Sexting en adolescentes: de qué se trata y cómo afecta su salud mental

El sexting no está relacionado con problemas de salud mental en adolescentes, según un estudio noruego, sugiriendo que reducirlo no evitará dichos problemas

Sexting en adolescentes: de qué se trata y por qué afecta su salud mental

Las investigaciones habían sugerido una conexión entre el sexting y los problemas de salud mental entre los adolescentes. Crédito: Nito | Shutterstock

Un nuevo estudio ha desafiado la creencia de que el sexting entre adolescentes está relacionado con un aumento de problemas de salud mental. Este estudio sugiere que los esfuerzos para reducir el sexting podrían no ser efectivos en la prevención de problemas de salud mental entre los adolescentes.

La adolescencia es una etapa compleja y formativa en la vida de cualquier persona, caracterizada por una serie de cambios físicos y psicológicos. Durante esta etapa, las relaciones sociales y la influencia de los iguales se vuelven especialmente importantes, lo que también lleva al despertar de la curiosidad romántica y sexual.

Las investigaciones habían sugerido una conexión entre el sexting y los problemas de salud mental entre los adolescentes. Sin embargo, estos estudios se basaban en análisis transversales que solo proporcionaban una visión momentánea y no consideraban las diferencias preexistentes entre quienes practican sexting y quienes no lo hacen.

Un nuevo estudio realizado por investigadores en Noruega ofrece una perspectiva diferente al analizar datos de un panel longitudinal. Basado en datos del proyecto MyLife, que examina la salud y el desarrollo de adolescentes en Noruega, incluyó una muestra de 3,000 adolescentes de entre 15 y 19 años.

Los datos se recolectaron en tres evaluaciones diferentes entre 2019 y 2021, utilizando cuestionarios estandarizados para medir el sexting, los síntomas de depresión y los problemas de conducta.

El sexting se midió mediante preguntas sobre la frecuencia de compartir o enviar fotografías o videos sexuales. Los síntomas de depresión se evaluaron utilizando un cuestionario de salud modificado para adolescentes, que incluía preguntas sobre el estado de ánimo, problemas de sueño y falta de energía. Los problemas de conducta se midieron con preguntas sobre el robo, el acoso y la destrucción de propiedades.

La proporción de adolescentes que practicaban sexting variaba con el tiempo

Entre las chicas, el 30,5% reportó haberlo practicado en la primera evaluación, el 36,7% en la segunda y el 33,7% en la tercera. Entre los chicos, el 33,1% reportó haber practicado sexting en la primera evaluación, el 29,9% en la segunda y el 21,6% en la tercera. Además, los síntomas de depresión eran más frecuentes entre las chicas, mientras que los problemas de conducta eran más comunes entre los chicos.

Utilizando un modelo de panel con retardo cruzado de intercepción aleatoria (RI-CLPM), los investigadores pudieron separar los efectos entre individuos de los efectos dentro de la misma persona a lo largo del tiempo.

Los resultados mostraron que no había efectos significativos del sexting en los síntomas de depresión, tanto en chicos como en chicas. Esto sugiere que los puntajes altos de sexting en un momento dado no se asocian con un aumento en los síntomas de depresión en el futuro.

Curiosamente, se encontró que los problemas de conducta en las chicas se asociaban con un aumento en la práctica del sexting en un momento posterior. Esto sugiere que los problemas de conducta pueden llevar a una mayor participación en el sexting, en lugar de que sea al revés. En los chicos, no se encontraron asociaciones significativas entre problemas de conducta y sexting.

A pesar de las limitaciones del estudio, como la falta de distinción entre sexting consensuado y no consensuado y el posible sesgo introducido por la necesidad del consentimiento de los padres, los resultados son significativos. Los hallazgos sugieren que el sexting no predice un aumento en los problemas de salud mental con el tiempo.

Los investigadores concluyen que las intervenciones para reducir el sexting entre adolescentes probablemente no serán efectivas para prevenir problemas de salud mental. En cambio, sugieren que los futuros esfuerzos deberían centrarse en educar a los adolescentes sobre la importancia del consentimiento sexual y la protección de la privacidad al participar en esta actividad.

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