Con la llegada de Trump, las cosas se complican para los vendedores ambulantes 

Un proyecto de ley busca proteger los datos personales de los trabajadores de esta industria en California

Una vista desde afuera de un puesto de un vendedor ambulante en Boyle Heights en Los Ángeles,

Una vista desde afuera de un puesto de un vendedor ambulante en Boyle Heights en Los Ángeles, Crédito: Isaac Ceja | Impremedia

Por los últimos 28 años, Pablo Del Pilar ha vendido peluches y accesorios que estén de moda, como la muñeca Hello Kitty actualmente, a pesar de las operaciones que ha lanzado el presidente Trump, el migrante mexicano trabaja los siete días a la semana en el área de Boyle Heights. 

“Venimos a este país, no porque queramos venir a invadir Estados Unidos, sino por necesidad”, explicó Del Pilar. “Claro, otras personas vienen por otras acciones, pero las personas que son como yo venimos para salir adelante, para vivir bien, aunque no se vive como mucha gente dice, pero sí vives un poquito mejor y eso es lo que hacemos nosotros”. 

Más que nada el vendedor ambulante se siente preocupado, no por él mismo sino por los demás: sus hijos, otros vendedores ambulantes y la comunidad migrante. 

A principios de esta semana, una coalición de grupos de derechos de los inmigrantes y de justicia económica anunció la Ley de Protección de Vendedores Ambulantes, SB 635, para proteger los datos personales de los vendedores ambulantes de ser utilizados por agencias federales para la aplicación de las leyes de inmigración. 

El proyecto estatal fue escrito y presentado por María Elena Durazo, senadora estatal, con la meta de proteger y apoyar a los vendedores ambulantes. 

“Los vendedores ambulantes son fundamentales para la cultura y la economía de California y a nivel nacional; además, han contribuido enormemente a sus comunidades”, dijo la senadora Durazo. “Ahora más que nunca, California debe unirse para impulsar y empoderar a las microempresas en todo el estado”. 

Qué incluye el proyecto estatal SB 635: 

  • Impedirá que los agentes de control de inmigración accedan a los datos de vendedores ambulantes recopilados por los gobiernos locales 
  • Prohibirá que los programas locales de permisos de venta ambulante pregunten sobre el estado migratorio o de ciudadanía, o exijan verificaciones invasivas de antecedentes mediante huellas dactilares 
  • Prohibirá que los agentes locales encargados de hacer cumplir las leyes de venta ambulante, utilicen sus recursos para apoyar la aplicación de las leyes federales de inmigración 

El proyecto de ley está co-patrocinado por Acción Inclusiva para la Ciudad (IAC), la Coalición para los Derechos Humanos de los Inmigrantes de Los Ángeles (CHIRLA), Community Power Collective (CPC) y Public Counsel junto con una creciente coalición de defensores que representan a las comunidades inmigrantes, vendedores ambulantes y empresarios en todo el estado. 

Shannon Camacho, asociada sénior de políticas en IAC, explicó que SB 635 ampliará las protecciones que actualmente existen gracias a SB 54, reconocida como la Ley de Valores de California, que garantiza que no se utilicen recursos estatales ni locales para ayudar a la aplicación de la ley federal de inmigración. 

Normalmente en las detenciones se incluye a departamentos del alguacil o departamentos de policía locales, pero aún existen otras autoridades que hacen cumplir las leyes sobre las ventas ambulantes, pero también fueron incluidas en el lenguaje de la ley. 

“Lo que este proyecto de ley intenta hacer es incorporar también a ese tipo de agencias, ya que recopilan datos de los vendedores e interactúan con ellos en las calles”, dijo Camacho. “Básicamente, a veces realizan las tareas de una agencia policial local típica y queríamos asegurarnos de que también estuvieran incluidas en estas protecciones”. 

Del Pilar subraya que el proyecto de ley sería algo bueno para todos los vendedores ambulantes; no obstante, subraya la importancia de los trabajadores de tener todos los permisos requeridos. 

“No es así de que voy a hacerlo por hacerlo; a mi gusta hacer algo legal para tener los beneficios que hay”, dijo el vendedor ambulante. “Sabemos que es pesado pagarle a la ciudad, pero a veces vale la pena porque te ayudan en muchos aspectos”. 

Además, de sus preocupaciones sobre las operaciones de deportación, ahora Del Pilar explica que el temor entre la comunidad migrante ha afectado a su negocio. 

“Mucha gente tiene miedo salir o solamente vienen a comprar cosas y se van”, explica. “Ya no es como antes de que iban y andaban caminando”. 

No obstante, la situación y el riesgo, la mayoría de los vendedores ambulantes dijeron que seguirán trabajando en la calle ya que es la única forma en que pueden ganarse la vida. 

Mariana Cervantes, vendedora ambulante en Boyle Heights, dice sentirse triste al ver que las personas ya no salen a comprar como antes, además del impacto que ha tenido en su negocio. 

Para Cervantes, vender en la calle es la única manera de obtener ingresos. Ella tiene una discapacidad que afecta su habilidad de trabajar como lo hacía antes como asistente de enfermera.  

Es por eso que subraya que pase lo que pase, ella seguirá saliendo a ganarse la vida. 

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