‘Pobre hombre’, dice su hermana
Le preocupa la 'infinita soledad' que le espera en el Vaticano
BUENOS AIRES. La argentina María Elena Bergoglio, hermana del cardenal Jorge Bergoglio, lamentó su nombramiento como Papa porque le espera una “infinita soledad” y advirtió que ni siquiera él tenía deseos de vivir en El Vaticano.
“Yo esperaba que nombraran a otro cardenal, a cualquier otro, pero no a mi hermano”, dijo María Elena, al detallar ante periodistas las sensaciones que le invadieron durante la histórica jornada en la que por primera vez un latinoamericano fue elegido Papa.
La mujer, quien es la única hermana viva del nuevo Pontífice, explicó que se resistía a que Bergoglio fuera el nuevo jefe de la Iglesia Católica después de una vez que conoció a Juan Pablo II.
“Cuando me arrodillé para besar el anillo, levanto la vista y ví una mirada de tanto amor, pero a la vez de infinita soledad, y si bien la mirada de mi hermano refleja amor, yo no quería que también reflejara soledad”, señaló.
María Elena reconoció que la suya es una postura egoísta porque está pasmada desde el afecto, porque a su hermano le espera “una tarea titánica, la Iglesia está inserta en un mundo que esta patas para arriba”.
Aclaró que jamás habló en profundidad con Bergoglio de la posibilidad de ser un nuevo Papa, ya que “él es muy hermético”, pero “en principio no era su deseo, él ama a Buenos Aires y le gustaba estar aquí”.
Sin embargo, dijo la hermana del nuevo Papa, “por lo poco que pude ver ayer en televisión, la expresión de su cara hablaba de plenitud”, cosa que la reconforta.
Contó que Bergoglio se despidió de ella la semana pasada, antes de viajar a Roma, y ambos confiaban en su pronto regreso, pero las cosas comenzaron a cambiar la víspera en cuanto se conoció la noticia que impactó al mundo.
“Todo es muy emotivo, es un golpe muy fuerte que emociona y encima escuchar a esa multitud en la plaza gritando ¡viva el Papa!, pobre hombre. Lo acompañaré desde acá. Lloré, no pude decir ni media palabra”, precisó.
Bergoglio es el mayor de cinco hermanos, de los cuales tres: Alberto Horacio, Oscar Adrián y Marta Regina, ya fallecieron, pero la única que le queda viva no celebró su designación, como sí lo hicieron millones de personas en todo el mundo.