Hondureños con el alma en vilo por no saber si Trump renovará el TPS
Amparados con el Estatus de Protección Temporal que les autoriza un permiso de trabajo, viven momentos de tensión

El diputado migrante Cheto Polanco se unió a las voces que piden al presidente Trump renovar el TPS. Crédito: Juan José Gutiérrez | Cortesía
A escasos siete días de que se venza el plazo para la expiración del Estatus de Protección Temporal (TPS) para los hondureños que viven en Estados Unidos bajo este programa que los protege contra la deportación y les otorga un permiso de trabajo, esta comunidad está con los nervios de punta por no saber si el presidente Trump renovará o pondrá fin a este alivio migratorio.
El TPS para los Hondureños vence el 5 de julio, y son 56,000 quienes se encuentran en peligro de ser regresados a su país, tras casi tres décadas de vivir en Estados Unidos, si el presidente no autoriza la renovación del programa.
“La gente está muy asustada. Estamos hablando de personas que llevan más de 25 años en el país, construido familias, echado raíces y pagado impuestos”, dijo Cecilia Rodríguez, líder de la Alianza Hondureña de Los Ángeles.
“Como ya se acerca la fecha para que se venza el permiso de trabajo, muchos empleadores han empezado a despedir a los hondureños con TPS porque no se quieren meter en problemas con la justicia”.
Dijo que normalmente dos meses antes de que el TPS expire, se anuncia su renovación, pero en esta ocasión el presidente no se ha pronunciado ni dicho una palabra.
“Los hondureños con TPS están muy preocupados. La situación no está muy bien en Honduras como para regresar. Así que están partidos porque ningún político les ha manifestado su apoyo públicamente. Le tienen miedo al presidente Trump sobre todo después de que sacaron al senador Padilla de una conferencia de prensa de la secretaria de seguridad nacional Kristi Noem”.

Estatus temporal por décadas
Fue en 1990 cuando el Congreso aprobó la ley de Inmigración que estableció el TPS para dar refugio a los residente de algunos países que pasaban por guerras o desastres naturales.
Sin embargo, el programa nunca ha establecido un camino para que los beneficiarios reciban la residencia permanente o la ciudadanía, lo que los ha condenado a vivir bajo un estatus migratorio temporal por años y décadas, dependiendo de un permiso de trabajo que deben renovar y pagar cada dos años.
La única alternativa que les ofrece es obtener la residencia permanente por medio de la petición de un familiar.
En su primer mandato como presidente, Trump puso fin al TPS para 400,000 personas de El Salvador, Haití, Honduras, Nicaragua, Nepal y Sudán, pero fue bloqueado por las cortes federales, por lo que el programa se mantuvo.
A su regreso, en este segundo periodo, el gobierno de Trump dio por terminado anticipadamente el estatus de protección para los venezolanos. Un juez federal suspendió recientemente esa decisión, lo que ha permitido que los venezolanos sigan protegidos mientras continúa el litigio.
Temor y preocupación
El hondureño Amilcar B. quien pide no dar su nombre completo por seguridad, lleva 28 años en Estados Unidos, amparado con el TPS.
“Tengo un hijo ya casado; y vivo con mi esposa, quien no alcanzó a calificar para el TPS. Por lo tanto, es indocumentada”.
No saber qué va a pasar con el TPS, lo mantiene en la zozobra.
“Estamos pasando por mucho temor. Tenemos una vida hecha en este país. Me he dedicado a trabajar duro. Pagamos impuestos. Soy dueño de un restaurante desde hace diez años”.
Desde hace 27 años, Jesús Rivera ha estado protegido con el TPS para los hondureños. Es empleado de una empresa, y en su tiempo libre, atiende su negocio de eventos.
“Tengo dos hijos de 16 y 13 años. Un niño y una niña que nacieron en Los Ángeles”.
Desde que nació el TPS, cada vez que se va a llegar el tiempo de la renovación surge el desasosiego entre los beneficiarios, pero este año, bajo la Administración Trump, es mayor.
“Estoy tratando de mantenerme tranquilo y de que no me quite la paz ese tema. Hay cosas peores como la pandemia y las guerras”, comentó Jesus.
Pero regresar a Honduras no lo considera como una opción.
“Tengo mi confianza puesta en Dios. Estoy orando para que toque el corazón del presidente y el equipo que lo asesora”.
No hay buenas señales
Juan José Gutiérrez, director de la Coalición por los Derechos Plenos de los Inmigrantes, dijo que la moneda está en el aire, y podemos amanecer el 5 de julio con la noticia de que el presidente Trump, no va a renovar el TPS a los hondureños.
“Hay que dejar muy claro que aunque el Partido Demócrata y la Cámara Baja están apoyando la renovación, es una prerrogativa del presidente autorizar o no la extensión del TPS”.
Dijo que aunque hay apoyo de algunos republicanos, la última palabra la tiene Trump, y a él no le importa romper familias, y que muchos TPSianos tengan décadas en el país contribuyendo a la economía.
“Si les niega a los hondureños la renovación, estaremos ante la más clara expresión de un estado fascista”.
Gutiérrez dijo que es una mala señal que el viernes 28 de junio, el Departamento de Seguridad Nacional haya anunciado la cancelación del estatus de protección temporal para Haití, lo que sienta las bases para que cientos de miles de haitianos de Estados Unidos sean deportados.
En un comunicado, la secretaría de Seguridad Nacional, dijo que las condiciones en Haití han mejorado lo suficiente como para que los haitianos en EE UU puedan regresar a su país.
El DHS planea cancelar el TPS para los haitianos a partir del 2 de septiembre.
“Esta decisión restablece la integridad de nuestro sistema de inmigración y garantiza que el Estatus de Protección Temporal (TPS) sea realmente temporal”, declaró un portavoz anónimo del DHS en el comunicado.
“Los ciudadanos haitianos pueden solicitar un estatus legal a través de otras solicitudes de beneficios migratorios, si cumplen los requisitos”.
Si bien el DHS establece que Haití es “seguro para que los ciudadanos haitianos regresen a casa”, el Departamento de Estado mantiene ese país en una designación de “nivel cuatro” que recomienda a los estadounidenses no viajar allí debido al riesgo de secuestro, delincuencia, disturbios civiles y atención médica limitada.
Se estima que hay alrededor de 348, 187 haitianos con TPS en Estados Unidos,.