Candidato republicano ofrece reforma migratoria en los primeros 100 días de su presidencia
El gobernador de Ohio John Kasich, uno de los candidatos fuertes en New Hampshire, contradijo a Marco Rubio y aseguró que sí hay apoyo popular en Estados Unidos para una reforma migratoria y prometió hacerla si gana la Presidencia
En la primaria republicana, la atención la han tenido los que gritan más fuerte contra un enemigo extranjero: México, China, los inmigrantes, Hillary, el presidente Obama.
Quizá la mayoría de la audiencia nunca haya escuchado hablar de John Kasich, gobernador de Ohio, pero Kasich no sólo es el favorito para llegar segundo hoy en la primaria de New Hampshire (detrás del gritón mayor, Donald Trump), sino que este sábado, en el debate republicano, prometió algo que hasta hace poco hubiera sido considerado un insulto en la primaria republicana: una reforma migratoria en sus primeros cien días de gobierno.
Kasich siempre fue una voz mesurada en tono, durante los debates republicanos, pero tampoco fue un competidor fuerte hasta ahora, ya que ha puesto en New Hampshire todos sus recursos y la esperanza de figurar bien allí para continuar en la contienda.
El pasado sábado, en New Hampshire, Kasich le llevó directamente la contraria a Marco Rubio, quien se ha pasado meses argumentando que los ciudadanos estadounidenses no apoyarían una reforma migratoria integral como la que él mismo ayudó a aprobar en el senado en 2013, sabiendo perfectamente que las cifras de todas las encuestas serias demuestran lo contrario.
“Si, yo creo que los estadounidenses apoyarían un plan como el mio, creo que el Congreso aprobaría un plan para terminar de controlar la frontera, hacer un programa de trabajadores huéspedes y legalizar a las personas que paguen una multa, etc, un camino a la legalización, no a la ciudadanía”, dijo Kasich en el debate. “Y podemos hacerlo, en los primeros 100 días de mi presidencia le llevaré esa propuesta al Congreso”.
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Una promesa que no ha hecho nadie más con excepción del demócrata Bernie Sanders, a quien muchos consideran el más progresista de su partido y que Barack Obama hizo en su momento, cuando era candidato en 2008 (promesa que no cumplió).
Unos días antes, el gobernador de Ohio había dicho en otra entrevista que “es ridículo pensar que vamos a ir a las casas de la gente, sacarlos de sus barrios y regresarlos a México, eso no es lo que quiere nuestro partido, no queremos deportar a 11.5 millones”.
Es precisamente ese el tipo de deportaciones masivas que han ofrecido Donald Trump y Ted Cruz.
Irónicamente también, es esa la forma (llegando a las casas, separando familias) en que el gobierno de Barack Obama ha deportado a 2.5 millones de personas y ahora está usando para arrestar y deportar a solicitantes de asilo.
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Marco Rubio: “no se puede, el pueblo no lo apoya”
Rubio, a quien en días recientes han tildado de “robot” por repetir las mismas frases y los bien cuidados discursos sin salirse de la línea, ha insistido en que su postura sobre la legalización y ciudadanía para inmigrantes cambió después de su participación en la “pandilla de los ocho” porque se dió cuenta que el público estadounidense no apoyaría la reforma antes que los políticos “probaran” que pueden controlar la frontera.
“No se puede aprobar una ley, el pueblo estadounidense no apoyará hacer nada sobre los que están en este país ilegalmente hasta que las leyes y el control de la frontera se apliquen y se pruebe que se ha controlado. Todos los esfuerzos para aprobar la reforma integral en los últimos diez años terminaron por fracasar porque el pueblo tiene cero confianza en que el gobierno federal esté aplicando las leyes”, dijo Rubio en el último debate, realizado el sábado pasado en New Hampshire.
La premisa de Rubio es falsa. Numerosas encuestas de opinión ha dicho una y otra vez que los estadounidenses si apoyan una reforma migratoria y también la ciudadanía que ni Kasich ni Rubio quieren ofrecer.
En diciembre del 2014, el periódico político The Hill informó sobre una encuesta no partidista en la que un 69% de los votantes favorecía que el congreso se enfocara en aprobar la reforma migratoria y no en revertir las órdenes ejecutivas del presidente Obama sobre inmigración. Esto incluye 50% de los republicanos y mayorías de demócratas e independientes. 48% de los votantes favorece un plan que se ocupa de la frontera, la seguridad y ofrece ciudadanía a los indocumentados.
En junio de 2015 (hace menos de un año) la encuestadora Gallup hizo la última encuesta al respecto, pero lo interesante es que Gallup ha venido haciendo las mismas preguntas sobre inmigración durante años y el nivel de la ciudadanía estadounidense que apoya la residencia y ciudadanía para los indocumentados está en los 60% desde por lo menos 2006. En 2015, el 65% apoyaba la ciudadanía para los indocumentados y sólo el 19% apoyaba deportarlos a todos.