Casa Blanca culpa republicanos del atasco de la reforma
La Administración niega que el estancamiento sobre el tema en el Congreso sea por la desconfianza que existe en el Presidente
Washington – La Casa Blanca dijo este lunes que la resistencia de los republicanos para empujar la reforma migratoria en el Congreso no tiene nada que ver con la confianza que existe sobre el presidente Barack Obama y mucho con la división interna provocada por el tema.
“Las dificultades que tiene el partido republicano no tienen nada que ver con el Presidente”, dijo el vocero presidencial Jay Carney respecto de las criticas del líder republicano John Boehner, quien la semana pasada acusó a Obama de ser la causa detrás de la resistencia de su partido para empujar la reforma.
Boehner dijo que si los esfuerzos en su bancada para empujar la reforma fracasan es porque no existe confianza de que Obama la implementará respetando la ley, y no de manera caprichosa o arbitraria como ha sucedido con la Ley Asequible de Salud.
Cuestionado al respecto en su habitual conferencia de prensa, Carney dijo que la realidad es que la reforma migratoria es un tema difícil para los republicanos “como ellos mismo lo han reconocido de manera pública”.
“No creo que sugerir que los problemas que los republicanos tienen con este tema sea culpa del Presidente, ni que se pueda atribuir a una falta de confianza (hacia el mandatario)”, expuso Carney.
Las criticas de Boehner fueron recogidas el domingo por uno de los legisladores republicanos que el año pasado formó parte de un grupo bipartidista que buscó sin éxito generar un consenso en la cámara de representantes para aprobar una iniciativa.
“Este año por culpa del Presidente y su partido, porque no trabajaron de buena fe con nosotros, no vamos a tener reforma migratoria”, insistió el legislador por Idaho, Raúl Labrador, en entrevista en el programa “Al Punto” de la cadena Univisión. Labrador aseguró que no existen los votos en la Cámara Baja para aprobar una reforma como insisten los demócratas y la Casa Blanca.
Carney dijo que las dificultades internas que los republicanos enfrentan no son nuevas y recordó que esta fue la causa del fracaso de las gestiones conducidas en el 2006, aún cuando el presidente en turno, el republicano George W. Bush las apoyaban.
“Cuando la reforma migratoria emergió como un tema en el 2006, cuando el presidente George W. Bush estaba en la Casa Blanca, los republicanos mataron (el debate) por sus divisiones internas, John Boehner lo dijo públicamente”, precisó.