Empleados de limpieza y de salud protestan y piden mejores salarios
Por un contrato justo, unos 600 trabajadores se manifestaron contra el Hospital Providence en San Pedro
Centenares de trabajadores de la salud en Providence Little Company of Mary Medical Center de la ciudad de San Pedro salieron a las calles a protestar por lo que consideran negociaciones de mala fe contractual por parte del hospital, que recientemente redujo su propuesta salarial.
Los trabajadores, que incluyen enfermeras vocacionales autorizadas, terapeutas respiratorios, amas de llaves, asistentes de enfermería, técnicos médicos, terapeutas ocupacionales y fisioterapeutas, votaron en octubre de 2023 para unirse al Sindicato Nacional de Trabajadores de la Salud (NUHW) y han estado negociando un primer contrato desde febrero.
El hospital Providence de San Pedro, donde no había un sindicato, según los trabajadores de atención médica, ganan en promedio de un 24% menos que en los hospitales sindicalizados de la cadena de hospitales, incluido el Centro Médico Providence Cedar-Sinaí Tarzana, donde los miembros del sindicato NUHW obtuvieron recientemente un contrato que aumentó los salarios en un promedio del 40%.
“A 107 empleados les dieron aumento, pero al resto de nosotros nos mantuvieron al final de la tabla de salarios”, dijo Regina Muñoz, de 47 años, una enfermera vocacional autorizada (LVN), quien forma parte del equipo negociador del sindicato. “En las negociaciones actuales nos están ofreciendo menos de lo que nos presentaron al principio”.
Supuestamente, la compañía hospitalaria está ofreciendo un aumento de solo $2.35 la hora a los trabajadores, es decir, 5% anual o menos en los próximos tres años si firman el contrato laboral.
“Ese dinero es mucho menos de lo que queremos”, dijo Muñoz. “Nadie puede vivir dignamente con eso y no estamos dispuestos a aceptarlo”.
Muñoz adelantó a La Opinión que la membrecía en general está dispuesta a llegar hasta las últimas consecuencias y, de ser necesario, convocar a una votación para autorizar o no una huelga.
“Muchos de los empleados ya han discutido esa posibilidad”, declaró. “Todo dependerá de las próximas negociaciones”.
Tanto ella como sus compañeros consideraron que la oferta de la compañía “es un insulto”.
Ella, que trabaja en una unidad con pacientes menos graves, pero de atención y cuidado a largo plazo, expuso que en su área hay máquinas de respiración y otros aparatos que precisan estar alertas las 24 horas.
“Ellos [los representantes negociadores del hospital] ni siquiera saben que en ese lugar se requiere demasiado cuidado; no saben lo que hacemos y solamente han estado ahí, en la biblioteca, para las negociaciones”, dijo Regina Muñoz. “Lo que nos intentan pagar es insultante, degradante y doloroso”.
Regina Muñoz indicó que, en el día a día, hay sobrecarga de trabajo, porque a una sola enfermera puede tocarle atender hasta a 10 pacientes dentro de una o dos horas, cuando requieren los medicamentos.
Aunque declinó responder si le ha tocado ver o escuchar que un paciente murió porque no se le pudo atender adecuadamente en tiempo y forma, dijo que, en los dos años que lleva trabajando en Providence San Pedro: “Hemos tenido que llamar al 911 por la falta de atención”.
Prácticas laborales injustas
Los trabajadores decidieron hacer piquetes después de que Providence San Pedro incurriera en presuntas prácticas laborales injustas.
De hecho, el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Salud (NUHW) presentó cargos contra el centro médico ante la Junta Nacional de Relaciones Laborales (NLRB), después de que el hospital realizara una negociación regresiva al reducir su propuesta salarial inicial.
“Apostamos nuestra salud por nuestros pacientes durante una pandemia, pero Providence todavía quiere pagarnos lo menos posible”, dijo Judith Hernández, asistente de enfermería certificada en el hospital. “Ya tenemos una grave escasez de personal que seguirá empeorando hasta que Providence acepte empezar a respetar nuestro trabajo”.
En una encuesta sindical reciente, el 64 %de los miembros del NUHW dijo que la dotación de personal es demasiado baja para brindar atención segura y oportuna a los pacientes y el 59% manifestó que habían considerado abandonar el hospital durante el año pasado.
“Constantemente nos falta personal y los pacientes a menudo esperan demasiado para recibir la atención que necesitan”, dijo Verónica González, asistente de fisioterapia que trabaja en el Centro de cuidados subagudos del hospital.
“No tenemos niveles seguros de personal en este momento, y no los tendremos a nivel del mercado que necesitamos para mantener a nuestras familias”.
Nada caritativos
Providence es uno de los sistemas de salud sin fines de lucro más grandes del país, con 51 hospitales y más de 900 clínicas, incluidos muchos hospitales en el sur de California.
La compañía, que no respondió a un pedido de La Opinión, según los trabajadores de la salud sindicalizados, tiene $8,400 millones de dólares en efectivo e inversiones sin restricciones; además, fue criticado durante el año pasado por tratar agresivamente de cobrar pagos de pacientes que deberían haber calificado para recibir atención caritativa.
En efecto, en febrero de este año, el fiscal federal de Washington, Bob Ferguson confirmó un acuerdo con Providence sobre sus prácticas de atención caritativa y que reembolsara un promedio de $478 dólares a miles de pacientes.
En la demanda que presentó la Oficina del Procurador General se resolvió cuando Providence aceptó perdonar más de $137 millones en deuda médica y reembolsar más de $20 millones a pacientes que probablemente calificaron para recibir atención gratuita o de costo reducido.
Según la ley de atención caritativa de Washington, los hospitales deben brindar atención gratuita o de costo reducido a los pacientes que califiquen, con una escala móvil basada en sus ingresos y el tamaño del sistema hospitalario. Los hospitales tienen la obligación de informar a los pacientes sobre la opción y verificar si son elegibles para recibir descuentos.
La oficina del fiscal general presentó una demanda contra Providence por no informar plenamente a los pacientes sobre sus opciones, lo que, según dijo, “creó barreras para una atención asequible para miles de los habitantes de Washington más vulnerables”.
Luchando por su madre
En el contingente de protesta frente al Providence Little Company of Mary Medical Center se encontraba Andreas Frantz, un joven de 18 años que luchaba porque su madre “Chris” , quien es una enfermera, reciba el trato que merece en su trabajo.
“Contrato justo ahora”, decía el letrero que sostenía el chico. “Mi madre me ha dicho que los pacientes no tienen la atención y el cuidado que deberían tener”.
“Hace no mucho tiempo me dijo que un paciente saltó de un segundo piso y se fue”, relató Andreas. “Suena a locura, pero en este lugar deberían definir bien la seguridad de las personas…, algo tienen que hacer”.
Lorenza López, quien trabaja en la cocina del hospital por nueve años, comentó que, a pesar de que le pagan poco dinero -un promedio de $17.00 la hora- “no me queda más remedio que aguantar, porque a mi edad ya no me dan trabajo en otro lado”.
Héroes no reconocidos
Paul Ondo, practicante de cuidados respiratorios y de 57 años de edad, recordó que durnate la pandemia los ejecutivos de Providence consideraron a sus trabajadores como héroes, “pero ahora nos tratan como ceros”.
Ondo, cuyo salario base es de $43.00 la hora y vive en East Lakewood, dijo a La Opinión que para poder sobrevivir con el alto costo de la vida, las necesidades de una familia promedio se solventarían con alrededor de $7,000 mensuales.
“Todos los costos se han incrementado y por eso, nuestra lucha es muy importante”, agregó. “Nadie quiere hacer huelga, pero si se produce una huelga, estoy más que dispuesto a hacerlo”.