Salvadoreños en LA defienden su país de estudio que dice que es el ‘peor’

El estudio coloca a El Salvador en una lista nefasta

Un mural que contiene el símbolo patrio de El Salvador se observa en una calle del sector Pico Union, en Los Ángeles.

Un mural que contiene el símbolo patrio de El Salvador se observa en una calle del sector Pico Union, en Los Ángeles. Crédito: <copyrite>La Opinión - </copyrite><person>Aurelia Ventura< / person>

A Morena Cibrián, salvadoreña con más de 20 años en Los Ángeles, le gustaría ver que una fuerza poderosa llegara a su país y acabara con la delincuencia, que es uno de los factores que más afecta la estabilidad social y económica de El Salvador.

“Hace mas de 20 años todo era tranquilo, se podía salir a la calle sin miedo. Ahora la gente llega su casa y se queda encerrada, de puro miedo”, dijo Cibrián, mientras esperaba su turno para un trámite en el consulado de El Salvador. “Yo quisiera que viniera un poder, un político, alguien que tenga suficiente poder para acabar con la inseguridad”.

Según un estudio realizado por la Unidad de Inteligencia de The Economist, de un total de 80 países, El Salvador es considerado uno de los peores países de Latinoamérica para nacer, ocupando el lugar número 62. Uno de los factores tomados en cuenta para el estudio fueron los crímenes violentos.

“Mi país es muy bonito pero la delincuencia está cada vez peor porque como no hay trabajo, la gente se dedica a robar”, dijo Rosa López, quien tiene nueve años viviendo en los Estados Unidos.

El estudio también tomó en cuenta las oportunidades económicas que el país ofrece a sus ciudadanos. De acuerdo con datos publicados por el World Factbook de la CIA, el ingreso per cápita anual de un salvadoreño durante el 2011 fue de 7,500 dólares, ocupando el lugar 130 de los 228 países del mundo.

David Luna, quien se encontraba también ayer en la sede del consulado, señaló que su “país es un lugar perfecto para vivir. Lo único es que la economía está muy mala pero eso es global. A pesar de eso, es un buen lugar para vivir”.

Por su parte, Jonathan Valencia dijo que en la visita que hizo a El Salvador el año pasado, a donde no había regresado desde que tenía cuatro, lo que más le impactó del estilo de vida en ese país fue el esfuerzo que deben hacer las personas para sobrevivir con el salario mínimo que devenga un trabajador. “Con lo poco que gana, se espera que las personas mantengan a su familia”, dijo Valencia, quien añadió que el salario mínimo es de ocho dólares diarios, sueldo que no tiene distinción entre las personas con una profesión o aquellas que nunca culminaron sus estudios. “Tengo una tía que se graduó de farmacología y gana ese sueldo diario”, dijo. El dólar sustituyó al Colón como moneda oficial de El Salvador en el año 2001.

Valencia también enfatizó que una de las mejores formas de combatir la pobreza es “a través de la educación, en la que todos tengan acceso a ella. Con una mejor educación mejora la economía y en una mejor economía todos tienen acceso a la educación. Es como un ciclo”, dijo Valencia, un punto en el que Carlos Velis, representante cultural del Consulado de El Salvador, dijo estar de acuerdo.

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