Ellos también sufren violencia doméstica: La historia de Mark, amenazado de muerte

Los hombres que denuncian a la policía el maltrato y abusos por parte de sus parejas, pueden calificar para la visa U, que otorga un estatus migratorio a los indocumentados

Anualmente, más de 140,000 casos de violencia doméstica contra los hombres se reportan a nivel nacional. (Araceli Martínez/La Opinión)

Anualmente, más de 140,000 casos de violencia doméstica contra los hombres se reportan a nivel nacional. (Araceli Martínez/La Opinión) Crédito: Araceli Martínez | La Opinión

Después de vivir tres años y medio con la madre de su hijo, Mark Osuna hizo lo que nunca pensó, acudir a la policía a denunciar a la mujer por maltrato y violencia doméstica.

“Ella siempre ha sido violenta. Me daba golpes y me tenía amenazado con reportarme a migración, pero cuando arreciaron sus amenazas de muerte, con mucha vergüenza, acudí a la policía”, dice.

Mark Osuna, un inmigrante mexicano indocumentado relató a La Opinión, todo lo que vivió antes de atreverse a denunciar a su compañera y madre de su hijo de dos años.

“Yo trabajo como cocinero en dos turnos desde las 8 de la mañana hasta las 11 de la noche; y hace 22 años que vine de México a Estados Unidos”.

Poco tiempo después de que Mark inició una relación con una mujer blanca anglosajona, se fueron a vivir juntos; y muy pronto aparecieron los primeros síntomas de violencia.

“Me di cuenta que odiaba a los hispanos, y cuando se enojaba me daba golpes como cachetadas y me tiraba cosas”.

Pocos hombres se animan a denunciar y buscar ayuda cuando sufren violencia doméstica pero grupos de ayuda exclusivamente para ellos como el de la organización Paz sobre Violencia pueden ayudarlos a salir del ciclo de violencia. (Araceli Martínez/La Opinión).
Pocos hombres se animan a denunciar y buscar ayuda cuando sufren violencia doméstica pero grupos de ayuda exclusivamente para ellos como el de la organización Paz sobre Violencia pueden ayudarlos a salir del ciclo de violencia. (Araceli Martínez/La Opinión). Crédito: Araceli Martínez | La Opinión

En una ocasión, su expareja le quebró el dedo chico de la mano derecha con el control de los videojuegos; en otro momento, le abrió la boca de un puñetazo.

“Nunca se disculpaba, y por el contrario, presumía de hacerme daño”.

También solía decirle en tono de burla que “nunca se casaría con un mojado”; y tampoco le gustaba – dice Mark que pusiera música en español. “Buscaba cualquier pretexto para hacerme de menos”.

La situación empeoró cuando él se negó a mudarse a Oklahoma con ella.

“Cuando me veía llorando desesperado, me decía, no llores, pinche mojado”.

Y cuando las cosas llegaron al extremo y su compañera amenazó con matarlo mientras dormía, se salió de la casa; y el mes pasado, le puso una orden de restricción.

“A veces, me iba a buscar y llegaba diciendo, quiero hablar con el ilegal”.

Mark platica que además se negaba a denunciar porque la madre de la mujer, trabaja para una firma legal muy reconocida en Los Ángeles.

“Me daba mucha vergüenza denunciar a la madre de mi hijo; y sentía miedo por ser indocumentado. Pero me enfadé. Ella hasta me tenía controlado mi teléfono, y se enteraba de todo lo que hacía”.

Finalmente se animó y acudió al Departamento de Policía de la ciudad de Montebello en el condado de Los Ángeles, a presentar la denuncia por violencia doméstica y amenazas de muerte.

“Les entregué todas las pruebas que tenía como mensajes de texto donde claramente me amenazaba”.

Uno de cada tres hombres sufre de violencia doméstica por parte de sus parejas. (Archivo/La Opinión) Crédito: Cortesía Man Kind Initiative

Mark atribuye que los problemas que sufre su expareja, se ven acrecentados debido a sus adicciones.

“Yo le pedía que no fumara marihuana con sus amigos, en la casa, delante del niño, pero no me hacía caso. Se enojaba y me decía que me iba a matar dormido; me escupía la cara delante de sus amigos y me decía groserías”.

Dice que a raíz de que presentó la orden de restricción para que su pareja no se le acercara y que la denunció por amenazas de muerte, la Corte lo mandó a recibir terapias grupales con otros hombres que sufren de violencia doméstica.

“Aún cuando a ella, ya le salió hasta una orden de arresto, sigo con miedo por mi vida. Sé de lo que es capaz. Puede matarme o mandar a alguien a que lo haga; y me preocupa mi hijo que está a su lado. Yo no he dejado de apoyarlo económicamente”.

Mark pidió a los hombres que son abusados y maltratados por sus parejas, que denuncien y no se queden callados. 

Mayra Todd, líder de Mujeres de Hoy, una organización que se enfoca en ayudar a los y las inmigrantes, que son víctimas de violencia doméstica, afirma que la gente piensa que los hombres no sufren violencia doméstica; y por eso muchos de los que son abusados, se quedan callados. 

“Es como un círculo vicioso. Muchos han sido formados con la idea que ellos son machos y no deben llorar”.

Y también dice que temen que al contarle a sus amigos que son víctimas de violencia doméstica, se puedan burlar de ellos. 

“Incluso creen que al denunciar a la mujer de violencia doméstica, ellos van a terminar siendo los acusados, porque piensan que la policía no les va a creer”.

Mark Osuna muestra como le quedó el dedo ladeado tras que su expareja se lo quebró. (Cortesía Mayra Todd)

Todd orientó y guió a Mark a presentar la denuncia ante la policía. 

“Lo que muchos inmigrantes indocumentados no saben es que al ser víctimas de violencia doméstica y denunciar a la policía, pueden calificar para una visa U, que les abre el camino para tener un estatus migratorio en el país y salir de las sombras”.

El abuso contra los hombres ocurre más seguido de lo que imaginamos, tanto en relaciones heterosexuales como del mismo sexo. Sucede en hombres de todas las culturas, sin importar la edad y ocupación.

Las estadísticas sugieren que por lo menos una de cada tres víctimas de violencia doméstica son hombres. 

Sin embargo, muchos hombres no denuncian, por vergüenza, miedo a que no les crean, o a la venganza de sus parejas.

El abuso puede incluir patadas, golpes, mordidas, escupitajos, lanzar cosas, destruir posesiones, ataques mientras duermen o por sorpresa. Los o las abusadores pueden usar armas de fuego, cuchillos, golpear con un objeto, abusar o amenazar con dañar a los hijos o mascotas de las víctimas.

El abuso emocional y verbal es igual de dañino que el físico. Este incluye humillaciones en frente de sus amigos, familia o en las redes sociales; esconder los medicamentos, controlar a quien ven o con quien salen; ser posesivo, acusaciones de infidelidad, celos; controlar lo que ganan o incumplir deliberadamente las obligaciones financieras conjuntas, entre otras.

Mayra Todd explica que los hombres no denuncia la violencia doméstica por vergüenza y machismo. (Cortesía Mayra Todd) Crédito: Cortesía

Rosalinda Méndez, psicoterapeuta familiar, fundadora y líder del grupo de violencia doméstica para hombres de habla hispana de Paz sobre Violencia, dijo en una entrevista para La Opinión que la mujeres abusadoras suelen ser muy celosas, controladoras, revisan mensajes en el teléfono de sus parejas, los correos electrónicos de estos, los alejan de amistades, parientes, ejercen el chantaje y la presión. 

“Ejercen violencia verbal expresada con gritos y cuando viene la violencia física, los arañan, los abofetean, los atacan con cuchillo”, dice.

Al Labrada, subjefe del Departamento de Policía de Los Ángeles (LAPD), reconoce que hay más temor del hombre a reportar los incidentes de violencia doméstica.

“Les da miedo que se vayan a burlar de ellos o que no les vayan a creer. Al contrario de la mujer que no reporta por miedo a que vayan a deportar a su agresor”, dice.

Pero enfatiza que para la Policía de Los Ángeles, la violencia doméstica contra hombres y mujeres no es aceptable.

“Le damos la misma importancia. Lo mismo ocurre cuando un hombre es atacado por otro hombre con quien tiene una relación. Pero sí debemos educar más a nuestra comunidad para que reporten la violencia doméstica a la policía”, precisa.

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