Nuevo rostro; ¿nueva era?

Stan Kasten, presidente de Dodgers, presenta obras por $100 millones

Stan Kasten, acompañado de Janet Marie Smith (der.),  habla durante la presentación.

Stan Kasten, acompañado de Janet Marie Smith (der.), habla durante la presentación. Crédito: <copyrite>Dodgers </copyrite><person>FOTO: Jon SooHoo< / person>

Con el inicio de la temporada llamando a su puerta y con una creciente expectación por parte de sus seguidores, los Dodgers presentaron ayer ante los medios locales el resultado de seis meses de gestión administrativa destinados a lograr el mejoramiento de la planta física del inmueble y en los que invirtieron 100 millones de dólares.

“Queremos que los seguidores de los Dodgers tengan una experiencia gratificante cuando vengan a ver a su equipo”, empezó diciendo Stan Kasten, presidente y máximo accionista de la organización.

“Hemos trabajado muy duro para lograr los resultados que ya pueden ver, sobre una edificación y unas oficinas administrativas y de logística que prácticamente no habían sido tocadas desde la apertura del estadio”.

Mientras tanto Janet Marie Smith, vicepresidente de planeación y desarrollo de la organización reiteró el “compromiso de los Dodgers con la comunidad, como objetivo en torno al que puede crecer y lograr un gran impacto social una institución deportiva”.

La garantía de tecnología de punta para facilitar la operación de los medios que cubren día a día los juegos del equipo es uno de los mejores logros.

Los vestidores para el equipo visitante y local se comparan ahora con los de equipos como Yanquis o Filis, en los que los peloteros tienen áreas espaciosas y hay zonas comunes de desplazamiento para los periodistas y demás visitantes.

“Llevamos aquí seis meses, no llevamos aquí seis años”, respondió mister Kastern cuando le preguntaron si habían cambiado los elevadores, uno de los puntos críticos del viejo inmueble.

Lo que si ha mejorado visiblemente son las áreas comunes y que están directamente relacionadas con el desplazamiento y movilidad de los espectadores.

Con especial énfasis expresó la señora Smith, las nuevas ventajas para los aficionados con alguna discapacidad.

“Hay nuevas rampas de acceso, áreas de estacionamiento preferenciales, sillas retráctiles y más amplitud y números de unidades en los servicios sanitarios”, agregó.

Lo que en otro tiempo fue objeto de críticas y burlas, como el caso de los baños de hombres y mujeres, fueron mostrados a los medios, —invitados a seguir— para constatar los cambios en un ambiente de máxima asepsia y funcionalidad.

Otras áreas también recibieron el beneficio de la acción transformadora de los nuevos dueños de los Dodgers.

Los pasillos que simulan el Hall of Fame, donde destacan los trofeos de sus figuras legendarias; el sistema de sonido; la zona del restaurante y expendios de comestibles ha recibido un baño estético llamativo.

En un largo tour de casi dos horas, fue posible constatar también los nuevos gimnasios donde los jugadores consiguen su puesta a punto y el “hitting cage” donde cumplen la práctica de bateo y donde ayer el polémico y legendario Mark McGwire instruía a Carl Crawford sobre ciertos movimientos sutiles en el uso del bate.

Es la nueva cara de los Dodgers, cuyas estrellas, Matt Kemp, Josh Beckett, Clayton Kershaw entre otros, iban y venían por los pasillos, como si quisieran presumir las nuevas comodidades y la belleza de su vieja casa refaccionada, como punto de partida para poner a andar el proyecto deportivo de tener al fin de la temporada a unos Dodgers bañados en champaña celebrando el título de la Serie Mundial.

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