Asesino en serie fue identificado en las calles de Los Ángeles y casi es fallece en manos de una turba
Una turba molesta y aterrada tras la publicación de la identidad del "Acosador Nocturno", acorraló a Richard Ramírez y casi lo asesinan.
El asesino fue capturado gracias a una huella parcial. Crédito: APU GOMES | AFP / Getty Images
Richard Ramírez, el notorio “Acosador Nocturno”, es capturado y casi asesinado por una turba en el este de Los Ángeles, California, luego de ser reconocido por una fotografía que se mostró tanto en la televisión como en los periódicos. Identificado como el asesino en serie, Ramírez fue sacado de la turba enfurecida por agentes de policía el 31 de agosto.
Durante el verano de 1985, la ciudad de Los Ángeles fue presa del pánico por un asesino que se colaba en las casas de sus víctimas por la noche.
‘El Acechador Nocturno’, como la prensa apodó al asesino, primero centró su atención en los hombres de la casa, generalmente disparaba a cualquier hombre en la casa con una pistola calibre .22 antes de violar, apuñalar y mutilar a sus víctimas femeninas. Cortó uno de los ojos de su víctima y, a veces, talló pentagramas satánicos en los cuerpos antes de irse.
Para agosto, ‘El Acechador Nocturno’ había asesinado al menos a una docena de personas, y los agentes del orden estaban desesperados por detenerlo. Un testigo, que logró anotar la matrícula del automóvil en el que huyó Ramírez, llevó a la policía a una sola huella digital parcial que quedó en el vehículo.
Aparentemente, el grupo de trabajo que buscaba al ‘El Acechador Nocturno’ ya había recibido información de que alguien llamado Ramírez estaba involucrado, por lo que solo se compararon los registros de los hombres con ese nombre con las huellas dactilares.
Aunque la nueva base de datos informática multimillonaria de huellas dactilares del Departamento de Policía de Los Ángeles solo contenía los registros de delincuentes nacidos después de enero de 1960, Richard Ramírez, que tenía antecedentes por delitos menores, había nacido en febrero de 1960.
Cuando Ramírez fue identificado como el principal sospechoso, las autoridades debatieron si dar a conocer su nombre y su fotografía al público, por temor a que eso le diera la oportunidad de escapar. No obstante, decidieron correr el riesgo, y Ramírez, que en ese momento viajaba de regreso a Los Ángeles, llegó y encontró su rostro y su nombre en la portada de todos los periódicos.
Ramírez convirtió su juicio en un circo dibujando pentagramas en sus palmas y haciendo cuernos de diablo con sus dedos. Cuando fue declarado culpable, le gritó al jurado: “Me enferman, seré vengado Lucifer habita dentro de todos nosotros”.
Después de que el juez impuso una sentencia de muerte, el criminal dijo: “Gran cosa. La muerte siempre iba con el territorio. Nos vemos en Disneylandia”.
El asesino se casó con una admiradora y amiga por correspondencia mientras estaba encarcelado en la prisión de San Quentin de California en 1996.
En 2006, sus primeras apelaciones fueron denegadas y murió en prisión el 7 de junio de 2013.
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