Vendedores sobre ruedas sufren por los estacionamientos
Pequeños empresarios piden ayuda a la ciudad de Anaheim

La troca de productos, Ashley y Chucho, se ha vuelto parte de la comunidad. Crédito: Isaac Ceja | Impremedia
Intentar encontrar un estacionamiento en el vecindario al norte del parque Ponderosa en Anaheim parece ser imposible.
Martha Martínez, residente del área por más de 17 años, casi nunca tiene la oportunidad de estacionar en un espacio público en la calle Sprague después de llegar del trabajo.
“La verdad sí se batalla mucho por los estacionamientos porque hay vecinos que la verdad tienen tres, cuatro carros y no los mueven”, dijo Martínez. “Entonces, se supone que la ciudad dice que es público, es para entrar y salir para todos”.

La madre latina agregó que ha recibido varias multas después de estacionarse en la zona roja al final del callejón sin salida y espera que haya un cambió para mejorar la situación.
En cualquier momento puedes ver carros estacionados en zonas rojas o familiares comunicándose por teléfono para decir que hay lugares disponibles en el área que consiste en una mayoría de familias de bajos recursos.
Por casi 10 años, una troca de productos, nombrada Ashley y Chucho, ha tomado un espacio para poder servir a la comunidad con cualquier tipo de necesidad básica: leche, huevos, ajos, agua y por supuesto dulce y botanas.
Los dueños de Ashley y Chucho, Martina Estrada y su esposo Jesús Hernández, han visto a los jóvenes crecer, prestan sus oídos para las personas que necesitan ser escuchados y proporcionan los productos que las familias necesitan sin tener que salir del vecindario.
Pero recientemente la ciudad de Anaheim compartió con La Opinión que ha priorizado el cumplimiento del código de estacionamiento, 14.32.206, que señala la restricción del estacionamiento de vehículos de gran tamaño, como las trocas de productos, después de decenas de quejas de residentes del área ante la falta de estacionamiento.

“Hemos salido a multar [a las trocas de productos] porque hemos recibido muchas quejas de familias trabajadoras del barrio que se quedan sin acceso a estacionamiento”, explicó Mike Lyster, el vocero de la ciudad de Anaheim. “Y eso significa que una familia podría tener que intentar estacionar a dos o tres cuadras de distancia y luego caminar hasta sus apartamentos porque uno de estos vehículos está en un espacio pintado”.
No obstante, el vocero explicó que la ciudad reconoce que el servicio de las trocas de productos está relacionado al problema de la falta de estacionamientos, porque las personas tal vez no quieren dejar su espacio de estacionamiento para manejar a una tienda.
“Estos vendedores vienen y son como un mini mercado sobre ruedas y brindan un servicio a la comunidad”, dijo Lyster. “Así que quiero asegurarme de que lo reconozcamos, lo fomentemos y también alentamos a los emprendedores inmigrantes que lo hacen de la forma correcta”.
En febrero, Martina Estrada, copropietaria de Ashley y Chucho, dijo que recibió su primera multa en sus 10 años como negocio y hay 7 trocas de productos en el vecindario que han resultado afectadas por las multas.
Un grupo de dueños, incluyendo Estrada, se unieron para pedir apoyo de la ciudad durante una junta del ayuntamiento el 8 de abril para poder trabajar tranquilamente y las multas pararon por un tiempo, pero Estrada compartió que el mes pasado recibió más de 4 multas en una semana.
Hasta la fecha, la tienda rodante Ashley y Chucho ha sido multada por lo menos 8 veces.
La mexicana destacó que siente que es injusto debido a que tiene todos sus permisos en orden y sigue todas las reglas como lo ha hecho por los últimos 10 años.
“Es un servicio a la comunidad y no le hacemos mal a nadie”, dijo Estrada. “Si están peleando los parqueaderos, no creo que con seis parqueaderos que se quiten las troquitas, que dicen que con eso se va a solucionar”.

Además, las ventas han disminuido en los últimos años. Cuando antes la familia ganaba $1,000 diarios, ahora solo gana $250 al día y destaca que con las multas diarias que le cuestan alrededor de $80 sus ganancias han bajado aún más.
“No hay ventas”, dijo la emprendedora. “Por eso es que no se me hace justo que estemos pasando por esto porque dependemos de nuestro trabajo”.
No obstante, el vocero de la ciudad de Anaheim enfatizó que el problema realmente es de la falta de estacionamientos y no con los vendedores.
“Incluso en ese barrio le están quitando un espacio de estacionamiento por ocho horas a alguien”, dijo Lyster.
El vocero destacó que la ciudad ha intentado mejorar la situación anteriormente al pintar espacios de estacionamiento inclinado en 2016.
Maria Noemi Bernal, una residente del vecindario, dijo que la situación de estacionamiento es complicada ya que personas que viven en otras calles se estacionan en esa zona.
Además, la latina compartió que prefería que permanezca la troca de productos debido a la necesidad de la comunidad.
“Esa troca es muy necesaria porque aquí a veces uno necesita algún tomate, una cebolla o algo de tomar…”, dijo Bernal. “No podemos ir hasta el súper a traer”.
Kevin Muñoz creció comprando botanas de la troca de productos de Ashley y Chucho y compartió que no cree que deshacerse de las trocas en el área realmente cause un gran cambió.
“Hay 10 carros en la acera roja”, dijo Muñoz. “Para qué van a servir dos espacios de estacionamiento? Lo va a reducir a ocho”.
Tanto Muñoz como Lyster compartieron que el área consiste en departamentos multi-generacionales o simplemente con varias familias en una unidad, lo que resulta en la falta de estacionamiento.
“Mientras la gente no pueda pagar por su propia vivienda y tenga que irse a vivir con otras personas… Solo va a empeorar”, dijo Muñoz.
Además, la falta de trocas de productos sería una gran pérdida para la comunidad, según Muñoz.
“Crecí por aquí y su desaparición será una parte de nosotros”, dijo el residente. “Todos en esta comunidad, les guste o no, y quienes pidan que los expulsen, también los van a extrañar”.
La familia ha discutido la posibilidad del futuro sin poder tener su tienda rodante en la misma comunidad y entre lágrimas Estrada dijo que tal vez algo mejor la espera.
“Sí me da tristeza, me da nostalgia porque de aquí empecé”, dijo Estrada. “Entonces a lo mejor Dios me tiene una tienda… mi sueño es tener una tienda más grande de lo mismo, pero sí una tienda, una bodega”.