Crudos 2.0 quiere transmitir buena vibra
La agrupación promociona su disco "Vibrando Alto"

Manny Arellano (izq.), Ismael Mota, José Ramón Martínez y Jesús Gonzales son los integrantes de Crudos 2.0. Foto: Cortesía Crédito: Cortesía
La banda Crudos 2.0 ha interpretado tantos géneros desde que se fundó hace casi 20 años, que ahora prefiere no tener ninguna denominación.
Su nuevo disco, “Vibrando alto”, es una muestra de ello. Incluye una decena de temas que van desde una cumbia electrónica hasta música de banda y norteña.
“Es una recopilación de todo lo que hemos hecho, de todo lo que hemos aprendido”, dijo Ismael Mota, vocalista y saxofonista del combo originario de Chicago. “Son los estilos que hemos interpretado y [por eso] vamos a tocar de todo; no somos de un género, todo se vale”.
La agrupación se fundó hace 18 años con el nombre de Crudos de Durango, e interpretaba ritmos duranguenses, que en esa época era lo que estaba de moda. Luego pasaron a la música norteña, después a la tribal, hasta que luego de doce años tocando, los integrantes decidieron separarse. En ese inter, Ismael por su cuenta, tuvo un proyecto de música country en inglés.
Luego de seis años, sin embargo, el cuarteto –todos mexicanos o hijos de mexicanos– volvió a juntarse, esta vez con el nombre de Crudos 2.0. El nuevo disco es el octavo en su carrera pero el primero desde que se dio el reencuentro.
“Ya no estamos en el tiempo de antes, en que solo tocábamos un estilo”, dijo Ismael. “Estamos tocando lo que se pueda, en inglés, en japonés; lo que sea que podamos tocar vamos a hacerlo”.
Lo novedoso en el sonido de Ismael, Manny Arellano (teclados), Jesús Gonzales (batería) y José Ramón Martínez (bajo eléctrico) es que en esta ocasión incluyeron “frecuencias sanadoras”. Eso quiere decir que, quien escuche sus canciones, no solo se podrá divertir y bailar, sino que, sin darse cuenta, estará sanando su cuerpo, dijeron.
Para esto, la banda creó el sonido que denominó bangabeats, una fusión de house con quebradita y ritmos hechos para “sanar emocionalmente”. Las letras, por su parte, no son nada complicadas, porque, de acuerdo con Ismael, la intención con este álbum es que la gente se alegre cuando las escuche.
“No son para que digas, ‘ay, esta canción me hace pensar sobre el universo'”, dijo. “No, son para que bailen y se llenen de alegría”.
Cuando comiencen a girar –no lo han hecho debido a la actual crisis de salud–, tienen planes de presentar un espectáculo que incluirá imágenes, rituales, incienso y los éxitos de su etapa duranguense y tribal. Pero sobre todo, quieren transmitir la buena vibra, “algo que la gente necesita tanto en estos momentos”, dijo Ismael.