Desde “El Mata amigos” a “El Pozolero”: La historia de los apodos detrás de sanguinarios narcos
En el mundo del narcotráfico hay criminales cuyos sobrenombres hacen referencia a la crueldad con la que actúan
![Santiago Meza López y Osiel Cárdenas](https://laopinion.com/wp-content/uploads/sites/3/2025/02/Santiago-Meza-Lopez-y-Osiel-Cardenas.jpg?resize=480,270&quality=80)
Santiago Meza López y Osiel Cárdenas Guillén. Crédito: AP
La historia del narco en México está repleta de nombres conocidos, aunque son los apodos por los que más se ubica a los criminales, “El Chapo”, “El Mayo”, “La Barbie”, “El Ratón” y “El Mencho” son algunos de los alias que identifican a narcotraficantes, los cuales hacen referencia a características físicas, gustos o incluso son el juego del nombre real del delincuente, pero hay otros que surgieron por motivos mucho más sombríos.
Amado Carrillo Fuentes, mejor conocido como “El Señor de los Cielos”, fue el primero en ostentar un sobrenombre basado en su actividad criminal, su apodo obedece a la flota de aeronaves con la que contaba, la cual usaba para transportar drogas por México y Estados Unidos. Pero el camino que abrió el que alguna vez fue líder del Cártel de Juárez, se fue llenando de hombres sanguinarios que se conocieron por sus cruentas prácticas.
“Los apodos son como un segundo bautismo, una incorporación al mundo criminal”, explica Homero Aridjis, autor de la novela “Sicarios”. Tan importantes son que en ocasiones los criminales solo conocen los alias de sus compañeros o rivales. También sirven para que las autoridades identifiquen a los delincuentes y los diferencien de quien pueda tener el mismo nombre.
Para Joaquín Guzmán Loera se dio el alias de “El Chapo” por su baja estatura, lo mismo que ocurre con los narcos más renombrados, pero conforme se intensificó la actividad criminal de los cárteles, los apodos comenzaron a hacerlo también, pues las maneras de acabar con los enemigos se tornaron más que crueles, y quienes las ejecutaban adquirieron los sobrenombres de sus tácticas.
Los apodos sanguinarios
A principios de 2009, en plena Guerra contra el Narco en México, comenzó a aparecer en las noticias el apodo de “El Pozolero”, el cual fue dado a Santiago Meza López, un albañil nacido en Sinaloa que, al unirse al Cártel de Tijuana, olvidó sus orígenes humildes y mostró que dentro de él había un asesino sin piedad.
Su apodo obedece a que disolvió alrededor de 300 cuerpos en sosa cáustica y agua, los cuales metía a un tambo para hacerlo, algo que en el mundo del narco se conoce como “cocinar” y se ha vuelto muy común. Este hombre operó del año 2000 al 2009, aunque al momento de su detención dijo que él no era quien asesinaba a sus víctimas, solo se encargaba de disolverlas.
Por esos mismos años, otro cártel sanguinario sembraba muerte y terror en México: Los Zetas, de ahí emanó un hombre que en el pasado fue un destacado militar, Jaime González Durán, alias “El Hummer”, quien su experiencia le valió ser de los más destacados sicarios del grupo criminal, que lo asignó a la plaza de Reynosa, Tamaulipas.
Se dijo que el criminal estuvo detrás del asesinato del cantante Valentín Elizalde, así como de otros hechos relevantes como liberación de presos, desapariciones de agentes y trasiego de drogas a EE.UU. Evidentemente su apodo está relacionado con el vehículo que conducía, pero no solo por eso, pues amenazó de muerte a quien se comprara una camioneta como la que él tenía.
Osiel Cárdenas Guillén es un nombre muy conocido en el mundo del narco, el exlíder del Cártel del Golfo tiene un amplio historial criminal, en su camino tuvo varios apodos, entre ellos: “El Loco”, “El Patrón”, “Padrino”, “Memo” y “El Viejón”, pero “El Mata Amigos” es el que recuerda su traición para llegar al poder.
En 1998 asesinó a su amigo Salvador Gómez Herrera, quien en ese momento era el líder del grupo criminal, tras deshacerse de él Cárdenas asumió el control del cártel. Una vez al mando inició una sanguinaria etapa, contactó a Los Zetas como sicarios del Golfo; su reinado del terror terminó con su captura y extradición a EE.UU.
Manuel Fidel Torres Félix fue mano derecha de Ismael “El Mayo” Zambada, líder del Cártel de Sinaloa. Se le conocía por los apodos “M1”, “El 14”, “El Sanguinario” y “El Ondeado”. Su fama se debe a que fue uno de los sicarios más violentos de la organización criminal y fue abatido peleando por ella, en algo que se dice pudo haber sido una traición de su jefe.
Arturo Beltrán Leyva, alias “El Barbas”, se refería a Torres Félix como “El Ondeado” porque se volvía loco disparando y al hacerlo parecía que se ondeaba.
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