana, la Casa YMCA, la Coalición Pro Defensa del Migrante, PAX Acción es Cultura, el Ejército de Salvación, el Desayunador Salesiano “Padre Chava,”,

Mientras que se esperaba que llegaran por San Diego “numerosas organizaciones religiosas y grupos de derechos humanos de Estados Unidos”, como ha sucedido cada año.

El arzobispo de la arquidiócesis de Tijuana, Francisco Moreno Barrón, dijo al encabezar la ceremonia que este año la celebración de la Posada Sin Fronteras fue simbólica, porque los feligreses del lado de San Diego no pudieron llegar.

“Este muro es difícil de cruzar, pero más allá la relación y el amor entre el pueblo de Estados Unidos y el pueblo de México, entre los migrantes que están aquí y los que están del otro lado, es una fuerza incontenible”, dijo el religioso.

“No venimos a resolver el problema migrante, que bueno fuera que estuviera a nuestro alcance, pero si vamos a expresar con nuestra voz y con nuestra actitud que nuestros hermanos migrantes no están solos, que queremos levantar la voz con ellos y que queremos asumir signos de solidaridad”, agregó el arzobispo.

Por su parte el padre Patrick Murphy, director de la Casa del Migrante, alertó que la comunidad de personas que buscan un lugar más seguro para vivir crece en Tijuana sin que haya más cupo en los albergues.

Estimó que están por llegar a Tijuana miles de migrantes que vienen por su cuenta desde la frontera con Guatemala, además de un estimado de unos 9,000 migrantes que llegarán como parte del recién reinstalado programa Quédate en México, o Protocolos de Protección a Migrantes (MPP por sus siglas en inglés).

El padre Murphy dijo que todos los albergues en Tijuana están ahora saturados y preguntó a las autoridades qué piensan hacer cuando lleguen los migrantes “para dar posada a tanta gente”.

Explicó que el fin de semana las autoridades de Tijuana tuvieron un encuentro con organizaciones civiles de albergues para migrantes y se comprometieron “a puras promesas falsas”.

Lo cierto, dijo el sacerdote, es que no necesitamos que nos ayuden con un poco de comida –como lo han venido haciendo–, sino que presenten planes para albergar a los miles de personas que se espera que lleguen a la ciudad y para quienes no hay albergues disponibles.

Al final de la Posada Sin Fronteras, algunas organizaciones ofrecieron tamales y atole, entre alimentos tradicionales decembrinos mexicanos. El Ejército de Salvación y el albergue para mujeres con niños Puerta de Esperanza ofrecieron comida a los asistentes.

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