Alto a la obesidad infantil

Uno de los problemas generados por el abuso de alimentos rápidos y falta de actividad física en los niños, es la obesidad.

Es cierto, en la actualidad el hecho de que ambos padres salgan a trabajar y dispongan de poco tiempo para elaborar menús equilibrados que aporten a los pequeños todos los nutrientes que requieren para su crecimiento, es muy común.

Sin embargo, es preciso retomar la importancia que siempre se le ha dado a la ceremonia de la alimentación, la cual no solamente funciona como una forma de demostrar afecto a alguien, para compartir con los seres queridos, sino también como una manera de agasajar y procurar el bienestar físico de tu hijo.

Uno de los problemas que se ha generado a partir del uso y abuso de los alimentos rápidos y de la falta de actividad física en los niños, es la obesidad que ha dejado de ser un mal exclusivo de los adultos. Existen muchos factores que ponen en riesgo a los pequeños, como son: La falta de ejercicio, el abuso en el consumo de alimentos rápidos los cuales contienen grasas en exceso, conservadores y azúcar.

El doctor Melchor Alpizar, presidente del Comité Interdisciplinario de Diabetes, Obesidad y Enfermedades Cardiovasculares, explica: “Se puede definir como una acumulación excesiva de grasa en el cuerpo, aunque en realidad es una enfermedad que implica mucho más que eso, pues provoca dificultades para respirar, interferencias en el sueño, problemas ortopédicos y mayor riesgo de enfermedades coronarias, diabetes tipo I, asma, cáncer y padecimientos de la vesícula biliar. A todos estos trastornos físicos hay que sumarle los problemas psicológicos causados por la discriminación social y las dificultades de identidad e imagen corporal que tienen los niños en este periodo de su desarrollo”.

Seguramente habrás observado que cada vez resulta más común ver a niños de todas las edades con un notable exceso de peso y, aunque a simple vista se puede detectar, también existe un método de diagnóstico que permite confirmarlo: Cálculo del índice de masa corporal (IMC). Se hace mediante el cálculo del peso en kilogramos dividido entre el cuadrado de la estatura en metros, este se ha validado para la evaluación de la obesidad en niños y adolescentes y como medida indirecta del tejido adiposo. Sin embargo, este índice cambia constantemente de acuerdo a la edad y sexo; el diagnóstico de sobrepeso es cuando el resultado es igual o mayor a 85, mientras que se habla de obesidad cuando el IMC esta por encima de 95.

“Los malos hábitos alimenticios inician desde las primeras semanas de nacidos, pues las madres le proporcionan a sus bebés antes de los tres meses, sustancias dulces, como azúcar o miel en su leche. Aunado a ello, también se pueden mencionar factores de riesgo para la obesidad como son el entorno familiar; se sabe que si hay antecedentes familiares, el riesgo de que un pequeño sea obeso es de 90%, si la madre lo es, el riesgo es de 60%, mientras que si se trata del padre, se habla de un 40%; pero si ambos lo son entonces aumenta a un 80%. En cambio cuando ninguno de los dos lo es, es sólo de 8%”, advierte el especialista.

Además de los daños físicos los niños obesos enfrentan afectaciones psicológicas, así lo explica el doctor Melchor Alpizar: “La obesidad en la infancia se convierte en un círculo vicioso, ya que el niño es rechazado por los demás; no lo invitan a jugar porque no tiene facilidad de movimiento, él mismo se aparta porque le cuesta trabajo correr, se cansa y tiene dificultades para respirar. También se convierte en centro de burlas o se hacen bromas a costa de él, lo que en conjunto le provoca ansiedad y tratará de canalizarla a través de la comida. El niño tendrá una autoestima baja y esto se verá reflejado en todos los aspectos de su vida”.

Tu apoyo e interés en la salud de tu hijo es primordial para poder superar este severo problema, pero no olvides que la prevención es siempre la mejor respuesta. Toma todas las medidas necesarias: procura que su alimentación sea balanceada, que realice una actividad física y sobre todo es importante que cuides lo que consume en la escuela durante la hora de recreo. Dale el mejor regalo que puedes hacerle: una mejor calidad de vida.

“La perseverancia es el motor del éxito”

http://www.sermexico.org.mx

Bojorge@teletón.org.mx

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