Tres zarpazos y adentro
Tigres eliminan fácil a Pachuca y van a semis ante Querétaro
MONTERREY, México.- Los Tigres caminaron ayer en la cancha y demostraron que son el equipo favorito para coronarse al golear ayer por 3-0 al Pachuca (4-0 global), y desde ya piensan en el Querétaro, su rival en semifinales.
Con este triunfo los felinos se colocaron en el lugar uno y enfrentarán en semifinales a Gallos Blancos (4), que dejaron fuera al Guadalajara, mientras que Santos Laguna (2), que eliminó a los Jaguares, chocará ante Morelia (3), que se deshizo del Cruz Azul.
El ambiente en el Estadio Universitario era el ideal, con una fiel fanaticada entregada desde antes de que comenzara el encuentro: gritando, apoyando, alentando, cantando… y celebrando.
Ningún escenario en la Liguilla ha mostrado un ambiente como el del “Uni”, con un colorido digno de un equipo que está metido de lleno en su idea de ser campeón.
Los goles fueron obra de Manuel Viniegra, Lucas Lobos y Damián Álvarez, todos en el primer tiempo y suficientes para matar anímicamente a un adversario que pareció llegar sin ánimo.
El juego arrancó con unos Tigres bien parados, buscando ejercer su dominio del balón para hacer daño.
Pachuca mostraba intenciones de revertir el marcador desfavorable que se trajo en la ida, pero le faltaban argumentos, Tigres era demasiado equipo y sólo era cuestión de tiempo.
Muy temprano, al 11′, Viniegra abrió el marcador al aprovechar un centro que mandó Lobos en tiro de esquina, para resolver con un sólido cabezazo.
Con el golpe anímico y el balón en su poder, Tigres empezó a desdibujar el parado del rival, lo empezó a meter en su ritmo, a marearlo con su toque, y lo mató con sus individualidades.
Lobos tomó un balón por derecha al 26′, y cerca del lindero del área picó en una diagonal a la izquierda, se quitó a dos hombres, y a la salida del arquero sacó un disparo de zurda a contra pie para poner el 2-0 y prender a la afición en la tribuna.
Pero si ése fue un buen gol, el tercero tuvo una más alta manufactura: Álvarez, al 35′, entró al área por izquierda, con un finta se quitó a Herrera, luego se sacudió oal arquero Velásquez y definió de zurda para hacer estallar el Universitario.
“Corococo, corococo, el que no salte es Rayado mar…”, era el grito que hacía retumbar el estadio, con una afición que saltaba en todo el inmueble.
Entre aplausos terminó el primer tiempo, mientras los jugadores de Tuzos, impotentes, se reunían en medio del campo, como queriendo terminar en forma más decorosa el torneo.
Para el complemento Efraín Flores sacó del campo a Jaime Ayoví, en su lugar entró Simón Almeida.
Pero al 62′, todo sueño se esfumó para los hidalguenses, el jugador de los Tuzos, Héctor Herrera, fue expulsado al recibir la segunda amarilla.
Tigres conservaron el balón ante un Pachuca desdibujado y quebrado en el campo.
Ricardo Ferretti empezó a cuidar jugadores para la semifinal, y así sacó del campo a Danilinho, Álvarez y a Lobos, en su lugar ingresaron Francisco Acuña, Alberto Acosta y Alan Pulido.
Con el final del juego vino el estallido de la afición, que se quitó la paternidad de los Tuzos, que en el pasado les ganaron dos finales en este inmueble, pero que ayer se marcharon sin nada a casa, y ahora son los Tigres quienes preparan otra invasión y ya sueñan.
“Vamos Tigres, te quiero ver, campeón otra vez”, se entonó con fuerza en la grada.