Call center en Tijuana le da empleo a inmigrantes deportados que dominan el inglés
Gracias al dominio de inglés, algo que no puede eliminar la deportación, un call center en Tijuana ofrece trabajo a los inmigrantes expulsados de EE.UU.

Los empleados del call center marcan números estadounidenses durante largas jornadas: algunos venden productos o servicios, otros gestionan cobros y refinanciamientos. Crédito: Alex Cossio | AP
EZ Call Center representa una nueva oportunidad para todos los inmigrantes que son deportados a México y llegan a la ciudad fronteriza de Tijuana. El único requisito para trabajar es dominar el inglés y tener nociones básicas de computación.
Actualmente, esta oficina no solo es vista como un empleo, sino que se ha convertido en un refugio laboral y emocional para quienes regresan a México tras años o incluso décadas en Estados Unidos.
Casi todos los agentes que trabajan allí comparten una historia similar. Daniel Ruiz, propietario de la empresa, también fue deportado en su juventud por un delito menor relacionado con drogas.
Nacido en México y criado en Estados Unidos, conoce de primera mano el impacto emocional de la deportación. “Todos estamos lidiando con un choque cultural. Vivimos allá, estudiamos allá, pero también somos de aquí”, expresó Ruiz, en declaraciones a la BBC.
Cómo trabajan los inmigrantes deportados en EZ Call Center
En cada una de sus cabinas, los empleados marcan números estadounidenses durante largas jornadas: algunos venden productos o servicios, otros gestionan cobros y refinanciamientos. Sus clientes, en la mayoría de los casos, no imaginan que las voces que escuchan provienen de México.
Daniel Ruiz destaca que sus trabajadores suelen tener una gran disciplina y, aunque muchos cargan con el estigma de haber sido deportados, no tienen antecedentes penales graves. “Todos somos deportados, todos estamos en el mismo barco”, afirmó en un contacto reciente con Telemundo.
Para muchos de los deportados, el conocimiento del inglés ahora se ha transformado en una herramienta de supervivencia. Tal es el caso de Alberto Salagan, un joven deportado desde California tras haber crecido allí desde los seis meses de edad.
Al llegar a México, se enfrentó a un país que apenas recordaba y un idioma que casi había olvidado. “Menos mal que no lo perdí del todo, porque me ha ayudado (a ser bilingüe)”, contó.
A través de una organización que apoya a migrantes repatriados, Alberto supo de EZ Call Center. Aunque el salario base no es alto, las comisiones y la estabilidad del trabajo le dieron una nueva oportunidad de vida. “Tenía que hacer algo para recuperarme. Gracias al call center, ahora lo he conseguido”, aseguró.
El empresario Daniel Ruiz no se quedó solo en el negocio. Inspirado por su propia experiencia, fundó también Borderline Crisis Center, una organización que ofrece comida, refugio y orientación a los recién llegados tras la deportación.
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